Tras los pasos del padre Fran: "Era un cura que tomaba copas, pero esto no te lo esperas"

El padre Fran dio sus primeros pasos como sacerdote en Ardales, pueblo malagueño de 2.500 habitantes donde hoy no se habla de otra cosa. En los bares, mecas del sentir general en jornadas como esta, hay una mezcla de incredulidad y rabia. Todo el mundo conocía al religioso, que estuvo allí entre 2017 y 2021. La relación que mantenía con el municipio era buena y muestra de ello es que el mismo día en que fue detenido, el pasado 2 de septiembre, estuvo por allí con motivo de las fiestas, como reconoce el alcalde. La siguiente noticia que tuvieron del cura llegó ayer, cuando trascendió que la Policía lo detuvo y le acusa de haber drogado y haber agredido sexualmente a cinco mujeres. Además, grabó en vídeo los hechos.

"¿Pues cómo crees que ha caído esto aquí? Cosas así nunca caen bien". La reacción de Miguel, uno de los vecinos, sirve como termómetro. Ahora todos en Ardales miran con el retrovisor aquellos años en los que el padre Fran era el encargado de la parroquia y uno más en el pueblo. "Bautizó a mi sobrina, sin ir más lejos", recuerda al otro lado del teléfono Belén, que tiene uno de los restaurantes de la localidad. "Era un cura moderno", añade, para después desarrollar la descripción: "Era fiestero, moderno, le gustaba salir… Cuando piensas en la imagen de un cura, te imaginas a alguien más reservado".

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Otra vecina, que prefiere guardar el anonimato, sigue por la misma línea. "No era un cura típico, se tomaba sus copas también, pero no me parece mal, ¿por qué un cura no puede tomarse un pelotazo?", añade esta mujer, que, sin embargo, reconoce el impacto que le ha provocado la noticia: "Algo así no te lo esperas".

"Te puedo decir que, sin ir más lejos, yo he tomado copas con él, pero es que no lo veo fuera de lo normal. Pero claro, no esperábamos esto, está todo el pueblo en shock", admite Juan Alberto Naranjo, el alcalde, quien confirma que el padre Fran estuvo allí entre 2017 y 2021. El primer edil también subraya que el detenido hacía una vida normal y propia de un sacerdote de su edad en aquellos momentos, lo que implicaba visitas de sus amistades, precisamente los círculos en los que habrían ocurrido los abusos: "Vives en un pueblo y traes amigos y demás, como hace una persona normal".

"La gente está preocupada"

En ese ejercicio de retrospectiva, los vecinos del pueblo rememoran que el religioso también participaba en las jornadas de convivencias o campamentos que organizaba la parroquia. En este punto, Naranjo descarta que allí se pudieran producir sucesos similares a los que provocaron su detención. "Hacía campamentos con los niños y ahora la gente está un poco preocupada con eso", manifiesta Belén, quien añade que en estos viajes, además de niños, también había "gente muy metida en la parroquia", entre ellas, mujeres.

"No, en los viajes de la parroquia no. Yo he sido monitor y estos viajes eran una actividad más. Él venía a dar la misa, como catequista. Pero las convivencias era una de esas cosas normales que hacen las parroquias que están vivas", zanja el alcalde que, sin embargo, entiende que el caso haya despertado temores entre sus vecinos. "El pueblo está en shock, pero según hemos leído, estas cosas las hacía en su grupo de amigos más cercanos", indica Naranjo, quien reconoce que está disgustado por no haberse percatado de un hipotético comportamiento extraño del padre Fran: "Ahora te jode no haber sido capaz de ver nada".

La investigación sigue su curso y, según informó la Policía al anunciar la detención del religioso, no se descarta que aparezcan nuevos casos, ya que las mujeres agredidas no eran conscientes de haber sufrido los abusos. En este sentido, en Ardales viven estas jornadas entre la sorpresa y el desasosiego por si en las próximas semanas surgiera una nueva víctima en su vecindario.