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El saneamiento aragonés, en aguas turbias: la tasa más cara de España y sin depuradoras
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Polémica por el impuesto

El saneamiento aragonés, en aguas turbias: la tasa más cara de España y sin depuradoras

Polémica por la imposición de un tributo por el saneamiento y la depuración de aguas que apenas genera réditos en forma de servicios a los ciudadanos

Foto: El presidente de Aragón, Javier Lambán. (EFE/Javier Cebollada)
El presidente de Aragón, Javier Lambán. (EFE/Javier Cebollada)

La Cámara de Cuentas de Aragón ha vuelto a poner en tela de juicio la capacidad de ejecutar el plan de depuración que promueve Aragón, a través del Ejecutivo de Javier Lambán. Y no es la primera vez que un informe oficial pone negro sobre blanco la depuración y saneamiento aragoneses. Corría el año 2017, y el órgano fiscalizador puso el grito en el cielo al advertir de los múltiples desajustes, dispendio y megalomanía en la programación y ejecución de la obra de depuración y saneamiento en el Pirineo que planteó el Gobierno aragonés, liderado en el año 2009 por el socialista Marcelino Iglesias.

La publicación oficial del informe del órgano fiscalizador supuso un tsunami político: se llegó a promover una comisión de investigación en las Cortes de Aragón y Podemos elevó una denuncia ante la Fiscalía General del Estado. Tras este escándalo político y jurídico, el Ejecutivo de Lambán no tuvo más remedio que rescindir todos los contratos de licitación y ejecución de las obras de las depuradoras en el Pirineo. Sin embargo, de esos polvos, estos lodos.

Foto: El líder de Teruel Existe, Tomás Guitarte. (EFE/Mariscal)

Otro último informe publicado por la Cámara de Cuentas, hace pocos días, constata un cúmulo de desajustes en la programación y ejecución de las obras. En estas dos legislaturas en que ha gobernado Javier Lambán, el nuevo plan de depuración y saneamiento —tras el que rescindió— está sin ejecutar y con visos de no prosperar antes de terminar el curso político. Y con este contexto, aún es más destacado que la comunidad aragonesa es la región de España que más paga por la depuración y el saneamiento, a pesar de no tener aún las depuradoras prometidas.

Una imposición tributaria en cientos de municipios que todavía no utilizan una depuración y saneamiento como se planificó hace años. En términos globales, ya han sido más de 350 millones recaudados a los ciudadanos por el Gobierno autonómico sin terminar de realizar las obras de depuración y saneamiento. Es más, de las 19 grandes depuradoras en el Pirineo prometidas por el Ejecutivo de Lambán, hay 12 que todavía no han iniciado las obras y el Gobierno aragonés promete su finalización antes de 2024. Una conclusión que la Cámara de Cuentas tacha de irreal.

Una mala programación y ejecución

Fuentes del sector conocedoras del plan que proyecta el Gobierno aragonés destacan a este diario que "estar a día de hoy, al inicio de 2023, con un plan donde no se han ejecutado 12 de las 19 grandes depuradoras prometidas, hace que el impuesto que se está cobrando, y siendo el más alto de España, sea un exceso desmedido". A su vez, detallan estas fuentes que el ritmo de ejecución de las obras sitúa Aragón en una de las últimas comunidades autónomas y la depuración de las aguas residuales es un compromiso inquebrantable con la Unión Europea.

Las obras sin iniciar de las 12 grandes depuradoras están destinadas para los municipios con más de 1.000 habitantes del Pirineo aragonés. Esto demuestra, a juicio del órgano fiscalizador, que el plazo previsto de ejecución antes de 2024 es "improbable". Las obras, financiadas por el Estado, acumulan a día de hoy una inversión de 31 millones de euros de los 79 que se plantearon. Respecto de las otras 82 depuradoras planteadas por el Gobierno aragonés, de menor tamaño y coste, la Cámara de Cuentas detalla que tienen una planificación realista. Según ha reiterado el Gobierno aragonés de Javier Lambán en varias ocasiones, el Pirineo será capaz de depurar sus aguas en 2026. Una aseveración que dista mucho de la realidad, ya que el informe de la Cámara de Cuentas dice todo lo contrario al relato del Ejecutivo aragonés.

Foto: La estación invernal de Aramon Cerler. (Cedida)

Para la financiación de los costes de construcción, explotación y conservación de las instalaciones de saneamiento y depuración, el Instituto aragonés del Agua recaudó estos fondos mediante el ICA —impuesto de contaminación de las aguas— hasta 2021. La polémica sobre este impuesto ha sido tal, como si se estuviera recaudando en todos los municipios aragoneses, aunque no tuvieran la depuradora prometida, que el Ejecutivo de Lambán planteó un cambio de nombre. Desde entonces, en enero de 2022, se conoce como IMAR —impuesto medioambiental de las aguas residuales—.

Entre la mala planificación y ejecución de las obras de depuración en el Pirineo, destaca que en la ciudad de Zaragoza se extraiga hasta el 70% de la recaudación del actual impuesto IMAR, cuando la ciudad apenas recibe inversiones en depuración y saneamiento. Desde el consistorio zaragozano denuncian que solo están recibiendo cuatro millones de euros en el plan aprobado por el Gobierno aragonés hasta 2027, cuando es Zaragoza quien paga gran parte de las obras de depuración del resto de municipios aragoneses.

La tasa más alta de España

Durante décadas, la construcción de depuradoras en los municipios aragoneses ha sido motivo de refriega política. Desde las sombras de corruptelas aireadas por la izquierda aragonesa al pago de un impuesto sin tener la depuradora terminada. La construcción de estas infraestructuras ha llevado un ritmo excesivamente lento. Desde hace 15 años, los hogares aragoneses pagan un recibo en forma de impuesto por no depurar y, todavía, el Ejecutivo aragonés no ha detallado el destino del dinero recaudado para la depuración que no ha llegado.

Y en Aragón, como casi siempre, la realidad siempre es más tozuda. El informe de la Cámara de Cuentas aragonesa destaca que no solo hay todavía obras de depuración sin iniciarse, sino que Aragón sufre el mayor impuesto medioambiental a la depuración del país, y se sitúa en la cuarta posición si se añaden los conceptos de abastecimiento. El informe detalla que los ingresos en los años fiscalizados, 2020 y 2021, supusieron una recaudación de 71 y 89 millones, respectivamente.

La Cámara de Cuentas de Aragón ha vuelto a poner en tela de juicio la capacidad de ejecutar el plan de depuración que promueve Aragón, a través del Ejecutivo de Javier Lambán. Y no es la primera vez que un informe oficial pone negro sobre blanco la depuración y saneamiento aragoneses. Corría el año 2017, y el órgano fiscalizador puso el grito en el cielo al advertir de los múltiples desajustes, dispendio y megalomanía en la programación y ejecución de la obra de depuración y saneamiento en el Pirineo que planteó el Gobierno aragonés, liderado en el año 2009 por el socialista Marcelino Iglesias.

Javier Lambán Noticias de Aragón
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