La libertad de ‘El Rambito’, una ‘fianza humana’ y una ‘sonrisa del payaso’
El presunto cabecilla de la red que introdujo 22 toneladas de hachís es una de las dos personas que ha quedado libre con cargos tras una operación policial en Málaga y Córdoba que se ha saldado con diez detenidos
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fdfb%2Ff95%2F8fc%2Fdfbf958fc81705003cde9348fe8214f4.jpg)
El Rambito, el presunto cabecilla de la operación de narcotráfico internacional que ha permito incautar 22 toneladas de hachís en Málaga, se encuentra en libertad con cargos después de que la semana pasada fuese puesto a disposición judicial tras su arresto durante una investigación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Como adelantó este periódico, los arrestados —de momento— suman la decena y la droga incautada se valora en aproximadamente 44 millones de euros.
Esta aprehensión, que podría duplicar su valor en el país galo, tuvo su origen en un vuelco —robo de drogas entre traficantes— ocurrido en la capital malagueña. Las pesquisas realizadas por investigadores de la Sección de Crimen Organizado de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) Costa del Sol de la Comisaría de Fuengirola permitió la detención de un grupo delincuencial asentado en Granada que se desplazó a Málaga para hacerse con un importante alijo que se guardaba en una nave de un polígono del distrito oeste. La investigación se saldó con la aprehensión de 1.600 kilogramos de la citada sustancia en el municipio de Moraleda de Zafayona y el encarcelamiento de al menos dos investigados.
Las indagaciones en torno al inmueble asaltado abrieron una nueva línea de investigación que se cruzó con un caso abierto por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) de la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba. Fue entonces cuando se creó un equipo de trabajo conjunto que pondría el foco sobre El Rambito como el supuesto cabecilla de una red internacional de narcotráfico hispanofrancesa.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F38a%2F8a2%2Fe7f%2F38a8a2e7fcff78c6dfd83a8a10807304.jpg)
Los citados cuerpos explicaron en un comunicado que este viejo conocido de las fuerzas de seguridad residía en la capital cordobesa y que —presuntamente— “se valía de un círculo de confianza con el que conformaba los distintos niveles de la red criminal”. Contaba con un escalón inmediatamente inferior encargado de la logística necesaria para el funcionamiento del entramado y tendría a su cargo a otra persona de confianza para el transporte de las sustancias estupefacientes, así como otro colaborador que principalmente dirigía las tareas de seguridad y custodia.
“La organización —también— se servía de varias personas que, unas de forma más estable y otras de manera esporádica, hacían las labores de mayor riesgo, como son la vigilancia y la carga y descarga del estupefaciente”.
La red se valía de empresas para el alquiler y adquisición de vehículos, inmuebles...
El avance de la investigación permitió averiguar que la red criminal presentaba una compleja estructura, rica en recursos humanos, técnicos y materiales y con una fuerte capacidad económica. Esto, unido a una amplia logística oculta tras una aparente legalidad empresarial, dificultaba en gran medida el trabajo operativo y de análisis realizado sobre las distintas entidades que la conformaban. Para ello utilizaban hombres de paja, testaferros sin otra responsabilidad que figurar como responsables de las empresas utilizadas para el alquiler y adquisición de vehículos, inmuebles...
Las distintas líneas de investigación acabaron confluyendo en el municipio malagueño de Mollina, concretamente en una venta abandonada en la que los agentes ubicaron una flota de vehículos que presuntamente podría estar siendo utilizada por la red para desplazar alijos a distintos puntos. Los seguimientos que se realizaron de estas furgonetas fueron los que llevaron a los agentes de ambos cuerpos hasta el epicentro de la operación: una nave industrial ubicada en el mismo término municipal.
Este vehículo partió del lugar y puso rumbo a la capital malagueña, donde fue interceptado por los agentes en la zona de Puerto de la Torre. Al volante se encontraba un individuo de origen búlgaro y con el rostro marcado con la sonrisa del payaso —una cicatriz recorría su cara de oreja a oreja por las comisuras de los labios— que no desentonaba con su amplio historial delictivos. Fue inmediatamente detenidos cuando en la zona de carga había en torno a 2.600 kilos de hachís.
Esta actuación se produjo el pasado 10 de enero y horas más tarde se decidía entrar en la nave de Mollina. En su interior se hallaron otros 19.700 kilos de la citada sustancia almacenada en 18 palés de grandes dimensiones y presentada como bolas que simulaban ser tomates. La misma forma en la que empaquetaban sus alijos el Cártel del Sur y el Cártel de Tánger.
En la nave había un marroquí que se piensa que era una especie de ‘fianza humana’, un tipo de ‘notario’ que daba fe ante los capos
Durante esta intervención fueron detenidos dos individuos “que trataron de esconderse bajo un camión” para no ser detectados por los agentes. Fuentes consultadas por El Confidencial explicaron que uno de ellos era de origen marroquí y todo apunta a que era una especie de fianza humana, un sucedáneo de notario que diese fe ante los capos internacionales de que la operación de narcotráfico se ajustaba a lo pactado.
Tras esta actuación, los pasados 11 y 12 de enero, en una intervención simultánea llevada a cabo en varias ubicaciones de la provincia de Córdoba, los responsables de la investigación, con apoyo de unidades especiales, procedieron a la entrada y registro de cuatro domicilios. En esta fase de la operación, llevada a cabo bajo la autorización de la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Córdoba, se detuvieron a otras siete personas y se ha intervenido numerosa documentación con la que se confía desentrañar la dimensión de la organización en Europa, ya que la hipótesis principal es que la droga tenía como destino prioritario Francia.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F699%2F0eb%2F44e%2F6990eb44e08a8534134e8750430db6d0.jpg)
Se han incautado siete vehículos, cuatro de ellos camiones, “además de numerosos efectos”, apuntó este viernes el comisario principal de la Policía Nacional en Córdoba, Carlos Serra, que especificó que “algunos” de los arrestados ya habían sido investigados en otras operaciones antidroga.
Entre los detenidos hay ocho ciudadanos españoles, un marroquí y un búlgaro, de los que ocho han ingresado en prisión provisional y siete tenían residencia en Córdoba. Uno de los dos que han quedado libres con cargos es El Rambito. Continúan las gestiones, en las que también han participado agentes de la Sección de Crimen Organizado de Barcelona y del EDOA de Cádiz, y se espera que la cifra de implicados aumente.
El Rambito, el presunto cabecilla de la operación de narcotráfico internacional que ha permito incautar 22 toneladas de hachís en Málaga, se encuentra en libertad con cargos después de que la semana pasada fuese puesto a disposición judicial tras su arresto durante una investigación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Como adelantó este periódico, los arrestados —de momento— suman la decena y la droga incautada se valora en aproximadamente 44 millones de euros.
Esta aprehensión, que podría duplicar su valor en el país galo, tuvo su origen en un vuelco —robo de drogas entre traficantes— ocurrido en la capital malagueña. Las pesquisas realizadas por investigadores de la Sección de Crimen Organizado de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) Costa del Sol de la Comisaría de Fuengirola permitió la detención de un grupo delincuencial asentado en Granada que se desplazó a Málaga para hacerse con un importante alijo que se guardaba en una nave de un polígono del distrito oeste. La investigación se saldó con la aprehensión de 1.600 kilogramos de la citada sustancia en el municipio de Moraleda de Zafayona y el encarcelamiento de al menos dos investigados.