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Aragón revive la época negra de la N-II: cuatro fallecidos en carretera en 20 días
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Aragón revive la época negra de la N-II: cuatro fallecidos en carretera en 20 días

Desde que hace un año desaparecieron los peajes en la AP-2, la autopista concentra casi todo el tráfico que antes se repartía con la vieja nacional, que sigue sin desdoblarse entre Alfajarín y Fraga

Foto: Accidente en la AP-2 el 20 de septiembre. (Diputación de Zaragoza)
Accidente en la AP-2 el 20 de septiembre. (Diputación de Zaragoza)

En apenas tres semanas, cuatro personas han fallecido en tres accidentes en el tramo aragonés de la AP-2. Una vía que, desde que se quitaron los peajes, concentra el tráfico que históricamente se repartía con la N-II y que revive los peores episodios en carretera. Según datos oficiales, dos terceras partes del tránsito de la nacional han pasado a la autopista, que en las primeras mediciones de aforos ya registraron un 54% más de tráfico, que se elevaba al 75% cuando se trataba del pesado. Es la consecuencia de que los apenas 100 kilómetros que hay entre Alfajarín y Fraga aún no sean autovía y la mayoría de los conductores, una vez que la autopista es gratis, la eviten. De hecho, la circulación se ha reducido en un 65%.

Así las cosas, y aunque la siniestralidad global ha descendido, estas cuatro muertes en la autopista en tres semanas han recordado los momentos más negros de la nacional. El martes, eran dos jóvenes —una chica de 18 años y un varón de 26— los que fallecían al chocar su coche con un camión, a la altura de Pina de Ebro. Y el pasado 30 de agosto, en apenas cuatro horas, otras dos personas, en este caso dos conductores de camión, perdían la vida en tres accidentes que se sucedieron en apenas un kilómetro, a la altura de Fraga, y en los que se vieron involucrados 7 tráileres.

Y es que, desde que el 1 de septiembre de 2021 se suprimieron las barreras de los 556 kilómetros de los tramos Zaragoza-El Vendrell de la AP-2 (215 km) y Tarragona-La Junquera de la AP-7, el tráfico se ha mudado masivamente a las que durante 50 años fueron vías de pago.

En el caso de Aragón, ese cambio se nota especialmente en ese centenar de kilómetros que discurren en paralelo a la N-II, el único tramo entre Madrid y Barcelona que sigue siendo una carretera de dos carriles, uno en cada sentido. Solo en la última década se ha cobrado más de 51 muertos, una insoportable siniestralidad que llevó a bonificar el uso de autopista para aligerar la concurrencia de vehículos y que, aun así, no erradicaba los accidentes. Frente a esa cifra, la AP-2 ha registrado en el mismo tramo y periodo 11 fallecidos, pero se da la circunstancia de que 4 de ellos han sido en 2022; en concreto, en estas semanas. A la vez, en 2022, el tramo de la N-II, por fin, no ha registrado accidentes fatales.

El jefe provincial de Tráfico, José Antonio Mérida, destaca la mejora general de los datos y, que pese a ese cambio de tendencia, "trasladar vehículos de vías convencionales a vías de alta capacidad siempre ofrece más seguridad, ya que prácticamente se anula el riesgo de colisiones frontales. Eso no impide que el aumento de vehículos, especialmente pesados, lógicamente incremente el riesgo. No obstante, las vías convencionales siguen registrando el 75% de los siniestros con víctimas mortales".

Un 75% de vehículos pesados

Según el estudio realizado por el Centro de Gestión de Tráfico Pirineos-Valle del Ebro, con unos medidores de aforo instalados entre el 18 de septiembre y el 5 de octubre de 2021, y comparados con los registros del mismo periodo de 2019, por la AP-2 circulaban, desde la liberación de peajes, un 54,4% de vehículos más, pasando de 289.258 a 446.743 en esos 18 días. Especialmente relevante era el dato referido a los camiones, con un incremento del 75%, que en números se traducía en 147.035 convoyes frente a los 83.881 de 2019. Respecto a los turismos, el crecimiento era del 45,9%, y de los 205.377 anteriores se pasaba a 299.708. No existe medición de aforos sobre el momento actual al haberse suprimido los peajes. En cualquier caso, la DGT estima que, desde el primer momento, se trasladaron las 2/3 partes del tráfico de vehículos y que la tendencia se ha mantenido en el tiempo hasta la actualidad.

Sí se ha medido la evolución del tráfico en la N-II hasta hoy, a la altura de Pina. Entre septiembre de 2021 y agosto de 2022 han circulado por ella 850.568, un 65% menos que en el mismo periodo de 2018 a 2019, que registró 2.437.594.

Foto: Solo el 20% de los nuevos radares de la DGT irán en autovías (Archivo)

Aunque alcaldes y usuarios consideran las ventajas de la nueva situación, coinciden en que la densidad del tráfico que lleva ahora la autopista tiene momentos que apabulla y lo hace especialmente peligroso. "Desde luego —explica un usuario que cada día viaja de Fraga a Zaragoza— estamos mucho mejor, pero faltan medidas complementarias como paneles informativos que expliquen en tiempo real qué volumen de tráfico hay en una u otra vía, y poder elegir. En mi itinerario diario, yo ya sé, por experiencia, que por la mañana la presión viene de las furgonetas de reparto; y por la tarde, de los camiones de gran tonelaje que se dirigen a los centros de distribución de Cataluña o a Europa. Pero eso nadie lo cuenta; nos hemos quedado con la alegría de la gratuidad que, con ser mucho, no es todo. Y no debemos olvidar que debe concluirse la conversión de la general en autovía. Aunque sea una demanda que ahora se rehúya, al paso que va el tráfico, hará falta. Si antes la nacional era un camión continuo, ahora, en la AP-2, lo son en paralelo, en permanente disputa de carriles con los turismos, y en adelantamientos".

Desde la Jefatura de Tráfico de Zaragoza explican que precisamente se está a la espera de que se ponga en marcha el equipamiento de cámaras y paneles desactivados al terminar la concesión de la autopista. "Con esos paneles podremos establecer desvíos entre una y otra vía". Actualmente, esa información solo se puede ofrecer en la A-2, a la altura del polígono industrial de Malpica en Zaragoza. En 2023, hay previsto al menos uno más.

Ni paneles ni programa de obras

Pero, de momento, no hay paneles informativos ni se conoce un programa de obras complementario para la AP-2 y la AP-7 como el que sí presentó en Barcelona en julio la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, "para conseguir una red viaria más resiliente, accesible, funcional y segura en Cataluña, ante el incremento del tráfico fruto del levantamiento de los peajes". El programa del Gobierno para Cataluña incluye hasta 42 actuaciones de mejora en ambas infraestructuras y en otras carreteras del entorno, de las que ya están programadas 35 intervenciones, con un presupuesto de 1.050 millones de euros. Para el tramo aragonés de la AP-2, explican en el Ministerio que también existe, pero no hay previsión de presentarlo.

El director general de carreteras del Gobierno de Aragón, Bizen Buster, explica que no se ha presentado nada parecido a Cataluña, y que la comunidad aragonesa necesita "resolver los accesos de Peñalba y Candasnos y estar atentos a la evolución del tráfico. El volumen podemos abordarlo ya con medidas como un tercer carril, sin necesidad de desdoblar, que es una obra que se dilata años y años". Fuster también considera que, pese a esta concentración de siniestros en pocos días, no ha sido lo habitual: "El tráfico está mejor, ya que en la nacional sí que te jugabas la vida; ahora, la general conecta mejor los municipios, que se ahorran los tránsitos de paso. Eso sí, debemos evitar que se quede obsoleta".

No obstante, los conductores que usan habitualmente la autopista siguen con inquietud la elevada densidad de vehículos pesados y el riesgo de verse envuelto en colisiones de grandes camiones. "Además, volveremos a pagar, porque ya anuncian la viñeta anual, o lo que sea".

Foto: Vehículo del SUMMA 112. (Reuters/Isabel Infantes)

El suceso del 30 de agosto es una muestra de ese peligro. Todo arrancó con el choque de dos camiones, que provocó una gran retención y un choque de otros tres convoyes que venían detrás. Ahí se produjo la primera muerte: el conductor del que estaba en medio. Y cuatro horas después, en la misma zona, derivado de las restricciones y desviaciones del tráfico, hubo un nuevo alcance en el que ardió el segundo camión implicado, falleciendo su conductor.

En apenas tres semanas, cuatro personas han fallecido en tres accidentes en el tramo aragonés de la AP-2. Una vía que, desde que se quitaron los peajes, concentra el tráfico que históricamente se repartía con la N-II y que revive los peores episodios en carretera. Según datos oficiales, dos terceras partes del tránsito de la nacional han pasado a la autopista, que en las primeras mediciones de aforos ya registraron un 54% más de tráfico, que se elevaba al 75% cuando se trataba del pesado. Es la consecuencia de que los apenas 100 kilómetros que hay entre Alfajarín y Fraga aún no sean autovía y la mayoría de los conductores, una vez que la autopista es gratis, la eviten. De hecho, la circulación se ha reducido en un 65%.

Autopistas Dirección General de Tráfico (DGT)
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