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El fichaje de Hervías por el PP revuelve a Ciudadanos en Andalucía
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MARÍN GANA PESO NACIONAL

El fichaje de Hervías por el PP revuelve a Ciudadanos en Andalucía

"Movimientos así pueden dinamitar el Gobierno andaluz", avisan de un manera nítida en Cs. Los populares andaluces niegan haber conocido la opa hostil al partido naranja

Foto: Reunión de Inés Arrimadas y Juan Marín. (EFE)
Reunión de Inés Arrimadas y Juan Marín. (EFE)

El fichaje de Fran Hervías, que lleva tiempo negociando con Génova su paso al PP y tendrá sitio en el puente de mando del partido a la sombra de la secretaría de organización, removió más al Gobierno de Andalucía que la moción de Murcia. Este domingo Cs, tras conocerse esa noticia, entró en convulsión. Hervías no solo fue el secretario de Organización de Albert Rivera y una pieza clave en su estrategia, sino que ha tenido mucho poder en Andalucía y era el rival interno más potente que tenía el vicepresidente andaluz, Juan Marín.

Bajo la batuta de Hervías, que negoció con Arrimadas un puesto como senador por la comunidad autónoma andaluza, estaba el movimiento crítico con Marín en Andalucía, él nunca ha dejado de mover sus fichas en el tablero andaluz y en los últimos tiempos se había encargado de poner a circular que la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, iba a ser la candidata rival de Marín en primarias con la bendición de la dirección nacional del partido. Fue Marín quien primero postuló la fusión electoral con el PP que Arrimadas descartó y también maniobró, sin éxito, para apartar del Gobierno a Ruiz, operación que el PP-A frenó.

Foto: La líder de Cs, Inés Arrimadas, y el portavoz adjunto, Edmundo Bal. (EFE)

El salto al PP del principal rival interno de Marín en Andalucía lo pone todo patas arriba. Desde el PP andaluz aseguran que no sabían nada de este fichaje y Marín y los suyos se enteraron directamente por los medios de comunicación. La sorpresa fue tan mayúscula como el enfado en las filas de Cs. La lectura fue inmediata: “Movimientos así sí que pueden dinamitar el Gobierno”, deslizaron este domingo. Aquí se cruza además la pugna interna en el PP. Los congresos provinciales han aireado las graves diferencias entre Génova y la dirección andaluza de Juan Manuel Moreno y el pulso entre García Egea y Elías Bendodo.

En las filas andaluzas desconocían, o eso aseguran, que García Egea estaba en esta operación de opa hostil a Cs y que Hervías iba a ser el primer protagonista. Incluso hoy insisten en que no tienen constancia de que vaya a existir un desembarco de cargos naranjas en el PP de Andalucía. “No se nos ha ofrecido nadie”, apuntan desde la cúpula regional, desde donde niegan que vayan a echar el lazo a descontentos de Cs integrándolos ya como afiliados del PP en el Gobierno andaluz.

placeholder Fran Hervías. (EFE)
Fran Hervías. (EFE)

El mensaje de Marín quedó claro a la entrada de la reunión de la ejecutiva nacional en Madrid. "Hay dos PP: el del señor García Egea y el que hay en comunidades en línea de establecer puentes para gobernar juntos, como en Andalucía", señaló. Ya con los ánimos más calmados, desde Cs insisten en que el problema no está en el Gobierno regional, sino en Madrid y admiten, eso sí, que mantener a salvo la coalición del tsunami externo es más complicado si el PP mueve ficha de forma tan agresiva. Algo que también comparte la dirección andaluza del PP.

Tras los cambios impulsados por Arrimadas a la desesperada para salvar el partido, Marín gana peso en la ejecutiva nacional y se cumple algo que llevan demandando hace mucho tiempo, que el partido deje de ser una estructura piramidal donde decidan tres desde Madrid sin contar con los territorios. Eso sí, no se sabe si se contendrá la descomposición.

Cs Andalucía cree que el fichaje de Hervías desactiva a los críticos y deja huérfanos a quienes podían armarse para plantar cara a Marín

En las filas de Cs Andalucía creen además que el fichaje de Hervías, analizado en frío, desactiva a los críticos y deja huérfanos a quienes podían armarse para plantar cara al actual vicepresidente andaluz. Es una lectura, pero el patio interno está tan agitado que es difícil hacer cálculos sobre la erosión que sufrirá el Gobierno andaluz a medio plazo y qué impacto tendrá la descomposición de Cs.

En clave municipal naranja en Andalucía, el Ayuntamiento de Granada se ha convertido en un polvorín cada vez más complicado, Luis Salvador, primer edil granadino, mantiene un duelo interno no solo con sus supuestos socios de Gobierno municipal (PP y Vox), sino incluso entre los propios concejales.

placeholder Luis Salvador, alcalde de Granada. (EFE)
Luis Salvador, alcalde de Granada. (EFE)

A ningún político en España se le pregunta si se va a presentar dentro de dos años. ¿Si me presentaré por Ciudadanos o PP? Pregúntale a Rappel. Las próximas elecciones no vienen hasta dentro de dos años. Este equipo de Gobierno está centrado en trabajar", dijo ayer Salvador en una intervención ante los medios de comunicación.

Después de la publicación de 'Eldiario.es' de los contactos entre Elías Bendodo, consejero de Presidencia, y Salvador para el fichaje de este por el PP, desmentido por fuentes próximas a la Consejería de Presidencia y por el propio alcalde en declaraciones el domingo por la tarde en la Sexta, el primer edil sorprendió el lunes hablando que su posible cambio de partido “dependería de la dirección provincial del PP”.

"Estamos seguros de que esperará el momento más oportuno para dar el salto al PP", subrayan fuentes del PSOE sobre Salvador

En el Ayuntamiento de Granada atribuyen esta frase a un lapsus de Salvador, pero que evidenciaría la conexión del alcalde con el Partido Popular de Andalucía, a pesar de que Sebastián Pérez, exlíder de este partido en Granada, es un enemigo declarado de Salvador y desde un primer momento dijo haberse sentido "engañado".

Fuentes del PSOE municipal consultadas por El Confidencial lamentan la situación de “inestabilidad” en la que está inmerso este consistorio andaluz. “Estamos seguros que guarda ases en la manga y esperará el momento más oportuno para dar el salto al PP”, señalan estas mismas fuentes. El Ayuntamiento de Granada sufre una continua zozobra desde que en 2016 fuera detenido el entonces alcalde popular, José Torres Hurtado, en el transcurso de la investigación de caso Serrallo.

Tranquilidad en Málaga

La presunta trama de corrupción urbanística municipal acabó con la absolución de Torres Hurtado de los delitos de prevaricación urbanística y común, fraude en la contratación y tráfico de influencias de los que estaba acusado en la macrocausa que provocó su dimisión.

En Málaga la situación del grupo municipal es más tranquila. Noelia Losada, su portavoz municipal, apoya de una manera clara al alcalde Francisco de la Torre y no prevé ningún cambio en esta línea. Juan Cassá, antiguo líder municipal de Ciudadanos, es cada vez más cercano al PP, mantenía una buena relación orgánica con Hervías y rechaza la línea del partido en la nueva etapa de Inés Arrimadas.

placeholder Juan Espadas e Inés Arrimadas, el pasado mes de enero en Sevilla. (EFE)
Juan Espadas e Inés Arrimadas, el pasado mes de enero en Sevilla. (EFE)

Los cuatro ediles de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Sevilla dan tranquilidad al alcalde Juan Espadas para el resto de mandato municipal. Tanto ahora como en los primeros cuatro años de Espadas al frente de la alcaldía Cs ha respaldado a Espadas.

En Jaén, Ciudadanos también apoya a otro alcalde socialista: Julio Millán. Aunque aquí el pacto es más endeble que el de Sevilla y hay continuas discrepancias. La última ha sido por la decisión del Gobierno de ubicar en Córdoba, y no en Jaén, un gran centro logístico militar.

El fichaje de Fran Hervías, que lleva tiempo negociando con Génova su paso al PP y tendrá sitio en el puente de mando del partido a la sombra de la secretaría de organización, removió más al Gobierno de Andalucía que la moción de Murcia. Este domingo Cs, tras conocerse esa noticia, entró en convulsión. Hervías no solo fue el secretario de Organización de Albert Rivera y una pieza clave en su estrategia, sino que ha tenido mucho poder en Andalucía y era el rival interno más potente que tenía el vicepresidente andaluz, Juan Marín.

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