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Vuelve la lucha de las ‘Kellys’: "Somos las esclavas del siglo XXI"
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"todas mis compañeras tienen mucho miedo"

Vuelve la lucha de las ‘Kellys’: "Somos las esclavas del siglo XXI"

Las camareras de piso regresan ahora con más fuerza para denunciar los contratos basura de las empresas multiservicios: cobran 1,57 euros por el arreglo de la habitación

Foto: Las camareras de pisos cobran hasta un 40% menos cuando trabajan para una empresa multiservicios. (Reuters)
Las camareras de pisos cobran hasta un 40% menos cuando trabajan para una empresa multiservicios. (Reuters)

La lucha de las ‘Kellys’ se centra ahora en las externas, las que trabajan para empresas multiservicios y carecen de un contrato con un empresa hotelera. Son las que cobran menos (el sueldo llega, con suerte, a los 600 euros netos) y en ellas reside la batalla. Las camareras de piso, las grandes olvidadas hasta que Antonio Catalán, presidente de AC Hoteles, condenó en el foro Sur la externacionalización de sus servicios para pagarles tres euros la hora.

Inma, de 50 años, es una de ellas. No quiere decir el hotel en el que trabaja. Es del centro de Málaga (“casi todas las que estamos peor trabajamos en la capital y no en la Costa del Sol”, aclara). Lleva ocho años con un contrato de seis horas diarias (“25,2 habitaciones a 1,57 euros cada una”, precisa), pero igual le encargan 27 que treinta y tantas.

Foto: La ministra de Trabajo y Seguridad Social, Magdalena Valerio. (EFE)

Aunque suele entrar las 9.30 de la mañana, en el contrato consta que lo hace a las 10. Media hora de regalo para la empresa y, en este plan, le pueden dar las cinco o seis de la tarde. No hay horas extraordinarias y, si las reclama, le dicen que debe habitaciones. “Eso es imposible, porque siempre haces de más y te computan no solo las camas que haces, sino la preparación de la lencería, pasar la aspiradora por los pasillos y recoger. En todo eso se va hora y media que no veo por ningún lado”.

El contrato de Inma es de peón de limpieza o limpiadora, nunca de camarera de piso. Tiene artrosis degenerativa, además de achaques de lumbares y fascitis plantar. “Trabajas en condiciones inhumanas; tenemos que levantar colchones, que son especiales, y camas muy bajas que a mí me llegan por la rodilla".

Sin vacaciones

La trabajadora, sin derecho a vacaciones, lamenta el miedo de todas sus compañeras. “No se atreven a dar la cara. Temor a perder tu puesto de trabajo, pero cuando piensas lo que te gastas en transporte con las horas que dedicas muchas veces no sabes si merece la pena. Conozco a una compañera a la que despidieron por ser una 'mala influencia' para las compañeras. ¿Y sabes por qué la echaron? Ella defendió los derechos de todas. No estaba conforme con la situación”.

Al relato de Inma le falta un ingrediente más. Su sueldo siempre es el mismo y la empresa les reduce las cotizaciones de la Seguridad Social sin ella enterarse. “Es un fraude a la vista de todos y nadie hace nada”, sostiene.

María Trinidad tiene un contrato en un hotel de Torremolinos. Lleva 24 años como ‘kelly’. Ya ha cumplido 54. Normalmente hace 45 camas al día

María Trinidad sí tiene un contrato en un hotel de Torremolinos. Lleva trabajando 24 años como ‘kelly’. Ya ha cumplido 54. Normalmente hace 45 camas al día y en verano se multiplican por las habitaciones con literas y camas supletorias. La arena de la playa y los niños, “que ensucian más”. Las camas y colchones modernos no ayudan. “Son gordísimos, muy pesados, son imposibles de mover y a algunos no les ponen ni ruedas”, cuenta a El Confidencial.

Con un sueldo de 1.300 euros brutos, cada vez tiene más carga de trabajo, asegura. “Tenemos muchas más habitaciones por camarera que cuando empecé. Esto está provocando una carrera porque no da tiempo a hacerlo todo. Todas tenemos problemas de espalda, de hombros o de muñeca. Yo tengo problemas de hernias, lumbares, caderas... Aunque me quedaría con la mitad del sueldo, he pedido la jubilación total y no me la han concedido. Ahora mismo estoy de baja por la Seguridad Social a la espera de volver a trabajar, pero no puedo ni mover un mueble. Me he pasado todo el día levantando y quitando camas”.

La lucha de las ‘Kellys’ se centra ahora en las externas, las que trabajan para empresas multiservicios y carecen de un contrato con un empresa hotelera. Son las que cobran menos (el sueldo llega, con suerte, a los 600 euros netos) y en ellas reside la batalla. Las camareras de piso, las grandes olvidadas hasta que Antonio Catalán, presidente de AC Hoteles, condenó en el foro Sur la externacionalización de sus servicios para pagarles tres euros la hora.

Antonio Catalán Málaga Noticias de Andalucía
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