Los dos amigos de Marbella que seducen a la ‘jet set’ saudí con sus sudaderas

Para Itziar Fuentes y Juan Manuel Fernández fue como jugárselo todo al rojo o al negro. Una sensación de vértigo que se alimentaba con los reparos de sus amigos y familiares. “¿Estáis seguros de lo que vais a hacer?”, les preguntaban una y otra vez. “La verdad es que no”, no tenían ninguna certeza, pero “sabíamos que algo iba a pasar”. Y vaya que pasó. Porque pocos podían imaginar que ese medio centenar de sudaderas que hicieron para sus conocidos sería el germen de una singular aventura empresarial que ha llevado a estos dos marbellíes amigos de la infancia a convertir su marca en una de las preferidas de la ‘jet set’ saudí. Un viaje con etapas en Qatar y Kuwait y un sueño de futuro: desembarcar en Londres.

¿Pero cómo estos dos jóvenes de Marbella han llegado a cautivar a los ‘royals’ de Oriente Medio? Pues ese impacto tiene nombre: la princesa Deehma Al Saud. Ella fue la que se fijó en sus prendas y decidió brindarles una oportunidad. “Nos llamó su asistente y tuvimos un encuentro con ella”, explica la joven, que reconoce que “no tenía ni idea de quién era” y que quedó impactada por la protocolaria puesta en escena. Ante sí tenían a una mujer de unos 35 años, miembro de la realeza saudí, que se había convertido en prescriptora de moda en algunos de los países más ricos del mundo. Si conseguían cautivarla con su propuesta, abrirían las puertas de un mercado impresionante. Y así fue. Homiés Marbella, nombre de la marca, tuvo una entrada triunfal con un espacio privilegiado en el ‘concept store’ que la princesa posee en Riyadh (Arabia Saudí), y que ha tenido su continuidad en otro exclusivo punto de venta internacional: las Galeries Lafayette de Doha (Qatar), donde lograron hacerse un hueco porque “la hija del dueño se enamoró” de sus propuestas.

TE PUEDE INTERESAR

Marbella Club, el inicio de la historia de amor de la ciudad con la jet set

Inés Gutiérrez

Eso ocurrió en 2019, y tal fue el éxito, que la firma continúa colaborando con Al Saud en “colecciones cápsula y ediciones limitadas” con las que seguir atrayendo a una clientela que se ha rendido a las creaciones de estos dos jóvenes.

El despegue de Homiés Marbella, que fue acompañado de la apertura de una tienda en Puerto Banús, compartiendo acera con marcas consolidadas como Loewe, Dior o Hermés, se vio truncado por la pandemia. Pero la venta online “nos salvó”. El comercio electrónico supone el 50 por ciento de sus ingresos y esta diversificación evitó el derrumbamiento de esta aventura empresarial. Los envíos siguieron partiendo con destino a Europa, Oriente Medio, Estados Unidos o Canadá y contuvieron los números rojos.

Ninguno de los dos emprendedores tenían conocimientos previos del comercio textil

“Han sido dos años de muchos retos, muy duros, en los que hemos aprendido muchísimo, pero afortunadamente nos hemos levantado tras la tormenta. Estamos de pie y queremos volver a liarla”, advierte Itziar Fuentes, que quiere seguir evolucionando su concepto. Primero, con la reconversión de la segunda planta de la tienda en un espacio de arte urbano con el que interactuar. Y segundo, muy en vanguardia, siendo de los primeros en ofrecer a sus clientes la posibilidad de comprar sus prendas con criptomonedas.

Homiés Marbella factura en la actualidad “millones de euros”, pero lo más increíbles es que ni Juan Manuel Fernández, ni su socia, tenían conocimientos de moda. La joven aclara que se conocen desde los diez años, y desde entonces son “mejores amigos”. Los dos decidieron estudiar Publicidad, Dirección Artística, y crearon una agencia a la que poco a poco fueron sumando destacadas empresas marbellíes. Los hoteles Puente Romano o Nobu o el Grupo Mosh -Playa Padre, Mosh Fun Kitchen...- fueron algunos de los clientes que confiaron su talento y se asentaron como unos de los creativos de referencia en la zona.

El cambio en sus vidas se produjo de una forma casi anecdótica y en un escaparate sin fronteras. “Teníamos una cuenta de Instagram con una comunidad muy activa y vimos que había una tendencia, una moda, en la que la gente subía fotos con camisetas en las que se podía leer Homies -amigos- New York, Homies L.A., Homies Paris… Así que dijimos, nosotros que somos amigos, vamos a hacer una de Marbella”. Se pusieron manos a la obra con el Photoshop y publicaron el resultado en su perfil. “La respuesta fue increíble. Todos nuestros conocidos querían una, así que hicimos un primer lote de 50 que se vendieron en un solo día”.

Esa primera inversión fue de 500 euros y las ganancias rápidamente la multiplicaron. Cada prenda se vendió por un precio de 35 ó 40 euros -que ahora se ha incrementado hasta los 70 por el aumento de los costes- y su comercialización fue rapidísima. “La gente llegaba a venir a mis casas para comprar una”, relata la joven emprendedora.

TE PUEDE INTERESAR

Marbella resiste: jet set, aristocracia DJ y postureo

Ana Sánchez Juárez

El producto “funcionaba” y fueron consciente de que tenían ante sí una oportunidad. Había que subirse al tren o dejarlo pasar. Itziar y Juan Manuel hablaron y decidieron arriesgar. “Vendimos una parte de la agencia” a un socio que ahora la dirige y enfocaron sus esfuerzos en Homiés Marbella. Y eso que muchos les tildaban de “locos” por abandonar la estabilidad que habían conseguido y adentrarse en un futuro incierto.

Las redes fueron un factor clave. La gente comenzó a subir imágenes en distintos lugares del mundo con el hashtag de la marca y la camiseta puesta y se viralizaban con rapidez. Así que acordaron ampliar el catálogo de productos e incluyeron gorras, sudaderas y otras prendas. Un paso al que siguió, tres años después, en 2017, el alquiler de la tienda. “La vimos y nos enamoramos. Así que cogimos todo el dinero que teníamos de la venta de las camisetas, de la agencia y los ahorros y dimos el paso. Y fue genial”.

Itziar reconoce que no tenían "ni idea” del negocio textil cuando decidieron comenzar esta aventura, pero que han ido formándose para consolidar su firma como una de las más demandadas por el turista exclusivo que veranea en la zona. “¿Si ha superado las expectativas? Por su puesto”, pero “teníamos la premonición de que iba a funcionar”, afirma la joven.