Es noticia
El fiasco de Puigdemont en Bruselas
  1. España
  2. Cataluña
deja más preguntas que respuestas

El fiasco de Puigdemont en Bruselas

La puesta en escena no convenció a un público acostumbrado a los grandes relatos épicos, desde la crisis griega a las broncas en Polonia, y muy inclinado a centrarse en los hechos

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, en la rueda de prensa en Bruselas. (Reuters)
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, en la rueda de prensa en Bruselas. (Reuters)

Sorpresa. Expectación. Fiasco. Así podrían titularse los tres actos protagonizados por Carles Puigdemont en sus primeras 48 horas en Bruselas. La que iba a ser una semana de escasa actividad en la capital europea -donde se celebra un largo puente desde este miércoles- se estrenaba con el viaje secreto del 'expresident' catalán. La falta de claridad y lo inesperado del gesto alimentaron todo tipo de rumores. Según pasaban las horas, crecía la expectación. Se daba por hecho que Puigdemont intentaría pedir asilo en Bélgica. Pero no.

La rueda de prensa que Puigdemont improvisó ayer en Bruselas fue el punto álgido del relato. ¿Se declarará en el exilo? ¿Llamará a boicotear las elecciones del 21-D? ¿Mostrará sus apoyos internacionales? Y sin embargo, el discurso del 'expresident' dejó más preguntas que respuestas tanto dentro de casa, como en el ámbito internacional, al que está especialmente dirigido este giro de timón. La puesta en escena no convenció a un público acostumbrado a los grandes relatos épicos, desde la crisis griega a las broncas en Polonia, y muy inclinado a centrarse en los hechos.

Foto: Carles Puigdemont, durante su comparecencia en el Press Club Brussels. (Reuters)

Puigdemont se declara el presidente “legítimo” de la Generalitat, pero acepta las elecciones del 21-D. No está en Bruselas para pedir asilo, aunque dice que no volverá a España mientras no tenga “garantías” de un juicio justo. Afirma contar con una agenda europea para los próximos días, sin contar con ninguna reunión con los representantes de las instituciones comunitarias. Y dice no estar escapando de la justicia española, pero se ha desplazado a Bruselas en unos días en que la ciudad se vacía.

Las aparentes contradicciones en el relato del 'expresident', la mala organización del encuentro con la prensa y el hecho de que no se diera la palabra a ningún medio en español debilitaron el impacto del mensaje de Puigdemont, que quiso presentarse como un David que estuviera pidiendo a Europa una honda para derrotar a Goliat. Politico, uno de los medios más influyentes en la burbuja comunitaria, calificó la puesta en escena del “circo de Puigdemont”.

Foto: Carles Puigdemont, a su llegada al club de la prensa en la ciudad de Bruselas. (EFE) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Puigdemont delira en cuatro idiomas
Juan Soto Ivars

Puigdemont tampoco ha logrado mejor recibimiento de entre sus colegas políticos. Desde el Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt, líder del Grupo de los Liberales del que forma parte del PDeCAT, le ha dirigido unas duras palabras. “No estoy seguro de que comparar a Puigdemont con Tintín es adecuado. Tintín siempre encuentra soluciones a las aventuras que hace frente, mientras que Puigdemont ha dejado Cataluña en el caos y la devastación”, ha dicho.

Ni siquiera en Bélgica, el país que más ambiguo se ha mostrado respecto a la cuestión catalana, ha recibido el 'expresident' una gran acogida. Su presencia desencadenó el lunes una crisis política, con la oposición exigiendo explicaciones al primer ministro, Charles Michel, por su tibieza ante el pulso independentista. Michel finalmente ha decidido desmarcarse claramente de la delegación catalana: ni lo han invitado, ni han auspiciado su viaje a Bélgica. Incluso los flamencos nacionalistas del N-VA

Puigdemont ha asegurado que no pretende pedir asilo, pese a que este lunes ya contactó con el abogado belga que ha entorpecido la extradición de varios etarras que se encontraban en Bélgica. Tampoco pretendía volver a España, pero ya ha sido llamado a declarar este jueves. Pero ante las dudas sobre qué pretende hacer, el ministro belga ha sido contundente: Puigdemont no recibirá ningún trato especial. Queda por ver si el 'president' tiene algún as guardado en la manga, o si acabará siendo expulsado por las autoridades belgas cuando la justicia española lo reclame.

Sorpresa. Expectación. Fiasco. Así podrían titularse los tres actos protagonizados por Carles Puigdemont en sus primeras 48 horas en Bruselas. La que iba a ser una semana de escasa actividad en la capital europea -donde se celebra un largo puente desde este miércoles- se estrenaba con el viaje secreto del 'expresident' catalán. La falta de claridad y lo inesperado del gesto alimentaron todo tipo de rumores. Según pasaban las horas, crecía la expectación. Se daba por hecho que Puigdemont intentaría pedir asilo en Bélgica. Pero no.

Carles Puigdemont Bruselas
El redactor recomienda