Mas hace del debate de Política General un monólogo en torno al soberanismo

A cara de perro. Así se espera que sean las próximas sesiones del Parlamento catalán que comienzan hoy y terminan el viernes. Se trata del debate de política general de la Cámara autonómica, algo así como el debate del Estado de la Nación del Congreso. Y debería servir para hablar de prioridades, de números, de presupuestos, de propuestas y de gestión de Gobierno. Pero todo es según el color del cristal con que se mira.

Para los nacionalistas, este debate será, eminentemente, una excursión en torno al derecho a decidir y la consulta independentista. Para la oposición, será una cortina de humo para esconder la ineficacia y la paralización del Gobierno de la Generalitat. Será Artur Mas quien abra fuego con un discurso en su línea soberanista, y a partir de ahí quedarán fijadas las trincheras para monopolizar los titulares.

Evidentemente, los titulares casi se pueden adivinar. CiUllevará la voz cantante e impulsará cuatro grandes votaciones relacionadas con la independencia de Cataluña. El presidente y portavoz de su grupo parlamentario, Jordi Turull, ya pidió ayer “altura de miras y sentido de trascendencia” de este debate para llegar a “grandes consensos y ser dignos del clamor de centenares de miles de ciudadanos”. En otras palabras: ya puso el acento sobre el tema que más interesa a los nacionalistas.

Porque la primera iniciativa que van a proponer es que el Parlamento reconozca explícitamente “el éxito de la Vía Catalana”. En otras palabras, que la Cámara haga un reconocimiento mediante una moción aprobada por mayoría de la gran movilización del pasado 11 de septiembre, fecha en que una gran cadena humana unió el norte con el sur de Cataluña. CiU participó activamente en ella y envió a la misma a todos sus máximos dirigentes, exceptuando al presidente del Gobierno, Artur Mas, que se limitó a recibir en su despacho oficial a los organizadores del acto, los miembros de la dirección de la Asamblea Nacional Catalana (ANC).

El segundo gran eje que los nacionalistas impondrán en el Parlamento es que este se posicione de manera crítica contra la carta que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, escribió al de la Generalitat, Artur Mas. A los nacionalistas no les gustó absolutamente nada esa respuesta porque eludía cualquier referencia a la consulta independentista que Mas solicitaba a Rajoy. Según manifestaba el propio Turull a El Confidencial, “ni siquiera ofrece una alternativa. Nosotros propusimos un Estado propio y la democracia, que Cataluña no sea residual y que podamos preguntar a los ciudadanos. Pero la contestación es una campaña del miedo, una amenaza con prohibir preguntar y más ahogo económico”. Y CiU, además de los resortes del Gobierno, tendrá ahora un apoyo impagable a su postura en el Parlamento, en el que previsiblemente podrá aprobar una resolución condenatoria para Rajoy con los votos de CiU, ERC, ICV y CUP, aunque todavía está en el aire el apoyo del PSC.

El tercer eje del debate catalán será otra jarra de soberanismo: los nacionalistas quieren aprobar una moción que dé apoyo explícito a la voluntad de celebrar el referéndum independentista el año próximo y que imponga el 31 de diciembre de 2013 como fecha tope para que Artur Mas fije la fecha de la consulta y la pregunta que se formulará en la misma.

Y el cuarto y último eje gira, igualmente, en torno a lo mismo: el Gobierno catalán lleva a la Cámara el manifiesto que Artur Mas había encargado al expresidente del Parlamento Joan Rigol sobre el “derecho a decidir”. Y aquí sí contará con el apoyo de todos los grupos excepto el PP y Ciutadans.

El cabreo de la oposición

Estos cuatro ejes son denostados por la oposición, que quiere que Artur Mas ponga sobre la mesa los números de los presupuestos. Pero el Gobierno catalán está funcionando con los números prorrogados. Y en el debate que presentarán los partidos mayoritarios, CiU y ERC, no está previsto que se entre en detalles sobre las cifras macroeconómicas o microeconómicas: el que les interesa es el de la consulta y el de abarcar un amplio consenso en torno a la misma.

“Denunciaremos la inacción del Gobierno y exigiremos que no busque excusas”, advirtió ayer el portavoz parlamentario del PSC, Maurici Lucena. Y, al hilo de las declaraciones del consejero de Empresa, Felip Puig, que aseguró este lunes que la crisis ya está superada, añadió: “Si es cierto que lo peor de la crisis ha quedado atrás, es imprescindible que la política acompañe a la recuperación paulatina y gradual. Pero eso no sucederá si el Gobierno catalán no presenta unos presupuestos para el año que viene, porque, sin esta herramienta, la salida de la crisis será mucho más difícil”.

Y es que se da la circunstancia de que Cataluña está funcionando con unos presupuestos prorrogados y sin visos de por dónde irán los tiros el año que viene. Esta es también la acusación que se le hace a los nacionalistas desde las filas del PP. A pesar de los buenos augurios de Puig, la presidenta popular, Alicia Sánchez-Camacho, afirma que “el Gobierno de CiU, con el apoyo de ERC, no ha hecho los deberes y no ha trabajado en la principal prioridad, que es salir de la crisis y crear empleo. El Gobierno de Artur Mas se ha convertido en una de las mayores decepciones de la historia política reciente”. Sobre la intención de monopolizar el debate con las cuestiones soberanistas, ya avanzó que es “una estafa. Pedimos responsabilidad y seriedad, es el momento de hacer balance de la obra de gobierno, escuchar qué propuestas hacen y cuáles son las líneas maestras de los presupuestos de 2014. Todo lo que sea esconder este debate con la cortina de humo del independentismo es engañar a los catalanes y desviar la atención de las preocupaciones reales de los ciudadanos”.

En Ciutadans, las críticas son similares. Para el secretario general de esta formación, Matías Alonso, al presidente de la Generalitat“sólo le interesa hablar de cómo separarnos del resto de España”. Y, por ello, su formación intentará que en las sesiones de esta semana “el debate sea monográfico sobre cómo salir de la crisis y acabar con la lacra del paro”.

No obstante, el terreno de juego está marcado. Y los nacionalistas añaden un toque de épica a la situación actual. De hecho, fue el propio Turull el encargado de solemnizar el debate de esta semana: “Estamos en un momento en el que, después de muchos años de explicar la historia de Cataluña, comenzamos a escribirla”.