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ERC ofreció a Mas liderar una candidatura conjunta a cambio de controlar “el proceso”
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UDC SE DESMARCA Y PREPARA SU PROPIA HOJA DE RUTA

ERC ofreció a Mas liderar una candidatura conjunta a cambio de controlar “el proceso”

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) estaría dispuesta a entrar en el Gobierno catalán si no puede celebrar el referéndum del 9 de noviembre prometido por el presidente catalán, Artur Mas.

Foto: Mas y Junquera en el Parlamento Catalán (Efe).
Mas y Junquera en el Parlamento Catalán (Efe).

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) estaría dispuesta a entrar en el Gobierno catalán si no puede celebrar el referéndum del 9 de noviembre prometido por el presidente catalán, Artur Mas. Así se lo hizo saber la cúpula republicana a Mas recientemente. Pero este sacrificio (los republicanos siempre se han mostrado remisos a participar en el Ejecutivo debido al desgaste que ello produce en épocas de crisis) tiene sus condiciones.

La primera es que se trataría de un gobierno provisional cuyo único cometido sería convocar unas elecciones anticipadas con un cierto carácter plebiscitario. De esta manera, ERC controlaría todo el “proceso catalán” y el timming electoral para sacar el mayor provecho posible de la hoja de ruta.

A cambio de tener el timón de los acontecimientos, Esquerra ofrecería a Convergència i Unió (CiU) confeccionar una candidatura de coalición que sería encabezada por el propio Mas. La trampa está, no obstante, en el resto de la candidatura, donde dominaría claramente la formación republicana. “Sería una especie de jaula en la que estaría prisionero Artur Mas, puesto que la mayoría de integrantes de los primeros puestos de la lista pertenecerían a Esquerra”, señalan a El Confidencial fuentes cercanas a Convergència.

Declaración unilateral de independencia

Lo malo es que los republicanos exigen también que, en caso de ganar las elecciones con mayoría absoluta, se produzca una declaración unilateral de independencia, circunstancia que no es del agrado de CiU. Entre otras cosas, porque, de producirse la misma, automáticamente Unió Democràtica (UDC) se desvincularía de la coalición y rompería CiU, por lo que el líder democristiano, Josep Antoni Duran Lleida, tendría el camino expedito para intentar recomponer el centro catalanista que la federación encabezada por Mas ha desplazado hacia el independentismo.

Pero el dirigente democristiano ya se está moviendo ante la eventualidad de que haya candidatura conjunta y ha puesto en marcha la plataforma cívica Catalunya al Centre, según desveló este viernes la Cadena Ser. Ello es más que un aviso a navegantes: Duran ya advirtió por activa y por pasiva que no es independentista y que no apoyará la secesión. Los cálculos internos en Unió le conceden una horquilla electoral de entre siete y doce diputados representarse en solitario a unas elecciones.

Malestar con ERC

El malestar con la cómoda posición de ERC, sin embargo, se dejó sentir ayer en el consejo nacional de Convergència, que se reunió para ratificar los cambios introducidos en la estructura por Artur Mas el pasado mes de julio y, esencialmente, ratificar a Josep Rull como nuevo número dos del partido en sustitución de Oriol Pujol, que abandona la política tras el escándalo de las ITV de las últimas noticias que afectan a su familia.

Rull fue escogido por Mas coordinador general en lugar de secretario general; en caso contrario hubiese sido necesario convocar un congreso extraordinario. Proveniente de las juventudes de la formación, el nuevo número dos de Convergència era uno de los integrantes del núcleo duro de CDC y formaba parte del grupo de jóvenes conocidos como los talibanes, entre los que se encontraba la actual generación que ahora controla los resortes del poder: Francesc Homs, Germà Gordó, Oriol Pujol, David Madí, Damià Calvet, Carles Llorens, Joaquim Forn, Marc Puig… incluso Felip Puig, algo mayor que ellos, fue incluido después en el pinyol (hueso) de ese núcleo duro.

Pero el acto fue aprovechado por Mas para arengar a los suyos y poner los puntos sobre las íes: el president clamó ante el consejo nacional que CDC “es la pared maestra de lo que se está construyendo en Cataluña” y criticó a ERC, aunque sin citarla, subrayando que en este proceso hay quien no se está erosionando porque hace de actor secundario o incluso sólo de espectador.

En una alocución plagada de elipsis y con referencias a la herencia recibida del Tripartito (obviando que hace cuatro años y dos legislaturas que cogió las riendas de la Generalitat) y al trato del Gobierno central y de los partidos de la oposición, especialmente el PP, aprovechó también para echarse flores puesto que “estamos en la peor recesión económica, con todas las consecuencias sociales que se derivan, la peor de las herencias de las finanzas públicas del país, con una destrucción del autogobierno que están perpetrando aquéllos que, al mismo tiempo, nos dan lecciones y con una situación de ataque sistemático contra la identidad y la lengua catalana”.

En realidad, este fin de semana, todas las formaciones catalanas reunieron a sus cúpulas, con la Diada del 11 de septiembre de fondo, para marcar perfil y lanzar sus consignas. El Partido Popular llevó a la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, a la clausura de su Conferencia Política, que celebró desdel viernes en Badalona. En la apertura, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, había hecho un llamamiento a PSC, Ciutadans y UDC para formar un frente común en las próximas elecciones, oferta que cayó en saco roto.

En cambio, ayer mismo, en el secretariado de ERC, le respondió la secretaria general republicana, Marta Rovira: “Señora Cospedal, la gran alianza aquí es la mayoría del pueblo de Cataluña que defiende el derecho de voto de los catalanes. Persistiremos y el Gobierno español no podrá nada contra un pueblo unido, alegre y combativo. Ha llegado la hora decisiva de construir un país nuevo, de poder ayudar a nuestro parados, jóvenes, niños, jubilados, médicos, profesores… Votaremos y no hay ni un solo motivo político, jurídico y legal para impedir que el 9N decidamos nuestro futuro”.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) estaría dispuesta a entrar en el Gobierno catalán si no puede celebrar el referéndum del 9 de noviembre prometido por el presidente catalán, Artur Mas. Así se lo hizo saber la cúpula republicana a Mas recientemente. Pero este sacrificio (los republicanos siempre se han mostrado remisos a participar en el Ejecutivo debido al desgaste que ello produce en épocas de crisis) tiene sus condiciones.

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