La fascinación vaticana o por qué Yolanda Díaz y Juanma Moreno se van a ver al Papa

¿Qué tienen en común José Bono y Yolanda Díaz con Marujita Díaz y Jesulín de Ubrique? Además de la nacionalidad en el DNI, todos ellos han ido a la Ciudad el Vaticano a ser recibidos por el Papa. A la lista de personalidades españolas que pueden contar una audiencia con el sumo pontífice se les sumará este jueves Juanma Moreno, el presidente de la Junta de Andalucía. El dirigente popular lleva a Roma una serie de obsequios y algunas peticiones que van desde una intercesión para que "a Andalucía le vaya mejor" a la lluvia que acabe con la sequía que sufre la comunidad más poblada de España y que ya barrunta cortes de agua si la situación no cambia.

La visita a Francisco ha provocado incluso que Moreno se salte la sesión de control al Gobierno prevista en el Parlamento para el jueves, para enfado de la izquierda. La misma izquierda cuya líder, Yolanda Díaz, ha departido ya en dos ocasione con el papa. "¿Usted sigue tan peleadora como siempre? Siga adelante, no afloje", le dijo el argentino a la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo. "Los políticos de izquierdas se llevan bien con Francisco por la antipatía que levanta en determinados sectores de la ultraderecha", ilustra Pablo Domínguez, investigador de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla experto en el estudio de las élites.

Francisco, en la década larga que lleva en el trono de San Pedro, ha recibido a políticos de todo el espectro ideológico español, a excepción de Vox. Algo lógico si se tiene en cuenta que Santiago Abascal se refiere a él como el "ciudadano Bergoglio". "Es un líder religioso, pero también un político de primer orden", explica Domínguez, que cree que pocas figuras tienen tanto poder simbólico como el jefe de la Iglesia Católica. El investigador cita, como una posible comparación, el caso del presidente de EEUU, un cargo que también es objeto de deseo del resto de políticos en lo que respecta a las reuniones, las visitas de Estado e incluso las llamadas telefónicas.

"Cualquier líder que consigue una foto con el Papa viene a comunicar que también forma parte de esa élite selecta", abunda el investigador sevillano, que alude a las fotos que los dirigentes mundiales se hacen en sus grandes reuniones y que sirven "para dejar claro que ellos son la élite". Por eso, este sociólogo le da tanta importancia al encuentro en sí como a la comunicación posterior, a pesar de que siempre sea el dirigente político el que se desplaza hasta el Vaticano. "Hay una subordinación simbólica, pero lo que importa es alinearse con el prestigio y la legitimidad que sigue teniendo el Papa en la población española", desgrana Domínguez.

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Moreno viaja a Roma días antes de la Semana Santa, una de las fiestas más señeras en Andalucía, por lo que está previsto que aborde la realidad de la religiosidad popular andaluza, pero también asuntos que forman parte de la agenda política, como el medio ambiente o la inmigración. Todo ello poco después de la renovación en la cúpula de la Conferencia Episcopal Española con la elección de Luis Argüello como presidente, en lo que se ha leído como un giro conservador de los obispos españoles. Y sin que el Papa haya viajado a España desde que fue elegido en 2013 como el sucesor de San Pedro para desazón de la jerarquía eclesiástica nacional.

Se ha especulado en algún momento con que Francisco viajase a España para el Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, que se celebrará en Sevilla a finales de año y culminará con una procesión magna con las grandes devociones de la ciudad. Pero de momento parece más probable que sea una imagen de la capital hispalense, el Cristo de la Expiración, más conocido como el Cachorro, la que viaje a Roma en 2025. Moreno lleva en su viaje una muestra de esa religiosidad popular que va desde una talla del imaginero Juan Manuel Miñarro a un cáliz de cerámica elaborado por jóvenes de un centro ocupacional de Almería. También llevará una rama de un olivo plantado en la Alhambra, bizcochos marroquíes de un convento de clausura de Écija y una muestra de incienso cofrade.

Moreno estará menos de 24 horas en Roma en un viaje, según explican en San Telmo, realizado bajo las normas de la "eficiencia" y en las fechas que ha planteado el propio Vaticano. Estas explicaciones buscan aplacar las quejas de la izquierda por la ausencia del presidente andaluz en el Pleno del Parlamento por motivo de un viaje en el que estará acompañado de su equipo más cercano, además de su esposa, Manuela Villena. Moreno también se verá con la embajadora española ante la Santa Sede, Isabel Celaá, y ofrecerá una rueda de prensa tras el encuentro.

"El Papa tiene mucho poder, cuando habla de cualquier tema, es noticia", abunda el investigador Pablo Domínguez. Pero hay otro factor relevante en la conexión entre la política española y el Vaticano. Más de la mitad de los votantes en las últimas elecciones se declararon católicos en el sondeo que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) elaboró tras las elecciones del 23-J. Concretamente el 52% se posicionó en ese sentido, aunque la mayoría (35,2%) admiten ser no practicantes frente al 16,8% que sí ejercen como tal. Lo llamativo es que el partido más alejado del papa Francisco, Vox, es el tercero con más católicos entre sus votantes (71,1%), sólo superado por UPN (74,5%) y el PP (77,5%). A Sumar le ocurre lo contrario, a pesar de la afición de Yolanda Díaz por visitar al sumo pontífice. Solo un 19,6% de sus seguidores son católicos, la menor cifra entre los partidos de ámbito nacional, ya que el PSOE cuenta con un nada desdeñable 44,7% de católicos.