El gurú y político francés que acabó placado y esposado en el 'parking' de un súper de Sevilla

El blog de Lionel Agullo es una disección de su personalidad. Un contenedor en el que se mezclan datos biográficos, tutoriales sobre el inconsciente y una teoría que lo sitúa en el centro de una conspiración del Estado para acabar con él por denunciar —por ejemplo— la existencia de una mafia que controla a la sociedad francesa con redes pedófilas masonas o "el envenenamiento del genoma de 55 millones de compatriotas". El auténtico trasfondo, según sostiene en múltiples textos, de una acusación por delitos sexuales que ha llevado a este expolítico galo de Los Verdes, psicoterapeuta, hipnoterapeuta, coach, actor y escritor hasta una celda de la prisión madrileña de Soto del Real. El lugar de partida de una extradición al país vecino y el punto final a una fuga que comenzó hace un año y acabó el pasado 27 de junio en tierras sevillanas.

Ese día, en el aparcamiento de un supermercado de San Juan de Aznalfarache, Agullo y su última novia se disponían a guardar en el maletero las bolsas de la compra. La charla anodina se vio interrumpida de forma brusca. El hombre, un sesentón con una pinta demasiado común como para llamar la atención, pero del que los investigadores destacan su "personalidad persuasiva y su gran locuacidad", era derribado e inmovilizado en el suelo. Su pareja miraba la escena en silencio. Él "se asusta" y grita, "porque piensa que es un robo o que le van a dar una paliza". Pero en la conversación, acelerada, y en francés, se repite una y otra vez una palabra: "¡Police! ¡Police! ¡Police!". Lionel parece comprender la situación. Se relaja y comienza a apagar la voz. Está engrilletado. Le han cazado.

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Había transcurrido, aproximadamente, una semana desde que los investigadores del Grupo I de Fugitivos de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) Central recibieron la comunicación de las autoridades de Francia informando de que el expolítico y gurú podía encontrarse en territorio español. Una pesquisa concreta lo situó en el citado municipio sevillano, donde se había instalado con su última compañera sentimental en un piso. Seguía utilizando su auténtica identidad y continuaba con su elevada presencia en redes sociales.

Los agentes llegaron hasta su ubicación y, tras confirmar completamente que era el prófugo que buscaban, practicaron una detención sorpresiva. Una vez superado el susto inicial, Agullo no quiso desplegar ante los policías ese desparpajo con el que había convencido a una legión de "acólitos" que le defendían contra viento y marea a pesar de las graves acusaciones en su contra.

El arrestado ha usado Internet como plataforma de teorías de la conspiración que incluyen su asesinato una vez sea encarcelado

El "intelectual" supuestamente abusó de algunas de sus "pacientes" durante unas sesiones de "desbloqueo emocional". Las autoridades galas localizaron a tres presuntas víctimas, pero una se negó a denunciar y, en el caso de otra, habían prescrito los hechos. Solo una de ellas llegó a sentar en el banquillo al terapeuta, señalaron las fuentes consultadas por El Confidencial, que explicaron que Lionel Agullo fue condenado a seis años de cárcel por violación y tenencia de pornografía infantil. Este último cargo se sumó durante la instrucción, ya que en los terminales que le intervinieron los agentes franceses se halló material pedófilo.

La condena se hizo pública en noviembre de 2021, pero en vez de ingresar en prisión, el acusado huyó de su país, lo que motivó la emisión de una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE).

La condición de fugado, no obstante, no implicó su anonimato. El condenado siguió utilizando Internet como caja de resonancia de teorías que "no tienen ni pies ni cabeza", según los investigadores, con las que justificar su situación procesal. La más repetida es que es víctima de una conspiración del Estado francés impulsada por el expresidente François Hollande, del que fue adversario electoral cuando concurrió con Los Verdes en diversos comicios.

"Hollande fue elegido gracias a una red masónica", "manipuló las elecciones internamente" y "—Emmanuel— Macron, desgraciadamente, continuó su trabajo", son algunas de las perlas que se pueden leer en las entradas de su blog, en el que cuenta que la denuncia que desembocó en su condena se formalizó en 2010, pero que se referían a unos hechos cometidos "entre marzo y junio de 2007". "De 15 a 20 violaciones con solo 12 sesiones" en las que la víctima no expresó "ningún problema", cuestiona el arrestado, que incluso afirma que rechazó las propuestas sexuales de la mujer.

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Lionel Agullo alerta de la manipulación de documentos, la falsificación de su firma, "confesiones falsas bajo amenaza de encarcelamiento", la "introducción de fotografías de pornografía infantil en mi ordenador en la comisaría de Perigueux", la utilización de los medios para destruir su imagen… "En conclusión, un complot que fue magistralmente armado para derribar a un posible adversario —electoral— que habría resultado peligroso. Este plan es nacional y está dirigido por François Hollande, presidente de la República, y cuenta con la complicidad de Christiane Taubira, ministra de Justicia, y de Manuel Valls, ministro del Interior". Para agregar que "recibí una llamada anónima de un policía" que le decía que "me condenarían y me ejecutarían en prisión con el pretexto de que sufría una depresión".

Salvo sus "muchos seguidores", nadie da pábulo a estas teorías, sobre todo porque sus acusaciones no han sido sustanciadas con pruebas y las denuncias que interpuso acabaron siendo archivadas.

Agullo, que espera en una celda de Soto del Real su proceso de extradición, es un individuo polifacético. Un auténtico hombre orquesta. Alguien que igual te promete dejar de fumar en una única sesión, que ofrece sesiones de hipnosis con un cd y que es capaz de escribir cuatro libros sobre el inconsciente. Actor de teatro y sketchs, también ejerció como coach deportivo de un equipo de baloncesto. Y algo más, el hipnoterapeuta enseñaba a interpretar los sueños.

Un currículum extenso, rematado por una carrera política que se inició en 1998, en el que desplegaba sus dotes de persuasión para supuestamente "abusar del poder que tenía sobre sus acólitos", apuntó uno de los agentes que ha seguido su pista.