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El Gobierno ‘avala’ la controvertida Torre del Puerto de Málaga: “Será una referencia querida”
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El Gobierno ‘avala’ la controvertida Torre del Puerto de Málaga: “Será una referencia querida”

Miquel Iceta compromete la posición del PSOE local contra el hotel de lujo que impulsa un fondo qatarí. Cultura “no va a prohibir” el rascacielos, mientras Podemos carga contra los socialistas. El PP se queda solo en la defensa del proyecto

Foto: El ministro Miquel Iceta durante su intervención ante los medios en Málaga. (EFE/Carlos Díaz)
El ministro Miquel Iceta durante su intervención ante los medios en Málaga. (EFE/Carlos Díaz)

“Al cabo del tiempo será una referencia querida y del gusto de la mayoría como han sido la mayoría de torres, no digo solo los rascacielos de Nueva York, sino las de Barcelona, que no son tan altas, pero que son apreciadas por la ciudadanía como símbolo de la ciudad”. El ministro de Cultura, Miquel Iceta, tiró este jueves de todo tipo de comparaciones para edulcorar una realidad: la polémica Torre del Puerto de Málaga, un hotel de lujo impulsado por un fondo qatarí que modificará la silueta y el paisaje de la ciudad, está más cerca de construirse. El proyecto ha concitado una sonada contestación de arquitectos, urbanistas, artistas y ciudadanos.

Cultura “no va a prohibir que se erija ese edificio”, manifestó ante los periodistas el ministro, confirmando un desenlace que se presagiaba desde el pasado mes de marzo, cuando el director general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ejecutivo central, Isaac Sastre, zanjó que “faltan evidencias probadas para determinar la existencia de expoliación en el proyecto de la Torre del Puerto”. Iceta esgrimía este jueves la misma argumentación —“nuestros expertos nos dicen que no se produce el expolio” paisajístico que advirtió la Unesco— y apuntaba a que la intervención de su departamento se resumiría a “algún tipo de recomendación”.

Foto: Vista del proyecto del hotel rascacielos del puerto de Málaga.

El ministro recurrió a ejemplo distintos para suavizar el impacto de este equipamiento turístico en la ciudad y recordó que las torres de la Sagrada Familia, “en su tiempo, y está documentado, se consideraron una locura”. Seguidamente comparó el futuro rascacielos malagueño con el urbanismo de altura de Benidorm, “que era como una maldición”, y después recordó las palabras del exalcalde de la Ciudad Condal, Pasqual Maragall, que “decía que cada generación necesita su torre”.

Lo curioso de estos intentos del ministro de vender el proyecto es que desmontan la estrategia de oposición adoptada por el PSOE de Málaga en los últimos tiempos. Y hay que acotar esta confrontación en un pasado reciente porque no hace mucho eran destacados líderes socialistas los que bendecían la construcción del rascacielos. El secretario general del partido en la provincia, Daniel Pérez, tras las palabras de Miquel Iceta, recurrió a las redes sociales para difundir un mensaje electoralista con mucho poso de desagravio. Un texto con el que justificar el revés que ha supuesto la constatación de que cada intento de detener la Torre del Puerto ha sido estéril y que motivó que el ministro —horas después— matizase unas palabras que quedaron grabadas. .

“Seamos claros, si yo soy alcalde en mayo de 2023 no va a haber torre en el dique de Levante. Será el Ayuntamiento de Málaga, a través de los cauces urbanísticos, quien detenga esta barbaridad. Mi modelo de ciudad no es el de especulación urbanística, sino de la sostenibilidad”, señalaba Pérez en un post que dejaba traslucir el malestar que se generó en el partido por las palabras de Iceta. Una tensión que se trató de difuminar con la rectificación —donde se cuestionaba qué modelo de desarrollo quería Málaga— y comparetiendo el mensaje de su compañero de siglas.

Pero por mucho que el dirigente socialista intente mostrarse combativo, a pesar de la existencia de una oposición firme a la edificación, lo cierto es que los promotores han ido sorteando con éxito cada uno de los trámites administrativos. La torre desdibujará la fachada marítima de la ciudad, amenazará con sus más de 100 metros el skyline que conforman el Gibralfaro, La Alcazaba y la Catedral y quebrará la apertura de la urbe al Mediterráneo, probablemente, pero legalmente no hay nada que por ahora impida que se coloque la primera piedra de esta obra faraónica.

A pesar de la fuerte contestación al proyecto, ha ido pasando todos los trámites legales

Iceta, que dijo que en cuestiones de este tipo “tenemos que huir todos de arbitrariedades y de gustos personales”, y que “hay que evitar dejarse llevar por modas y ser objetivos”, se afanó en dejar claro que su Ministerio “ni se opone, ni apoya” la construcción, y limitó su margen de maniobra al recalcar que el futuro de la misma “depende de un plan especial, que está pendiente de una declaración de impacto ambiental, y de una autorización de Puertos del Estado”. No obstante, en este punto no se puede obviar cómo el PSOE defendió como prueba irrefutable que el Ejecutivo de Pedro Sánchez realizara una serie de objeciones que finalmente no han llegado a ningún lado.

Consecuencias políticas

Las palabras del ministro, realizadas en un acto celebrado por la Cadena Ser en Málaga, han generado gran malestar en su socio en el Gobierno central. Nicolás Sguiglia, concejal de Podemos en el Consistorio malagueño, calificó de “desafortunadas” las declaraciones de Iceta, y señaló que espera que el PSOE las “rectifique” y “deje clara su posición contraria a el proyecto de rascacielos”.

Pero no es la única quiebra política. En el bloque de la derecha, la edil de Cultura y Deporte, Noelia Losada, miembro de Ciudadanos, aseguró en un programa de Canal Málaga que no le gusta la Torre del Puerto y que le gustaría que el proyecto “se cayera” en algún trámite. No hay que olvidar que su voto es decisivo para que la propuestas del PP salgan adelante, y que los populares han sido siempre los grandes defensores del rascacielos alegando la falta en la ciudad de equipamientos turísticos de esa calidad.

Foto: María Ángeles Rubio, la 'farolera', enseña su tatuaje de La Farola. (P. D. A.)

Una hipotética llave para detener el rascacielos podría estar en una sentencia del Tribunal Supremo sobre un caso que afectaba a la Autoridad Portuaria de Baleares y en la que se cuestiona la utilización del denominado 'trámite de competencia' para realizar concesiones en el dominio público. Éste, precisamente, fue el empleado por el puerto malagueño para adjudicar la construcción y explotación del hotel y el fallo judicial no duda en hablar de “arbitrariedad” y “discrecionalidad”.

El proyecto de lujo —cuya altura se ha reducido con respecto a los planos iniciales hasta los 116 metros— dibuja un basamento y una torre de 27 plantas que incluirán 378 habitaciones. El último piso se habilitará como un mirador accesible a la ciudadanía, tendrá un bar y también un centro de salud y belleza. En el subsuelo, se construirá un aparcamiento subterráneo.

En total, 43.516,73 metros cuadrados construidos en los que, además, se distribuirán un comedor para desayunos, un casino, espacios comerciales, un salón de eventos y una zona ajardinada con una gran piscina sin bordillos, describen los promotores en su web, donde destacan el auditorio, en el que se podrán celebrar congresos.

“Al cabo del tiempo será una referencia querida y del gusto de la mayoría como han sido la mayoría de torres, no digo solo los rascacielos de Nueva York, sino las de Barcelona, que no son tan altas, pero que son apreciadas por la ciudadanía como símbolo de la ciudad”. El ministro de Cultura, Miquel Iceta, tiró este jueves de todo tipo de comparaciones para edulcorar una realidad: la polémica Torre del Puerto de Málaga, un hotel de lujo impulsado por un fondo qatarí que modificará la silueta y el paisaje de la ciudad, está más cerca de construirse. El proyecto ha concitado una sonada contestación de arquitectos, urbanistas, artistas y ciudadanos.

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