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"No somos Algeciras": los hoteleros minimizan los asesinatos en la Costa del Sol
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"los negocios de los malos fluyen muy bien"

"No somos Algeciras": los hoteleros minimizan los asesinatos en la Costa del Sol

Reaparecen los tiroteos, secuestros y... muertos. Marbella y el litoral malagueño occidental continúan como refugio de los mafiosos "más peligrosos de toda Europa", según la policía

Foto: Imagen del arco de Marbella. (EFE)
Imagen del arco de Marbella. (EFE)

A lo Francis Ford Coppola. San Pedro Alcántara (Marbella), una mañana tranquila de mayo. Un padre sale de la primera comunión de su hijo y, como en 'El Padrino III', alguien dispara a bocajarro. En las escaleras, saliendo de la iglesia. Delante de todos. De su hijo. La sangre y una huida veloz. El sicario que ha cobrado por la víctima. Esto no es Sicilia, ni Nueva York en su peor época. Hablamos de Marbella, uno de los refugios predilectos de “los mafiosos más peligrosos de toda Europa”, según relata la Policía Nacional a El Confidencial.

No querían más drama en su vida. Han hecho dinero y villas como las de la urbanización Nueva Andalucía, una vasta extensión de terreno entre Puerto Banús y la montaña, son un sitio ideal para pasar desapercibido. Apenas salen de sus residencias, pero a golpe de móvil controlan el negocio.

Foto: Lugar del asesinato del hombre de 45 años (EFE)

Secuestros (dos), tiroteos y asesinatos (tres) se han sucedido en las últimas semanas en la Costa del Sol. ¿Son hechos aislados, como asegura el ministro del Interior, o responden a un aumento del crimen organizado? Este diario ha conversado con dos especialistas de la Policía Nacional que han trabajado la zona. También con el representante de los hoteleros de la provincia, que intenta minimizar las últimas noticias. Algunos todavía recuerdan cómo hace 15 años unos encapuchados mataron en Marbella a un niño sevillano de siete años. Su objetivo era matar a un ciudadano francés.

placeholder Imagen de archivo de una playa situada en la Costa del Sol. (EFE)
Imagen de archivo de una playa situada en la Costa del Sol. (EFE)

"Ocurre en muchas partes del mundo"

“Esto no es Algeciras”, subraya Luis Callejón Suñé, presidente de Aehcos, la patronal hotelera de la Costa del Sol, en su comparación de la radiografía social de su zona con la comarca de Campo de Gibraltar. “Esperemos que esto sea una situación temporal. Desde luego que todo esto no nos favorece. Por ahora, no nos está afectando. No hay menos reservas. No creo que sea un tema para alarmarse mucho. Si se alarga, sí. Esos sucesos ocurren en muchas partes del mundo”.

Según Callejón, el problema radica en que Málaga es un territorio donde “se vive tan bien que aquí quiere venirse a vivir todo el mundo”. “Cuando ETA puso bombas en hoteles, sí se notaron caídas de clientes y reservas, pero han sido casos puntuales y esporádicos”, asegura el presidente de los hoteleros malagueños. “Insisto en que los problemas están focalizados a más de 100 kilómetros, no aquí”, intenta despejar. “Yo, por mí, ni siquiera tendría que hablar de esto”, reconoce.

"No suelen delinquir”, subrayan fuentes del Ministerio del Interior. “Ellos viven aquí muy bien y el trasfondo son venganzas personales, nada más”

Un portavoz del Ministerio del Interior argumenta en declaraciones a este periódico que los últimos asesinatos en la zona “no son habituales”. “No suelen delinquir”, subraya. “Ellos viven aquí muy bien y el trasfondo son venganzas personales, nada más”. Fuentes de Interior se niegan a ofrecer datos adicionales. “No queremos compartir más información”.

El subdelegado del Gobierno en Málaga, Miguel Briones, asegura que en las últimas operaciones se ha tenido a 30 personas relacionadas con la narcodelincuencia. “Sigue siendo un destino seguro 100%, la tasa de criminalidad ha descendido, hemos desarticulado bandas de narcos, pero no hay autocomplacencia”. La situación afecta no solo a la Costa del Sol, sino a la capital. El PSOE ha denunciado el envío de “varias decenas” de agentes de la Policía Nacional al Campo de Gibraltar “a costa de mermar aún más los efectivos policiales en Málaga”, que lleva años con déficit de personal en la plantilla.

placeholder Imagen de archivo de la Policía Local de Málaga. (EFE)
Imagen de archivo de la Policía Local de Málaga. (EFE)

La imagen de Marbella

Hacen falta 600 plazas de policías locales y nacionales para “acabar con la creciente inseguridad” en los barrios y distritos. Según Pérez, la plantilla de la Policía Local de Málaga, compuesta actualmente por un total de 908 agentes, no cumple con la ratio recomendada de número de efectivos de policía por habitantes, que se sitúa en dos por cada 1.000 habitantes, para lo que necesitarían llegar a 1.138 agentes.

“Este tipo de noticias siempre afecta. En la historia de los últimos 15 años de Marbella, cualquier asesinato repercute, aparte de la crisis de la última década. El turismo en la ciudad ha bajado mucho en calidad, y esto se convierte en turismo de gente con menos poder adquisitivo y con más borrachos en la calle”, explica un policía residente en la ciudad costasoleña. Otras fuentes resaltan que la imagen del municipio también se está viendo perjudicada por las despedidas de soltero. “Antes, solo eran en Banús, ahora se ven por toda la ciudad, también en el centro”.

Vienen de Sudamérica o Marruecos, y cuando la policía intenta averiguar quién ha sido, “pueden estar fuera del país en hora y media"

En este contexto, este agente tiene claro que es “complicado” detener al autor de un crimen relacionado con las mafias, “porque vienen y se van”. Vienen de Sudamérica o Marruecos, y cuando la policía intenta averiguar quién ha sido, “pueden estar fuera del país en hora y media cruzando el Estrecho”.

“La Policía Local de Marbella, excepto investigar asesinatos, hace de todo por culpa de la falta de plantilla. Falta sobre un 30% de efectivos para una ciudad de nuestro tamaño. Se está haciendo muy bien con muchos controles preventivos, pero con el personal que tenemos, será imposible luchar con la fuerza adecuada”.

Foto: Un niño pasea con su bicicleta junto a la cola de coches para entrar a Gibraltar, en La Línea de la Concepción (Cádiz). (EFE)

Ricardo (no es su nombre verdadero) lleva muchos años desplazado a la zona. Conoce a la perfección el territorio que abarca de Torremolinos al Campo de Gibraltar. “Aquí está lo más granado de toda Europa, mientras el negocio fluye, y el de los 'malos' fluye muy bien y mientras no haya problemas no se meten con nadie. El problema es cuando empiezan a robarse entre ellos, se engañan o hay sospechas, como alguno saliendo de la comunión de su hijo. Eso claro que llama la atención, pero no hay nada especial”.

“Para todo lo que hay”, continúa Ricardo, “en la Costa del Sol no pasa nada”. Los ‘vuelcos’ (los robos de droga entre bandas) afloran. Si consiguen incautar 1.000 kilos de hachís, pueden vender cada kilo a 3.000 euros y conseguir tres millones de euros. Imagínate el rendimiento que puede dar cada ‘vuelco”.

Con las manos en la masa no pillas a ninguno de los fuertes. Siempre son gente que está en los escalafones inferiores

Este policía experimentado asegura que su equipo trabaja “con mucha intensidad”, con un ojo “aquí” y “otro más abajo”. Más abajo quiere decir el Campo de Gibraltar. “Los medios no son ilimitados. Esto pasa igual que en los juzgados y los hospitales. Si ponen a más gente, al final se podrá localizar mejor a los cabecillas de las mafias”.

'Cazando' traiciones

Resulta difícil detener a los ‘capos’. “Con las manos en la masa no pillas a ninguno de los fuertes. Siempre son gente que está en los escalafones inferiores, el que toca mercancía o el que la transporta. Los colombianos no están muy asentados en la Costa del Sol. Los marroquíes, en cambio, son cada vez más importantes. El magrebí con mucha pasta está a caballo entre Marruecos y España”.

También es complicado que en los interrogatorios algún detenido pueda confesar. “Cuando consigues captar a una organización, fuerte le ponen enseguida un abogado, pero bien es verdad que como son organizaciones muy turbias las que operan por aquí, hay muchas traiciones y siempre hay alguno cabreado, y eso hay que aprovecharlo para sacar información”.

A lo Francis Ford Coppola. San Pedro Alcántara (Marbella), una mañana tranquila de mayo. Un padre sale de la primera comunión de su hijo y, como en 'El Padrino III', alguien dispara a bocajarro. En las escaleras, saliendo de la iglesia. Delante de todos. De su hijo. La sangre y una huida veloz. El sicario que ha cobrado por la víctima. Esto no es Sicilia, ni Nueva York en su peor época. Hablamos de Marbella, uno de los refugios predilectos de “los mafiosos más peligrosos de toda Europa”, según relata la Policía Nacional a El Confidencial.

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