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Tensión entre 'indepes' y españolistas en Sants para despedir a la Mesa del Parlament
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ENFRENTAMIENTOS VERBALES ENTRE FACCIONES

Tensión entre 'indepes' y españolistas en Sants para despedir a la Mesa del Parlament

Doscientas personas acudieron a la estación para animar a la Mesa del Parlament, que mañana declara en Madrid ante el Supremo

Foto: Momentos de tensión en el interior de la estación. (EFE)
Momentos de tensión en el interior de la estación. (EFE)

Que el relato del independentismo, al menos el de sus próceres, se está separando del que se respira en la calle es algo que pocos dudan en Barcelona. Mientras la ANC insiste en llamar a defender la nueva república, apoyar el ‘president’ en el exilio y expulsar a los invasores españoles, una gran parte de la ciudadanía gira en torno a temas más pegados al suelo, como la configuración del Govern que surgirá del 21D o el incendio que esta mañana ha matado a una persona en Sarriá.

Para la mayor parte de los barceloneses la nueva república es una irrupción en su quehacer diario, un mensaje de Telegram que brota del móvil llamando a la movilización. Este miércoles al mediodía ANC convocaba a acudir a Sants para despedir a cinco de los miembros de la Mesa del Parlament que el jueves declaran ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. De modo que por allí se han dejado caer 200 personas afines al independentismo, que cinco minutos antes de la hora acordada recibían un nuevo mensaje de ANC: “Manifestación desconvocada a petición de los miembros de la Mesa del Parlament”. Al parecer, los protagonistas del evento no estaban enterados y su representación legal desaconsejó un presunto baño de masas. Otras veces, ANC y Òmnium han frenado a última hora ante las señales de una escasa movilización, pero esta asunción no forma parte de su universo conceptual.

placeholder En torno a 200 personas se han congregado esta tarde en Sants (EFE)
En torno a 200 personas se han congregado esta tarde en Sants (EFE)

En la Plaza de los Paisos Catalans, frente a la estación de Sants, resistieron unos decenas, desafiando las instrucciones de quienes les habían convocado, sin saber siquiera si los parlamentarios llegarían a pasar por allí. Cada poco, personas o grupos que salían de la estación, lanzaban vivas a España desde la lejanía que eran respondidas con abucheos y peticiones de libertad. Y es que una muchedumbre ociosa, con más banderas que consignas, es siempre un potencial foco de conflicto.

Cuando algunos empezaban a dispersarse, pasadas las cinco de la tarde, llegaron Anna Simó y Josep Nuet, miembros de la Mesa del Parlament. La ex vicepresidenta de la Cámara, visiblemente emocionada, se abrazó a varios activistas y recibió los mensajes de apoyo con una sonrisa. Nuet, también con buen ánimo, aprovechó los micrófonos de Radio Catalunya para recordarle al ex president Puigdemont que no comparecer ante la Audiencia Nacional puede provocar la prisión provisional para el resto de miembros del Govern. Ambos agradecieron el gesto y entraron en la estación pero, como no había nadie al mando más allá de la supervisión de un puñado de Mossos, los manifesantes se metieron en tromba junto a los políticos, y en un minuto la terminal del AVE estaba de bote en bote.

Allí estaban cantando Els Segadors cuando un grupo de unos treinta ultras españolistas, apareció en escena, encarándose con algunos y haciendo retroceder al grupo hasta que pusieron paz los Mossos. Básicamente era la gente que uno suele encontrarse por la calle contra la gente que uno suele encontrarse en el fondo de un estadio de fútbol, varios de ellos pertrechados con gafas de sol y gorras. Hubo momentos de tensión, con intercambio de insultos, y se temió lo peor, ya que los ultras se negaban a abandonar la estación alegando que habían venido también a despedir a la Mesa del Parlament. Incluso los agentes de seguridad del control de equipajes tuvieron que hacerse rápidamente a un lado ante la llegada del enjambre humano, separado solo por una escalera del grupo unionista, que llegó a rodearlos pacíficamente.

Algunos sectores 'indepes' consideran que España ampara la presencia de 'ultras' en sus actos

Durante unos minutos, para regocijo del turista recién llegado, los grupos se enzarzaron por ver quién cantaba más alto lo suyo, lo que dio lugar a un guirigay tremendo potenciado por los bachos techos de Sants. Unos gritaban "¡Libertad!" y "¡No estáis solos!"; los otros, agarrados a Manolo Escobar como lapas. Algunos manifestantes 'indepes', sobre todo los de mayor edad, se habían desgajado por el camino al ver la llegada de los ultras; entre muchos sectores del independentismo ha cundido el hastío por la aparición, cada vez más frecuente, de estos grupos que solo buscan reventar las concentraciones, y señalan que el Estado Español ampara, en el mejor de los casos, que sigan sucediendo.

Finalmente los indepentistas se impusieron, por baudios, y pudieron despedir los parlamentarios Lluís Guinó y Lluís Corominas, que llegaron con el tiempo justo, entonando de nuevo Els Segadors, en un escenario extraño, con las banderas de España de fondo y un montón de curiosos tomando fotos. Tres horas más tarde, en la estación de Atocha, en Madrid, les esperaban otros cuarenta ciudadanos del mismo corte que los que les despidieron, solo que estos vinculados con Hogar Social y Falange Española.

Que el relato del independentismo, al menos el de sus próceres, se está separando del que se respira en la calle es algo que pocos dudan en Barcelona. Mientras la ANC insiste en llamar a defender la nueva república, apoyar el ‘president’ en el exilio y expulsar a los invasores españoles, una gran parte de la ciudadanía gira en torno a temas más pegados al suelo, como la configuración del Govern que surgirá del 21D o el incendio que esta mañana ha matado a una persona en Sarriá.

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