Sánchez salva la prueba vasca y ata al PNV esta legislatura

Pedro Sánchez tiene que saltar tres vallas de aquí el 9 de junio. La primera era la de las elecciones vascas de este domingo. No era ni de lejos la más alta, con unos enrevesados comicios en Cataluña el 12 de mayo y las europeas del 9 de junio, pero el presidente la ha atravesado con mucha soltura.

El PSE ha mejorado en votos y escaños. Dos más que hace cuatro años. Y el PNV ha superado con muchas dificultades el envite de Bildu, que le pisa los pies, pero no ha logrado ser el partido más votado ni obtener más diputados. Ha faltado muy poco porque en número de parlamentarios han quedado empatados, a 27 cada uno.

Pese a la caída del nacionalismo vasco, la pujanza de los socialistas garantiza la repetición de la coalición de gobierno. Imanol Pradales podrá convertirse en lehendakari gracias a los escaños de PSE. De hecho, son precisamente los dos que ha ganado Eneko Andueza, los que garantizan una nueva mayoría absoluta.

El nuevo escenario vasco deja a Sánchez en buena posición porque no tiene que elegir entre el PNV y Bildu. No iba a hacerlo, tras repetir insistentemente que no apoyarían a Pello Otxandiano. Pero, al no ponerse por delante, los abertzales tampoco pueden exigir a los socialistas su respaldo.

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Eso supone que la gobernabilidad en Euskadi no provoca ni un solo problema en Madrid. Al contrario, como se ha reforzado la dependencia que el PNV tiene del PSE, los nacionalistas se atan aún más a Sánchez sin que eso genere un conflicto con Bildu. El aval del PNV al presidente del Gobierno se puede dar por seguro mientras dure la legislatura, pese a los intentos de Alberto Núñez Feijóo de buscar alianzas con ellos.

La propia noche electoral, el candidato del PSE, Eneko Andueza, ya dejó claro que seguirán gobernando con el sustituto de Íñigo Urkullu. "Nuestro voto va a servir para lo que hemos dicho toda la campaña, mejorar los servicios públicos y garantizar la pluralidad". Una política añadió, "alejada de mitos y aventuras".

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Además, todo lo que ha sucedido este 21-A, le viene bien al Gobierno. Hasta Sumar se ha impuesto a Podemos. La plataforma de Yolanda Díaz coge un poco de aire, tras el sonoro batacazo de las gallegas. Prosigue la competición en la derecha, pese a los intentos del PP por liquidar a Vox, que ha conservado su diputado. Y no ha existido 'efecto Feijóo', con la única subida de un escaño.

En cualquier caso, la perseverancia en la competición entre Sumar y Podemos es la mayor señal de alarma de este domingo para el Gobierno. En este segundo peritaje, el proyecto de la vicepresidenta toma algo de impulso, aunque sigue necesitando de un relanzamiento para ocupar todo el espacio a la izquierda del PSOE y liquidar los rescoldos de Podemos.

El avance del PSE se produce después de un recambio en el liderazgo, el de Eneko Andueza en sustitución de Idoia Mendia, que se ha ejecutado sin fricciones internas y de manera muy natural. Andueza será ahora el vicelehendakari y Mendia irá en la candidatura a las europeas.

Ferraz encaraba estas elecciones con poco temor, a pesar de que el contexto general era adverso para el PSOE. El clima nacional, enrarecido en las últimas semanas por el caso Koldo y todas sus derivadas, como las reuniones de la esposa de Pedro Sánchez con empresarios de la trama, y por el presunto fraude fiscal de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, y el inesperado adelanto de las catalanas, restó foco a los temas vascos.

A la vista está, tras escalar dos diputados, que ninguno de estos asuntos ha tenido consecuencias. Tampoco el hecho de que Bildu sea uno de los socios del Gobierno en el Congreso, al margen del debate sobre si esta circunstancia ha contribuido a la normalización de esta formación y a su éxito de este domingo. La portavoz del PSOE, Ester Peña, se encargó anoche de resaltar que es el "mejor resultado" del PSE desde 2012. Y, sobre todo, de reseñar el fiasco del PP vasco, que no ha reflotado su débil situación "ni con la fugaz y de tapadillo visita de Ayuso".

La amnistía, el otro gran elemento de erosión del voto socialista, no operaba en las elecciones vascas. El fuerte componente nacionalista e independentista en el País Vasco dejaba sin efecto este desgaste, que sí se percibe en otras autonomías y que puede ser más relevante en las europeas. No obstante, el PSOE, a la espera de las catalanas, las afronta ahora con mejores perspectivas. Noche plácida en Ferraz.