Inquietud entre los socios del Gobierno porque el caso Ábalos "desestabiliza" la legislatura

El Gobierno no va sobrado de fuerzas para aguantar muchos temblores. Si le añades un asesor que presuntamente ha cobrado comisiones por contratos de emergencia durante la pandemia, un exministro y exsecretario de Organización que se niega a asumir su responsabilidad política por los chanchullos de su más estrecho colaborador y se exilia al Grupo Mixto, y una investigación judicial que arroja datos malolientes, todo se desbarata.

La legislatura está sujeta sobre un suelo de escasa firmeza por la dependencia de Junts, su constante presión y la pluralidad de los grupos que integran la mayoría parlamentaria. Lo que atañe al PSOE, afecta también a sus socios en el Gobierno y en el Congreso. Los socialistas atraviesan por una crisis de envergadura por el caso Koldo y las ramificaciones que desembocan en José Luis Ábalos. Y esto ha hecho cundir la inquietud entre los partidos que respaldan al Ejecutivo de coalición (PNV, ERC, Bildu, Junts, BNG y puntualmente Coalición) e incluso en Sumar, que se sienta en el Consejo de Ministros.

Lo que escuchan, lo que leen, no les hace ninguna gracia. Pero el caso Ábalos y sus derivadas en otras comunidades no es considerado un "tema de ruptura" porque, explican, "la alternativa sería peor para todos". "No pone en riesgo la legislatura", señalan fuentes de todos los grupos políticos.

Andan todos con un ojo en la investigación de la Guardia Civil y otro en si los socialistas cierran ya con Junts un pacto sobre la amnistía. La sensación es que sí, que "han avanzado", aunque nadie se atreve a darlo por hecho. Los reproches a Carles Puigdemont por el "error" de tumbar la ley para forzar una nueva negociación son incluso más intensos.

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Porque la amnistía es el gran pegamento de esta etapa, el empeño en el que todas las formaciones están implicadas, por razones políticas y también prácticas: solo si sale adelante y Junts se solidifica como parte del bloque, el resto de partidos obtendrán todo lo que el Ejecutivo les ha prometido a cambio de su voto en la investidura.

Pero esa pretensión no les impide reconocer que el asunto de Ábalos y Koldo es "una movida" y que deben arrojar "luz" porque es "muy grave". "Es un petardazo inesperado que tambalea el Gobierno" y que genera "otro elemento desestabilizador", sostiene otro diputado.

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La fuga de Ábalos al Mixto, sumada a la de los cuatro de Podemos que se escindieron de Sumar, ahonda en la imagen de "debilidad parlamentaria" y toda la 'suciedad' que desprende un sumario de tejemanejes y corruptelas abona la idea marco de "todos los políticos sois iguales". No es el mejor desayuno para las formaciones del bloque progresista.

Podemos ya dijo el martes que el caso Koldo es un "caso de corrupción, que no se puede tolerar de ninguna forma" y se debe investigar. Y Sumar y Compromís también se mostraron muy exigentes y demandaron dilucidar las responsabilidades penales y las políticas, en referencia a Ábalos. Fuentes del PNV pedían también esta semana que el PSOE y el Gobierno den "explicaciones"

Los socialistas han intentado compensar las dudas de sus socios con el colchón de la comisión de investigación sobre todos los procesos de contratación para la adquisición de material sanitario durante la pandemia. El PNV es el único reacio a esta fórmula por su tradicional disenso con la creación de comisiones cuando está en marcha una investigación judicial. Pero cuenta con el apoyo del resto.

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Estos días para todos están resultando difíciles, pero a quien más cuesta arriba se le hace es a Sumar. El PSOE ya trata día sí, día no, de que tengan poco foco pero la avalancha de Koldo y Ábalos los tiene absolutamente fuera de juego. Aunque si hay un momento para estar orillado, mejor este que cualquier otro. Pero, fuentes del grupo, apuntan a cierta frustración, "hartazgo" de "no poder hacer bien nuestro trabajo, ni parlamentario, ni en el Gobierno" porque todas las semanas se produce algo excepcional y los temas se pierden.

La ministra de Sanidad, Mónica García, avanzó estos días que pretende acabar esta legislatura con las guardias de 24 horas de los profesionales sanitarios, señalan, y ha pasado "desapercibido". El impacto de las crisis es tan enorme, ahora las comisiones por los contratos de mascarillas y antes otros (la amnistía, la negociación con Junts para convalidar tres reales decretos ley, la ruptura con Podemos), que "todo se devora al momento". "Intentamos cuadrar cuando es mejor lanzar una iniciativa y es imposible conseguirlo", reconocen.

Hay una preocupación "por el exceso de espectacularización" de este escándalo y la impresión es que el Ejecutivo anda como "pollo sin cabeza". No se entiende, indican, cómo se permitió que Ábalos repitiera en las listas al Congreso y tampoco que se le dejara acudir a programas de televisión como tertuliano cuando el cargo de diputado le exige dedicación exclusiva. Para esto el PSOE sí tiene una respuesta: "Era por la pasta".