Los 'sanchistas' descosen al PSOE de Lambán pero la sangre no llegará al río

De momento, no parece que vayan a tener consecuencias. Las elecciones de mayo están muy cerca y el PSOE no se puede permitir echar más gasolina al fuego político ante un escenario de incertidumbre. Pero las diferencias que siempre ha habido entre las distintas familias del socialismo aragonés y que estaban adormecidas, han vuelto a emerger a raíz de las decisiones legislativas de Pedro Sánchez de eliminar el delito de sedición y rebajar el de malversación. Zaragoza y Teruel, por un lado, en contra de esas modificaciones, y Huesca, por otro, apoyando lo que haga el presidente.

El presidente aragonés, Javier Lambán, ha mostrado su rechazo a estos cambios desde el minuto cero, una actitud en la que enfatizó este miércoles, en los minutos previos a recibir al rey Felipe en Alcañiz, cuando reiteró su oposición a los cambios legislativos que exonerarán a los independentistas. En esas declaraciones añadió además que “malversar para financiar esos gravísimos hechos contra la Constitución debería tener un tratamiento agravado” y que, “frente a los intentos separatistas, el Estado “debe reamarse”. Lambán invitaba a la vez a que los demócratas hagan una reflexión para que la gobernabilidad de España no dependa “ni de independentistas ni de extremistas de ninguna orientación ideológica”.

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Pero, pocas horas después, el PSOE del Alto Aragón defendía públicamente la reforma del delito de malversación, en un gesto mucho más político que procesal, de apoyo a las iniciativas de Pedro Sánchez. En este caso esgrimían que la reforma “sí sanciona todo uso irregular y arbitrario de fondos públicos” y, según el secretario general de esa Federación, Fernando Sabés, “no se hace para beneficiar a una persona, o para reducir condenas a corruptos”. Tesis que reforzaba la secretaria de Organización, Elisa Sancho: “No deja impunes a ninguno de los enjuiciados por el 1-O y la desviación de fondos públicos para el referéndum ilegal será castigada”.

Aunque el PSOE de Aragón como tal no ha querido responder al comunicado de los oscenses para no avivar la polémica en la Comunidad, sí lo hacía el PSOE de Teruel, cuya secretaria general es Mayte Pérez, la consejera de Presidencia del ejecutivo de Lambán, que al rechazo a la reforma sumaba que no será útil para frenar el independentismo: “No se debe intentar contentar a los que nunca se van a contentar”, decía.

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Con esa toma de posiciones, las familias que conviven en el socialismo aragonés han evidenciado que las distintas almas siguen ahí, aunque la sanchista aflore menos. Su máxima representación en la Comunidad es Miguel Gracia, presidente de la Diputación de Huesca y líder carismático del socialismo oscense, pero apoyó a Lambán en el Congreso del PSOE de Aragón -en el que éste revalidó su presidencia regional por una abrumadora mayoría-, y las diferencias las suelen resolver con el menor ruido posible. La otra opción sanchista es la ministra Pilar Alegría, ahora de perfil bajo en la Comunidad.

Pero el eco de la posición de Lamban tiene tanto impacto que, aunque líderes como la ministra María Jesús Montero no quisieran comentar las declaraciones del aragonés -“mi sentido de la lealtad y del respeto me impiden dar públicamente mi opinión”, dijo-, el PSOE federal sí se ha movido. En se sentido se enmarca el comunicado de los oscenses, para tratar de restar efecto a la estrategia de Lambán de marcar perfil propio y buscar centralidad frente a las decisiones de Sánchez.

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Con las elecciones a muy corto plazo, todos saben que las fracturas en el partido se han pagado muy caras en el pasado, así que los aragoneses intentarán minimizar las diferencias. Ya se evitó a propósito del anterior conflicto que ha tenido el Gobierno de Javier Lambán con el Gobierno de Pedro Sánchez: la fenecida candidatura olímpica de los Pirineos. Los socialistas oscenses, tras advertir inicialmente la descompensada atribución de pruebas entre Aragón y Cataluña, y cuyos principales perjudicados eran sus valles y sus pueblos, apostaban por seguir y buscar una propuesta que la mantuviera viva. Ese intento que tenía pocas posibilidades de progresar por el volumen de los desencuentros entre Cataluña, el Comité Olímpico Español y el Gobierno de Aragón. Y se volvió imposible cuando El Confidencial reveló que Blanco negoció la candidatura, con prevalencia para Cataluña, con líderes catalanes imputados en casos de corrupción.

Ante este nuevo desencuentro, y más aún ante un tema en el que en Aragón hay poco que ganar, todo apunta a que las diferencias no pasarán de lo declarativo. Ahora, además, Jorge Azcón ya es el candidato del PP a la DGA y la batalla será sin concesiones.