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La caída de Camps se vuelve contra el PSOE: Arenas pide dimisiones por los ERE falsos
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LOS NEGOCIOS DE LA FAMILIA CHAVES, EN EL OJO DEL HURACÁN

La caída de Camps se vuelve contra el PSOE: Arenas pide dimisiones por los ERE falsos

La dimisión del presidente valenciano Francisco Camps, al margen de las declaraciones que se hagan de cara a la galería, ha supuesto un importante desahogo para

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La caída de Camps se vuelve contra el PSOE: Arenas pide dimisiones por los ERE falsos

La dimisión del presidente valenciano Francisco Camps, al margen de las declaraciones que se hagan de cara a la galería, ha supuesto un importante desahogo para el PP en Andalucía, que ha tenido que soportar la pesada losa del político valenciano en sus denuncias sobre la corrupción del PSOE, en especial las relacionadas con el caso de los ERE. El caso Camps ha dejado al partido de Griñán con los ojos clavados en un tablero en el que está obligado a mover ficha. Desde Chaves y los negocios de sus hijos, a Griñán y su relación con los ERE, con incrementos de partidas no publicadas en el BOJA o advertencias de la Intervención de la Junta ignoradas por el actual presidente andaluz, la pelota ahora está en el tejado socialista.

El caso más liviano, por lo que a la asunción de responsabilidades respecta, ha sido el del ex consejero de Empleo, Antonio Fernández, imputado por la juez Alaya en el caso de los ERE, y uno de los máximos artífices de este escándalo. José Antonio Griñán llegó a anunciar en su día que la imputación de un político de su partido era razón suficiente como para abrirle un expediente y apartarlo de la organización. La advertencia del presidente andaluz y secretario general provocó una airada reacción hace meses del sector chavista, sobre todo de Luis Pizarro, quien aludió a que Fernández era amigo suyo insinuando que no aceptaría un castigo de esa envergadura.

A partir de aquí, la relación de Griñán con el caso de los ERE, como consejero de Economía en su momento y por tanto conocedor de las advertencias de la Intervención sobre las presuntas irregularidades en la concesión de los fondos de reptiles, o la ampliación del presupuesto destinado a ello sin la obligada publicación en el BOJA, o las afirmaciones de la juez Alaya en un auto en el que admite que el presidente andaluz tenía conocimiento de las decisiones adoptadas sobre ese dinero, le ponen en la picota y lo sitúan como una de las fichas principales de ese tablero en el que los socialistas parecen obligados a realizar movimientos tras la dimisión de Camps.

Asimismo, la relación de Chaves con la subvención de diez millones de euros concedida a una empresa minera en la que trabajaba su hija cuando él era presidente, y que es objeto actualmente de un procedimiento contencioso, así como las reiteradas denuncias sobre la relación de su hijo Iván como comisionista y sus contactos con el Gobierno que presidía su padre, lo colocan también en difícil situación en el tablero de las acusaciones mutuas sobre corrupción.

El PP de Andalucía, durante el proceso de Camps, y a través de las declaraciones de su presidente, Javier Arenas, amigo personal del político valenciano, le ha mostrado su apoyo al ahora dimitido confiando siempre en su inocencia respecto a la acusación de haber recibido regalos de implicados en la trama Gürtel. Se trataba en todo caso de una especie de solidaridad con el compañero perseguido, similar a la que hacían otros líderes del PP en el resto del territorio nacional.

Balón de oxígeno para Arenas

Sin embargo, para el PP de Andalucía la imagen de Camps ha sido una rémora que ha debilitado sus acusaciones contra el PSOE por los casos de corrupción en los que está inmerso este partido. Frente a los ERE, Chaves y cualquier asunto que se descubriera, la sombra de Camps debilitaba los argumentos del partido de Arenas, y el PSOE elevaba el espantajo del político valenciano como un antídoto frente a sus propios pecados.

La caída de Camps ha originado una especie de liberación para los populares andaluces, y así lo reconocen en privado, aunque en público primen los gestos de comprensión hacia el compañero caído. Sin embargo, como asegura González Pons, -- “Me gustaría que Griñán tuviera la altura de dignidad política que ha tenido Camps”--, el PP sabe que la caída del presidente valenciano rompe el discurso del PSOE y le obliga a mover fichas que no quiere tocar.

La dimisión del presidente valenciano Francisco Camps, al margen de las declaraciones que se hagan de cara a la galería, ha supuesto un importante desahogo para el PP en Andalucía, que ha tenido que soportar la pesada losa del político valenciano en sus denuncias sobre la corrupción del PSOE, en especial las relacionadas con el caso de los ERE. El caso Camps ha dejado al partido de Griñán con los ojos clavados en un tablero en el que está obligado a mover ficha. Desde Chaves y los negocios de sus hijos, a Griñán y su relación con los ERE, con incrementos de partidas no publicadas en el BOJA o advertencias de la Intervención de la Junta ignoradas por el actual presidente andaluz, la pelota ahora está en el tejado socialista.

Francisco Camps Caso ERE Javier Arenas