Guerra del agua en Málaga por una embotelladora en un paisaje protegido

Desde la salida 20 de la A-92M hasta Villanueva del Rosario (Málaga), se cuentan seis curvas. Entre la cuarta y la quinta, seis máquinas excavadoras trabajan sobre un extenso terreno. En concreto, 12.950 metros cuadrados que pretenden convertirse en hormigón en una zona catalogada por la Junta de Andalucía como “suelo no urbanizable espacios de interés paisajístico”. Son los cimientos de una planta embotelladora de agua que pretende extraer casi una piscina olímpica diaria de acuíferos localizados entre Villanueva del Rosario y Villanueva del Trabuco. Hasta la sexta curva, es término municipal de Antequera. Su núcleo urbano está a 27 kilómetros, pero aprobó el plan de actuación definitivo de la embotelladora el pasado octubre con los votos a favor del equipo de gobierno (PP), Ciudadanos y Adelante Antequera-IU. Los socialistas se abstuvieron.

Las perforaciones, desde donde se pretende extraer el agua, se encuentran a 1.400 metros de la planta que se está construyendo. “Se pretende obtener un caudal total con las dos captaciones de 18l/s”, expone la empresa encargada de la obra. Una cifra con la que superaría el millón de litros en una producción diaria de tres turnos, más del doble de lo que Villanueva del Rosario consume de media diariamente según el alcalde de la localidad, Juan González. Sin embargo, el BOE publicado el pasado 8 de noviembre expone que la planta solo tiene podría captar 6 litros por segundo, una tercera parte de lo pretendido por la empresa que explotará el sondeo y que, aunque asegura que comenzará con la explotación mínima, calcula la producción de 9.000 botellas cada hora. El mismo documento autoriza la explotación por 25 años prorrogables.

“Tenemos el requisito más fuerte de Medio Ambiente que es la Autorización Ambiental Unificada (AAU)”, expone Ramón Martínez, gerente de Inversiones Domago SL, empresa que pretende explotar la planta. Según el mismo documento al que ha tenido acceso este periódico, se ha realizado un sondeo en la Sierra de Camarolos por profundidad de 228 metros y pretende otro de 315 a pesar de la protección ambiental de la zona. “Los terrenos donde se prevé ubicar la planta embotelladora se encuentran clasificados como suelo no urbanizable de espacios de interés paisajístico, mientras que la captación se localiza sobre suelo no urbanizable enclaves naturales excepcionales”, dicta la misma resolución fallada como favorable por la Junta de Andalucía a la construcción y actividad el 27 de octubre de 2016, en periodo socialista, después de ser rechazada en dos ocasiones según consta en los antecedentes.

La Sierra de Camarolos, entre el término municipal de Antequera y Villanueva del Rosario está registrada como zona protegida y sus manantiales pertenecen a la unidad hidrogeológica que alimenta la denominada Fuente del Enebro, donde se localizan las perforaciones de extracción. La Sierra del Jobo y la de San Jorge, esta última en Villanueva del Trabuco, también vierten sus aguas en la misma masa. Entre todas conforman un área de 72 kilómetros cuadrados. “Hemos tenido muchas reuniones con el tema del trasvase de agua, pero desde la Junta ni desde Antequera se nos ha comentado nada jamás”, explica Rafael Porras, concejal en Villanueva del Trabuco, cuyo consistorio manifiesta intención de “llevar a cabo acciones legales” y ya ha solicitado formalmente a la Delegación de Medio Ambiente la paralización inmediata de las obras. A esta última medida también se ha unido Villanueva del Rosario, quien ya tuvo problemas similares con la construcción de un campo de golf que frustró la crisis de 2008.

Continuos problemas de sequía estival

La zona afectada en particular y la comarca de Antequera en general sufre sequías estivales desde la última década. De hecho, los municipios afectados por la embotelladora y otros como Casabermeja o Colmenar, que beben del mismo acuífero, pertenecen a una plataforma que exige un trasvase de agua en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir desde Iznájar (Córdoba) para paliar los problemas de abastecimiento en municipios como Humilladero o Fuente de Piedra. Una de las últimas reuniones entre la plataforma gubernamental y las autoridades competentes, según ha podido saber El Confidencial, se celebró en octubre del año pasado. Una semana antes de que se diera luz verde definitiva al proyecto de la embotelladora desde la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Antequera a través del BOJA del 18 de ese mismo mes.

El proyecto se ha publicado hasta en cuatro ocasiones en procedimientos de información pública, pero hasta ahora no se había presentado ninguna alegación. “Aunque no nos guste, creo la embotelladora cumple con todos los requisitos”, confirma un experto a este medio. “El pozo no se ve, no tienen ningún impacto visual (son perforaciones de menos de 400 milímetros de diámetro) otra cosa es el ambiental porque puede afectar a la viabilidad de todo el acuífero, pero los estudios de minas determinan que no va a afectar”, sentencia. “Hemos obtenido todos los requerimientos, tanto de Industria como de Medio Ambiente”, defiende el gerente de la empresa que realiza el proyecto.

El fallo favorable contó con los argumentos de la empresa Velasco y Solís, Ingeniería, Tecnología y Servicios SL que fue la encargada por Inversiones Domago SL para el estudio del impacto ambiental en 2016, cuatro años después del primer registro del interés por parte de la empresa embotelladora. Inversiones Domago considera que la afección a los recursos naturales “es inapreciable” y, por tanto, “compatible”. Además, expone que en la construcción se usarán “materiales, texturas, diseños y colores que se mimetizan con el entorno y no produzcan un fuerte impacto visual”. Según documentación oficial, la obra de la planta de embotellado finalizará con la construcción de una nave de 5.075 metros cuadrados de una altura de siete metros de estructura metálica.

“Uno de los requisitos es garantizar que esa agua sea de calidad, pero también que no afecte al suministro y a la calidad del agua de las reservas colindantes. Son masas de agua independientes, es decir, no están conectadas a las masas de agua que suministran a la comarca”, explica el gerente de la empresa que también explotará la línea de productos. “Se trata de un malentendido. Hay estudios hidrogeológicos en que se demuestra que no va a tener alteración ni positiva ni negativa. Ha sido una gestión impecable”, mantiene.

274.137 litros envasados en 8 horas

“Es una obra aberrante. Están modificando el estrechamiento del cauce de manera que puede desplazar la vertiente y causar graves daños en episodios de inundación”, explica Javier Vegas, arquitecto e ingeniero técnico industrial. “Los 12.000 metros de suelo sellado no dejarán el filtrado del agua por lo que pasará directamente al arroyo con los problemas de contaminación que eso conlleva”, añade el también miembro de la Plataforma contra la extracción y venta privada del agua de la Sierra de Camarolos.

En primera instancia, la obra fue autorizada por la Ley de Minas de 1973 según la cual el único impedimento de no adjudicación es si existe un interés de explotación pública. “Se ha autorizado porque se considera como recurso geológico y no ambiental (siempre que se declare mineral natural o mineromedicinal), por eso responde a Minas”, explica otro experto. En cualquier caso, “cuando solicitan la AAU tuvieron que pedir compatibilidad urbanística a Antequera, que lo consideró como interés público. Fue un salvoconducto para tener unas condiciones urbanísticas hechas a medida. Antequera le tendió la alfombra roja”, insiste Javier Vegas.

Y es que, según el acta del pleno extraordinario del pasado 21 de octubre del Ayuntamiento de Antequera por la que se aprueba el proyecto, en diciembre de 2015 dicha entidad pública catalogó la actuación (tras un informe técnico municipal) como de “utilidad pública e interés social”. Desde el consorcio de Antequera, como ha explicado Manuel Barón, alcalde de la localidad, aseguran que no paralizarán las obras: “Igual se piensa alguien que Antequera renunciará a una inversión en su término municipal que contó con un apoyo mayoritario”. “La embotelladora la vamos a disfrutar en salud todos porque beneficia a todos los pueblos de la comarca”, expone el alcalde de la localidad, quien también ha resaltado “los más de 100 empleos directos e indirectos” que a su juicio creará la explotación.

Quien también se ha pronunciado ha sido el coordinador general del Partido Popular en Málaga y parlamentario andaluz, José Ramón Carmona, quien compatibiliza desde 2019 la concejalía de logística, obras e inversiones para el empleo en el Ayuntamiento de Antequera. “Será difícil de explicar a los vecinos que se rechace una iniciativa que va a crear 100 empleos”, asegura Carmona, quien insiste en que los primeros permisos se dieron hace ocho años, cuando la Junta de Andalucía estaba gobernada con el sello socialista. “Lo que no se puede hacer es reclamar un cambio de modelo productivo, reivindicar una mayor industrialización y que ahora se rechace”, asegura quien también fuera primer teniente alcalde de Antequera entre 2015 y 2019.

La unidad hidrológica de la que se pretende extraer el agua responde a un sistema de modelado kárstico, es decir, el agua se almacena a partir de su infiltración por las grietas y se acumula en los acuíferos hasta emerger por los manantiales. “La masa de agua que utilizará la embotelladora es la misma que abastece por sus respectivos sondeos a Villanueva del Rosario, Villanueva del Trabuco, Villanueva de Cauche, Casabermeja, Colmenar, Alfarnate y Alfarnatejo” explica Gisela Lara, licenciada en ciencias ambientales y experta en recursos hídricos.

“Cualquier bombeo que se llevara a cabo en el acuífero tendría repercusión en los caudales de los manantiales y, consecuentemente, en las zonas recreativas existentes en sus inmediaciones como puede ser la Fuente de los Cien Caños”, insiste. En esa línea se manifiesta el Instituto Geológico y Minero de España: “Hay continuidad hidrogeológica, por lo que el agua subterránea no entiende de términos municipales, no tiene certificado de empadronamiento, supone un riesgo por repercusión a los caudales de los manantiales debido a cualquier bombeo”, expone en la descripción de la zona afectada tras un análisis de la unidad hidrológica de la que se pretende extraer el agua.

Desde la empresa promotora, y después de que tuviese una reunión con los ayuntamientos de Villanueva del Rosario y Trabuco, insisten en que es una obra que cuidará el medioambiente usando, entre otras medidas, envases biodegradables en una planta que ya ha bautizado como “Ecológica de Agua Mineral”. “La concesión es de hasta 18 litros por segundo porque está garantizado de que no tiene ningún impacto con la propia masa”, repite Ramón Martínez, quien también confirma a este periódico que la embotelladora, un proyecto que ha contado con una inversión de 15 millones de euros, comenzará a funcionar en octubre.

La obra empezó en cuarentena

Desde el ayuntamiento de Villanueva del Rosario, donde existe un registro de petición de información sobre la red de agua municipal para el abastecimiento de aseos y limpieza de la planta, informan que se trata de un “mero trámite informativo” que no significa que se le autorice. El informe que da respuesta a la solicitud de Inversiones Domago SL, a la que también ha tenido acceso El Confidencial, está firmado el 27 de octubre de 2015.

"Se ha autorizado porque se considera como recurso geológico y no ambiental", explica un experto sobre el proyecto

Ahora, según confirma el alcalde de la localidad, electo el año pasado, la empresa ha preguntado formalmente por los permisos de conexión de tuberías. “No puede ser que pidamos un traspaso y ahora, en esa misma cuenca, se autorice una explotación privada de un bien escaso”, afirma Juan González en una conversación telefónica. “Defiendo lo público y lo tengo que defender hasta el final”, sentencia el alcalde socialista, quien insiste en actuar con cautela y “con todos los argumentos legales”.

La planta embotelladora obtuvo su permiso de obras por parte del Ayuntamiento de Antequera el pasado 7 de mayo, una semana antes de que Málaga pasase a la fase 1 de la desescalada tras la crisis del coronavirus. Por el momento, y según ha contrastado El Confidencial, ya se ha presentado una denuncia a la inspección de trabajo por irregularidades en la señalización, transportes de agua y tránsito de maquinaria pesada.

Ese mismo lunes de la entrada en la fase 1, Cyro García, vecino de Villanueva del Rosario y portavoz de la plataforma que pretende paralizar las obras, se desplazó a Málaga por una cita médica. “Me sorprendió ver el inicio de unas obras a la entrada del pueblo. Quizás cuando tengamos de nuevo cortes de agua, tendremos que ir a comprar agua a la embotelladora, esa misma agua que ahora es un bien de todos”, afirma. Pero Villanueva del Rosario la había dejado dos curvas atrás.