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El PP pasa de la euforia al 'shock' tras el giro súbito de Junts: "¡Es un disparate!"
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DEBATE DE INFARTO

El PP pasa de la euforia al 'shock' tras el giro súbito de Junts: "¡Es un disparate!"

En Génova, se llevaron las manos a la cabeza cuando Junts decidió perdonar la vida a Sánchez tras pactar nuevas cesiones. Los populares mantienen la presión y estudian llevar al TC la entrega de las competencias de inmigración

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ofrece una declaración en el Senado tras avalar Junts los decretos de Sánchez. (EFE/Fernando Villar)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ofrece una declaración en el Senado tras avalar Junts los decretos de Sánchez. (EFE/Fernando Villar)
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Durante los endiablados debate, negociación y votación de los tres reales decretos del Gobierno, el PP pasó en pocos minutos de la euforia al desánimo total. En un principio, todo apuntaba a que Junts infligiría a Pedro Sánchez su primera derrota de la legislatura, votando en contra de sus primeras y vitales iniciativas. Génova saboreaba la victoria apenas un mes después de la investidura. Pero Sánchez, aunque mostró toda su vulnerabilidad, volvió a salvar los muebles. En un sorpresivo giro de guion, el independentismo terminó inclinando la balanza hacia el bloque del Ejecutivo. En las filas populares, el "desconcierto" era total. "Pero ¿qué ha pasado?", se preguntaban unos a otros. "¡Es un maldito disparate!", exclamaban otros.

En los primeros compases del larguísimo pleno extraordinario que se vivió este miércoles en el Senado —sus señorías acudieron a la Cámara Alta por las obras en el Congreso—, a la dirección del PP le resultaba imposible disimular la sonrisa. Junts seguía enrocado en el no y, si llevaba su órdago hasta el final, las consecuencias serían imprevisibles para Sánchez. "Si no logra salvar unos decretos, ¿qué pasará con los presupuestos?", se preguntaba un diputado. Altos cargos del partido también se frotaban las manos. "Es el principio del declive de la legislatura", celebraba un vicesecretario. "No pensábamos que esto iba a suceder tan rápido ni con tantísima virulencia. El Gobierno queda muy tocado demasiado pronto", añadía. "Es como si te casas y en la noche de bodas te ponen los cuernos", ejemplificaba otro miembro de la cúpula.

El PP veía ya encauzado el "colapso" de la legislatura que tanto persigue Feijóo. Miraban con ojos golosos el "principio del declive" de la legislatura, un "punto de inflexión" e, incluso, "un golpe mortal" al mandato de Sánchez. Pero el optimismo no tardó en tornar en desconcierto cuando Junts sorprendió y decidió no votar ninguno de los decretos ni iniciativas que se debatían en sede parlamentaria.

Esta postura derivó en la aprobación instantánea del decreto ómnibus de Justicia. Se salvó con un solo voto de margen. El fallo del diputado Gerardo Pisarello provocó un empate en la votación del decreto anticrisis, que se deshizo en una segunda votación por llamamiento en la que los diputados de Junts optaron por la abstención. Sánchez solo se dejó por el camino el decreto de conciliación promovido por Yolanda Díaz, que se encontró con la puerta cerrada de Podemos. La formación morada se posicionó junto a PP y Vox en una votación que rozó el surrealismo.

Foto: Miriam Nogueras, en su intervención durante el debate en el Congreso. (Europa Press / Eduardo Parra)

Alberto Núñez Feijóo ofreció a última hora de la tarde una declaración a los medios, sin preguntas. El tono y las formas eran casi fúnebres. "Si tres decretos han supuesto un jaque al Gobierno, aterra pensar cómo será cada semana de esta legislatura", incidía. Pero el líder socialista ha vuelto a resistir. "¿Cuánto será capaz de humillarse Sánchez para mantener la Moncloa? ¿Cuánta presión será capaz de soportar? ¿Cuánto ridículo nos queda por ver?", cuestionaba. En efecto, la abstención de Junts no ha sido gratuita. Ni mucho menos.

El independentismo ha perdonado por esta vez la vida a Sánchez, pero con un botín potente que se negoció hasta la bocina. Además de la eliminación del artículo que chirriaba a la formación de Carles Puigdemont —el artículo 43 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal—, Junts gana importantes cesiones competenciales. El Gobierno contempla la cesión de la gestión sobre la inmigración a la Generalitat a través de una ley orgánica, algo que irá asociado a la financiación necesaria para ejercer esta nueva competencia. El Estado bonificará también los transportes públicos urbanos en Cataluña, que hasta ahora pagaba el Govern.

El PP, atónito: "Cometimos el error de creer que ya estábamos inmunizados a todo. Sánchez no tiene límites"

En el PP, no daban crédito. Feijóo lo tachó de "humillación" y de "ridículo", y exigió saber si Cataluña podrá controlar su frontera y rechazar a inmigrantes. El líder popular no ocultó su asombro. "Llevo mucho tiempo en política. Y si hubiese sabido que la política consistía en lo que he vivido estos últimos meses, días y horas, no me hubiese dedicado a esto. Me siento como la mayoría de los españoles, atónito ante esta situación y preguntándome: ¿esto qué es?", reflexionaba. Fuentes de la dirección alimentaban, tras él, esa incredulidad. "Este hombre [Sánchez] es capaz de todo. No tiene límites. Cometimos el error de pensar que ya estábamos inmunizados a todo, pero nos equivocábamos", sintetizaba un vicesecretario de Génova.

Pero Génova contraatacará. La dirección plantea reactivar las protestas contra la amnistía con un acto en Madrid a finales de enero, que podría coincidir con la tramitación final del texto en el Congreso. Fuentes de la dirección trasladan, además, que el PP estudia abrir una nueva batalla en el Tribunal Constitucional y también recurrir varios aspectos de los decretos aprobados este miércoles, como el carácter de urgencia del decreto ómnibus. Pero lo que más "aterra" a los populares es la cesión competencial de la inmigración a la Generalitat y, a su juicio, su más que posible "inconstitucionalidad".

Durante los endiablados debate, negociación y votación de los tres reales decretos del Gobierno, el PP pasó en pocos minutos de la euforia al desánimo total. En un principio, todo apuntaba a que Junts infligiría a Pedro Sánchez su primera derrota de la legislatura, votando en contra de sus primeras y vitales iniciativas. Génova saboreaba la victoria apenas un mes después de la investidura. Pero Sánchez, aunque mostró toda su vulnerabilidad, volvió a salvar los muebles. En un sorpresivo giro de guion, el independentismo terminó inclinando la balanza hacia el bloque del Ejecutivo. En las filas populares, el "desconcierto" era total. "Pero ¿qué ha pasado?", se preguntaban unos a otros. "¡Es un maldito disparate!", exclamaban otros.

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