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La borrasca Nelson espanta a los barcos con agua y otro mal año del campo en Andalucía
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1.000 hectómetros en el Guadalquivir

La borrasca Nelson espanta a los barcos con agua y otro mal año del campo en Andalucía

Asaja destaca el beneficio de las lluvias de Semana Santa para cultivos como el olivar, que acumulaba un bienio negro. La Junta y la CHG ampliarán la dotación de agua a los agricultores próximamente

Foto: Un hombre fotografía el desagüe del embalse del Gergal, en Sevilla. (Europa Press/Joaquín Corchero)
Un hombre fotografía el desagüe del embalse del Gergal, en Sevilla. (Europa Press/Joaquín Corchero)

El pantano de Sierra Boyera; el río Horgarganta, en la Sierra de Cádiz; o el vado del Quema, ya próximo a Doñana. Los tres han acabado llenos después de una semana de lluvias que no se recordaba ya en Andalucía. La borrasca Nelson ha dejado la región con un reguero de procesiones suspendidas, pero, a cambio, han llenado los embalses de la comunidad, junto con Cataluña, la más afectada por la sequía. Y eso tiene dos consecuencias inmediatas. La primera es que ya no será necesario que la Junta y el Gobierno lleven a los puertos andaluces agua desde otras comunidades para garantizar el abastecimiento. Y la segunda es que se antoja un buen año para el campo, después de varias temporadas muy complicadas.

El año pasado, un episodio de calor extremo a finales de abril, en coincidencia con la Feria de Sevilla, arruinó las flores de muchos de los olivos que jalonan la comunidad más poblada de España. El resultado fue otra mala campaña para un sector clave en Andalucía, algo mejor que la anterior, pero un 45,6% menor a la media de las últimas cinco temporadas. Este año ha sido también un fenómeno meteorológico inusual el que ha mejorado las expectativas de los agricultores andaluces, una Semana Santa pasada por lluvias que ha dejado 130 litros por metro cuadrado, de media, en la cuenca de Guadalquivir.

Esas precipitaciones tendrán una repercusión en el reparto, ya que según la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) "mejoran sustancialmente las perspectivas de dotaciones para la próxima campaña de riego". En el caso de las cuencas dependientes de la Junta, las intracomunitarias, también habrá mejoras para los agricultores, aunque la consejera de Agricultura del Gobierno andaluz, Carmen Crespo, ha conminado a esperar unos días hasta que las escorrentías dejen claro cuánta agua hay en los embalses. En la cuenca del Tinto-Odiel-Piedras se rebajará la limitación del 50% de dotación, mientras que en Guadalete-Barbate bajará del 75% vigente.

El año pasado, en la comisión de desembalse que se celebró el 17 de abril, el agua de riego liberada por la CHG para los cultivos de la cuenca, que ocupa dos tercios del territorio andaluz, fue la cantidad más baja desde la sequía de mediados de los 90. Los 385 hectómetros cúbicos que salieron de las presas gestionadas por este organismo, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, suponen menos de la mitad que ha caído en los embalses de la demarcación entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección, con 1.036 hectómetros cúbicos en todo el territorio, que va desde Huelva a Almería.

Desde Asaja Andalucía apuntan a que el plan hidrológico del Guadalquivir contempla unas dotaciones "notablemente superiores", aunque no plenas. "Eso permitirá regar sus cultivos arbóreos (frutales, cítricos, almendros y olivos) y sacar adelante muchos de los cultivos tradicionales de primavera (algodón, tomate, maíz...) e incluso permitirá que esta primavera pueda volver a sembrarse arroz en la marisma de Sevilla, la principal zona arrocera de España, que lleva dos años prácticamente en blanco", apuntan desde la organización

Foto: Embalse de la cuenca del Guadalquivir. (Joaquín Corchero/Europa Press)

Feragua, la asociación que reúne a las comunidades de regantes, ha reclamado ya una reunión de esta comisión para informar sobre el reparto de recursos hídricos y ha pedido a la CHG que sea consecuente con estas lluvias. Todo ello a la espera del comportamiento del mes de abril, que es el último donde suelen registrarse lluvias de importancia en Andalucía antes del inicio del verano. De entrada, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ya ha advertido que en la comunidad la primera semana del cuarto mes del año será más seca de lo habitual.

Los siguientes días y semanas tendrán influencia en lo que ocurra con los cultivos en la comunidad, pero las primeras reacciones de los agricultores son positivas. Desde Asaja Málaga expresaron que las precipitaciones han resultado "positivas" en todos los cultivos, algo que en Málaga es especialmente relevante si se tiene en cuenta que en la provincia hay superficie dedicada a leñosos (como el olivo, el almendro y los frutales), pero también a frutos tropicales, que han sido puestos en jaque en las últimas fechas por el alto consumo de agua que requieren.

Rafael Navas, de Asaja Córdoba, hablaba este lunes del buen pronóstico para los cereales y para el pasto, además de para las especies previamente citadas y que son propias de casi todo el territorio agrícola andaluz. Desde el extremo occidental se ponía el foco en la situación de los frutos rojos, el producto más relevante que sale de la provincia de Huelva. La patronal del sector, Freshuelva, apuntaba a los beneficios para el final de esta campaña, pero también de la preparación de la próxima, según recogía Europa Press.

Juanma Moreno se refirió a una petición que él mismo expresó el Domingo de Ramos en Sevilla, donde sus hijos hicieron estación de penitencia con la Hermandad de Borriquita. Entonces dijo que si tenía que llover, que no fueran "cuatro gotas". Y es lo que ha acabado pasando, celebró el presidente de la Junta, aunque admitió que prefiere que no llueva en Semana Santa por los perjuicios que supone a sectores como el hotelero y el hostelero. "La esperanza no ha salido a las calles en muchas ciudades de Andalucía, pero ha salido al campo, a los olivares, a los trigales y a nuestros embalses, algunos hasta soltando agua", expresó el jefe del Ejecutivo andaluz en un acto en Málaga.

"Estas lluvias son un alivio, pero no podemos tirar las campanas al vuelo", continuó el jefe del Ejecutivo andaluz, que recordó que la sequía no ha acabado en Andalucía después de varios años con precipitaciones por debajo de la media. El crecimiento extraordinario de las reservas en la comunidad en estos días sí permitirá descartar esa medida extraordinaria que pasaba por desembarcar agua en los puertos de Algeciras, Málaga y Carboneras desde una desaladora localizada en Murcia. La Junta está ya enfrascada en la construcción de las infraestructuras necesarias para recepcionar en caso de necesidad futura y tenía ya incluso un acuerdo con el Gobierno para repartirse el coste de la medida.

Moreno insistió en la necesidad de mantener las medidas de ahorro en los domicilios y no se pronunció sobre las medidas que tomará la Junta en las demarcaciones de su competencia (Tinto-Odiel-Piedras, Guadalete-Barbate y las cuencas mediterráneas), pero la situación dista mucho de ser la del año pasado pese a la "tragedia y la angustia" que se vive en una comunidad donde un cuarto de su PIB depende del agua, ya que es primordial para dos sectores que suman ese porcentaje de la economía andaluza: el sector primario y el turístico.

El pantano de Sierra Boyera; el río Horgarganta, en la Sierra de Cádiz; o el vado del Quema, ya próximo a Doñana. Los tres han acabado llenos después de una semana de lluvias que no se recordaba ya en Andalucía. La borrasca Nelson ha dejado la región con un reguero de procesiones suspendidas, pero, a cambio, han llenado los embalses de la comunidad, junto con Cataluña, la más afectada por la sequía. Y eso tiene dos consecuencias inmediatas. La primera es que ya no será necesario que la Junta y el Gobierno lleven a los puertos andaluces agua desde otras comunidades para garantizar el abastecimiento. Y la segunda es que se antoja un buen año para el campo, después de varias temporadas muy complicadas.

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