Una empleada 'fantasma' tumba la coartada de los pagos del Barça: "Negreira se despertaba más tarde de las 12"

El exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) José María Enríquez Negreira tuvo a una trabajadora fantasma en una de las empresas pantalla que usó para cobrar el dinero del Barça. Lo admitió la propia trabajadora cuando declaró como testigo ante la Guardia Civil. En realidad, sus funciones eran cuidar a los suegros de Negreira, limpiar su casa o atender en el bar de su pareja. Este testimonio acrecienta las dudas de los investigadores de que las sociedades investigadas no tenían una actividad empresarial normal, sino que solo eran una tapadera para ingresar los pagos millonarios del Fútbol Club Barcelona a cambio de un trato de favor en el estamento arbitral.

El Confidencial ha tenido acceso al acta de la declaración prestada por esta mujer el 17 de julio en dependencias policiales de Barcelona. A pesar de estar relacionada durante años de una forma personal con Negreira y su pareja, afirmó que nunca vio en él una actividad profesional. A los agentes les llegó a decir que la persona que recibió más de 7 millones de euros del Barcelona "no llevaba horarios compatibles con una jornada laboral". "Algunos días se despertaba más tarde de las 12.00 horas o bien permanecía en el domicilio", contó.

Esta testigo declaró que tiene estudios de EGB y que empezó a trabajar con 16 años. Actualmente, se desempeña como limpiadora para una empresa del sector. Conoció a Negreira en 2014 a través de su pareja, Ana Rufas. El marido de esta empleada acudía mucho con sus amigos al bar que tenían los Negreira. Se llama la Tapita y está situado en la zona de Nou Barris de Barcelona.

A raíz de acudir a su local, surgió la ocasión de trabajar cuidando de los padres de la pareja del exnúmero dos de los árbitros. Estuvo cerca de tres años realizando estas labores de asear y dar comer a estas personas con un horario de 10 a 14 horas de lunes a sábado. A los agentes de la Guardia Civil les dijo que podía acreditar sus palabras porque cuenta con un contrato de trabajo.

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Después se desempeñó también en la Tapita, el bar de la pareja Negreira, labor que desarrolló hasta febrero de 2023. Varios árbitros que han prestado declaración como testigos en el caso afirman que el exvicepresidente del CTA organizaba cenas en un bar de su pareja para los colegiados cuando iban a arbitrar a Barcelona. La Guardia Civil le preguntó si conocía las empresas tapadera que usaba Negreira para ingresar los pagos del Barça.

La testigo dijo que la única que le sonaba era Dasnil 95 SL. "por haberlo escuchado de boca de Ana [Rufas] cuando mencionaba que se iba a desplazar a la oficina". Sin embargo, aclaró que ella no sabe dónde está ubicada la empresa y que nunca le pidieron que desempeñase ninguna tarea relacionada con Dasnil 95 SL.

No visualizó nunca algo parecido a los informes arbitrales por los que el Barça dice haber pagado durante años al vicepresidente del CTA y su hijo

En ese momento, los investigadores le pidieron que explicase entonces por qué hay un contrato firmado por ella misma en marzo de 2016 "para realizar tareas de archivo de facturas y albaranes de ejercicios anteriores en sus funciones de auxiliar administrativa en la sociedad Dasnil 95 SL". Enríquez Negreira figura como apoderado de la empresa. La testigo admitió haber firmado ese contrato y cree que era porque la familia quería que siguiera cuidando a la madre de la pareja del exárbitro. Confirmó que ella nunca ha trabajado como administrativa. La persona encargada de pagarle el salario era la suegra de Negreira, la señora mayor a la que cuidaba a cambio de 540 euros.

Ante las preguntas de los investigadores, afirmó que la casa en la que ella trabajaba no tenía nada parecido a un despacho de trabajo y tampoco vio nunca documentación sobre las empresas del clan Negreira. Pese a que se dedicaba a limpiar la vivienda, tampoco visualizó nunca algo parecido a los informes arbitrales por los que el Barça dice haber pagado durante años al vicepresidente del CTA y su hijo.