Abascal blinda su liderazgo por aclamación: "No estamos en declive"

Santiago Abascal ha renovado este sábado su liderazgo en Vox hasta 2028. El presidente de la formación ultraconservadora, que se ha impuesto por aclamación en la Asamblea General del partido, sin oposición y sin votación de los afiliados, ha reorganizado la cúpula con plenos poderes para Ignacio Garriga y mayor presencia para los territorios y dirigentes en Gobiernos autonómicos. El hasta ahora secretario general suma a sus responsabilidades orgánicas la única vicepresidencia que queda en el comité ejecutivo nacional, que pasan de tres a una. Pero Abascal dedicó especial atención a las tensiones internas que sacuden la organización y sus expectativas a corto y medio plazo: "No estamos en declive. Se mueren por matarnos".

El fantasma de la crisis en Vox y el contexto político en España marcaron la intervención de Abascal, celebrada en el Marriott Auditorium Hotel & Conference Center de Madrid ante 2.200 afiliados y simpatizantes. Y el cierre de filas en torno a él fue total, desde el secretario general hasta el último asistente. Tocaba un mensaje de unidad y sin fisuras en un momento delicado.

El líder de la formación se centró en reivindicar el papel del partido como única alternativa posible y criticó los pactos entre el PSOE y el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o la reforma del artículo 49 de la Constitución. El dirigente, de hecho, anunció que reclamará a los populares y a los diputados del grupo mixto en el Congreso que apoyen una iniciativa para someter a referéndum el cambio en la Carta Magna. "Han arrebatado a los españoles su soberanía", declaró, tras recordar que el programa España Decide, que la formación presentó en el VIVA del año pasado, ya planteaba este tipo de cuestiones. Las opciones más plausibles para este movimiento, en el caso de que prospere, es incorporar a los representantes de UPN y CC para llegar a los 35 exigidos.

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Abascal tuvo tiempo para todo en su discurso. Desde la crítica encendida a Pedro Sánchez a los reproches a Alberto Núñez Feijóo. "La derechita cobarde ha vuelto por sus fueros", dijo entre las risas del público, entregado y con gritos de "traición" y "viva España". Pero el presidente de la formación ultraconservadora se detuvo especialmente en la crisis interna que inquieta al partido, fuera de foco tras los comicios del 23-J y obligado a recomponerse tras las salidas de los últimos meses.

El líder de Vox negó todo y responsabilizó a los medios de comunicación. Obvió las críticas públicas de miembros del partido sobre la "deriva" ideológica y los cambios en la formación y atacó a los periodistas por sus "falsedades" tras las dimisiones de Iván Espinosa de los Monteros, Macarena Olona, Juan José Aizcorbe o Carla Toscano. "¿Dónde está el candidato que se iba a presentar? ¿Dónde está la corriente interna? ¿Qué idea ha dejado de ser defendida por Vox?", espetó Abascal, que recordó otros episodios como el manifiesto anónimo contra la estrategia del partido o las bajas de afiliados. "Son películas de ciencia ficción", añadió.

Nuevo organigrama

La reorganización de la cúpula incluye por primera vez una nutrida representación territorial, que eran precisamente quienes habían levantado la voz en alguna ocasión. Los presentes, no obstante, forman parte del círculo cercano a la dirección. Rocío Monasterio, que lleva meses en el foco por su supuestas diferencias con Abascal, no ha entrado. El comité ejecutivo contaba hasta ahora con tres vicepresidencias y cinco vocales, además del presidente, el tesorero y el secretario general. Y se recompone ahora con una estructura todavía más concentrada, con Abascal y Garriga como únicas cabezas visibles. Al menos sobre el papel.

Los vocales pasan a ser 15, integrando a los exvicepresidentes Jorge Buxadé y Javier Ortega Smith. El resto lo ocupan dirigentes territoriales que ocupan responsabilidades en Gobiernos regionales, como José Ángel Antelo (Murcia), Juan García-Gallardo (Castilla y León), Vicente Barrera (Valencia) o Alejandro Nolasco (Aragón). También diputados en el Congreso de los Diputados, como la portavoz, Pepa Millán, o el adjunto, José María Figaredo. El resto de integrantes son Blanca Armario, Enrique Cabanas, Luis Gestoso, Llanos Massó, Rocío de Meer, Reyes Romero y María Ruíz, mientras que el tesorero será Pablo Sáez.

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La realidad es que el runrún interno no cesa. El goteo de salidas y renuncias es incesante desde hace meses, con cierta contestación desde los territorios. El adelanto de la Asamblea General, que estaba prevista para marzo, se entendió como un intento para reestructurar la dirección y encarar un momento complejo. En primer lugar, porque Vox tiene la necesidad de recuperarse del fiasco de las elecciones generales del 23-J con las europeas como gran oportunidad. Y segundo, por el terremoto provocado por la marcha de Espinosa de los Monteros. Las semanas previas al acto, de hecho, estuvieron marcadas por la posibilidad de que alguna figura relevante diera el paso para disputar la presidencia a Abascal. Todas las miradas apuntaban a Javier Ortega Smith, aunque finalmente nadie se presentó.

El mensaje de todos los dirigentes que participaron en el mitin fue de cierre de filas en torno a Santiago Abascal. El secretario general, Ignacio Garriga, profundizó en esta cuestión y pidió unidad para todo lo que está por venir. "Solo os quiero pedir que frente a ataques tengamos una respuesta común y coordinada", dijo el también líder de la formación en Cataluña, con el mensaje de que el partido tiene todavía mucho que decir.

El nuevo ciclo electoral será clave para Vox, con la primera parada en Galicia. Santiago Abascal puso el foco en las europeas del 9 de junio para "reconstruir Europa" frente a los "burócratas" que quieren acabar con la soberanía de las naciones. La formación ultraconservadora, como en el resto de grandes mítines, contó con la colaboración de sus aliados internacionales. Esta vez de forma telemática, con Giorgia Meloni y Javier Milei arropando al presidente del partido con sus habituales arengas populistas.