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"Nos vacunamos por vosotros, los jóvenes. Los mayores ya tenemos toda la vida vivida"
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"Nos vacunamos por vosotros, los jóvenes. Los mayores ya tenemos toda la vida vivida"

Los mayores de la residencia de ancianos de El Palo esperaban con entusiasmo a los enfermeros. Se administraron 80 dosis. "Os llevábamos esperando mucho tiempo", dijeron

Foto: Eugenia, de 88 años, en el momento de recibir la vacuna del covid 19 en la residencia de ancianos de El Palo, en Málaga.
Eugenia, de 88 años, en el momento de recibir la vacuna del covid 19 en la residencia de ancianos de El Palo, en Málaga.

Estaban esperando con su andador, tomando el solecito de invierno. Este invierno templado de Málaga. El personal de enfermería se identificó y los mayores se pusieron muy contentos. “A mí me pones la vacuna con la aguja más pequeñita, pero que haga efecto, ¿eh?”, bromea Inés, de 88 años, la segunda en vacunarse en la residencia de ancianos de El Palo, regida por la Junta de Andalucía.

“El día ha sido muy emotivo. Yo salí un poco nervioso de casa. Sabía lo que esto suponía, pero yo mismo me quería concienciar que esto era parte de mi trabajo, pero interiormente los nervios los llevaba dentro”, relata a El Confidencial uno de los profesionales. Se vacunaron 80 residentes del centro situado en la zona Este de Málaga y que por su amplitud y habitaciones bien podría ser un hospital.

Foto: Mónica (i) y Araceli (d), las dos primeras españolas en recibir la vacuna del covid. (EFE)

Era un día importante y lleno de esperanza. Y Eugenia, de 88 años, cabello plateado, con ganas de hablar, la primera en recibir la vacuna, lo sabía muy bien. “No tengo miedo si luego hay reacción. Yo estoy tranquila, no estoy nerviosa”.

Inés, que luce un gorro rojo, lanza un mensaje que llega al corazón: “Nos vacunamos por vosotros, los jóvenes. Nosotros ya tenemos toda la vida vivida y esto debe servir para las generaciones que vienen detrás”. Un compañero de residencia pregunta al personal de enfermería: “¿Vosotros sois los que nos vais a poner la vacuna? Os llevábamos esperando mucho tiempo”.

Enrique, enfermero de 28 años: "Es bastante emocionante poder estar viviendo esto y administrar la vacuna del covid"

La vacuna venía de Granada. Se preveía su llegada a las 11 y eran las 12 y todavía no había aparecido. Se retrasó a las 13.30 horas y en unos 40 minutos ya estaban organizando el dispositivo para que Eugenia recibiera la primera dosis. A su lado estaba Enrique Vargas, enfermero de 28 años. “Es bastante emocionante poder estar viviendo esto y administrar la vacuna del covid con todo lo que ha supuesto este año para la sanidad mundial”. Este es el mensaje que lanza en un pequeño vídeo.

Dos enfermeros y una enfermera se reparten el trabajo en la residencia. La vacuna llega a Málaga en una temperatura entre 2 y 8 grados. La vacuna ya viene descongelada y antes de administrarse tiene que estar en líquido, luego se diluye en suero fisiológico, y de ahí sale cada dosis. Uno realiza el registro mediante la anamnesis, recopilación de datos de un paciente con preguntas sobre si se padece algún tipo de alergia, si se ha puesto alguna otra vacuna en los últimos meses, si está inmunodeprimido, si ha pasado el covid recientemente o si ha tenido algún contacto con un portador del virus.

Con el "bicho" más lejos

Muchos mayores se acercaban al personal de enfermería. Merodeaban al lado de las mesas donde había pequeños botes con las dosis de la vacuna, junto a las jeringuillas. Parecía como si buscaran la fórmula secreta de la pócima contra el covid 19. Los auxiliares les pedían que los profesionales pudieran hacer su trabajo. Muchos de ellos estaban limitados en su movilidad (iban en silla de ruedas) y eran ayudados por auxiliares.

La vacuna también se suministró en el Hospital Clínico de Málaga, zona cero del covid en Andalucía en los primeros meses de la pandemia. Un neumólogo y una celadora del centro sanitario fueron los primeros en vacunarse ayer.

“Ha sido un día bonito, un día histórico”, relata Enrique. En la residencia de ancianos de El Palo duermen ya un poco más tranquilos, con el bicho más lejos de sus vidas "viva vivida", como dice Esther.

Estaban esperando con su andador, tomando el solecito de invierno. Este invierno templado de Málaga. El personal de enfermería se identificó y los mayores se pusieron muy contentos. “A mí me pones la vacuna con la aguja más pequeñita, pero que haga efecto, ¿eh?”, bromea Inés, de 88 años, la segunda en vacunarse en la residencia de ancianos de El Palo, regida por la Junta de Andalucía.

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