Puigdemont agotará hasta el final la negativa de Junts como muestra de poder ante Sánchez

¿Puede el PSOE convencer a Junts de votar a favor del decreto ómnibus en 48 horas? Desde el entorno más cercano a Carles Puigdemont, la respuesta es negativa. El expresidente de la Generalitat ha dado la orden a su grupo en el Congreso de los Diputados de infligir la primera derrota parlamentaria a Pedro Sánchez. Durante el fin de semana, se han valorado los escenarios, y hay acuerdo entre los exconvergentes en que los socialistas no están cumpliendo los términos del pacto de investidura. Los peros al texto, que previsiblemente se votará el próximo miércoles, son una "excusa", explican desde el entorno del prófugo, donde sitúan los puntos de fricción en los "desplantes" a Junts y la "difícil" relación con el ministro de Justicia, Félix Bolaños.

La convalidación de los decretos en un pleno extraordinario el día 10 es fundamental para la Moncloa, dado que es necesario poner en marcha las medidas para que el Gobierno pueda solicitar el cuarto desembolso de los fondos europeos, que asciende a 10.000 millones. Junts es consciente de la trascendencia, y de ahí que haya elegido esta primera votación como "recado" a Sánchez. Los independentistas catalanes han argumentado su no en base a un apartado del Real Decreto-ley de "medidas urgentes para la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia" que se aprobó el pasado mes de diciembre en el Consejo de Ministros. En concreto, piden rectificar lo expuesto en el artículo 103, que aborda cambios en la Ley de Enjuiciamiento Civil que, a su entender, ponen en riesgo la aplicación de la ley de amnistía.

Las citadas modificaciones afectarían al artículo 43 bis de la Ley de Enjuiciamiento Civil, que regula las cuestiones prejudiciales europeas y que especifica que, cuando se eleva una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) —como previsiblemente ocurrirá con la ley de amnistía cuando sea aprobada—, el proceso queda paralizado hasta que este resuelva.

Desde Junts han puesto el grito en el cielo, pese a que el ministro de Justicia ha explicado que el decreto no incorpora nada que no se esté aplicando ya, dado que la paralización de los procesos ya se venía haciendo cuando se interponía una cuestión prejudicial ante el TJUE. La única novedad sería que se refleja por escrito en el decreto a petición de la Comisión Europea, para fijar en España la jurisprudencia comunitaria.

En Junts reina la sensación de que Félix Bolaños "les toma el pelo" en las negociaciones

Al equipo de Puigdemont no le convencen las explicaciones del ministro de Justicia, al que han colocado en el punto de mira. La interlocución no es buena. La queja viene porque consideran que, dados "los equilibrios tan delicados" en los que se sostiene el Gobierno de Sánchez, se les debería "informar" sobre los decretos durante su redactado. "Es una cuestión de formalidades", resume el entorno de Puigdemont, que se muestra muy crítico con Bolaños, al que acusan de "querer tomarnos el pelo". El líder de Junts no perdona que Félix cerrase el acuerdo, fotografía incluida, con Oriol Junqueras horas antes de firmar él con el número tres del PSOE, Santos Cerdán, en Bruselas.

Con Cerdán, la relación es "muy buena" y hay un canal de comunicación abierto que se mantendrá "hasta antes de la votación", señalan desde Junts. El secretario general del partido, Jordi Turull, está dispuesto a "hablar o reunirse las veces que haga falta". Ya se ha visto con Cerdán en los últimos días para abordar este asunto, pero no han logrado acercar posturas. En Junts son pesimistas, al ser preguntados por la posibilidad de cambiar a última hora el sentido del voto. El PSOE tendría que ceder más allá de eliminar la cláusula del artículo 43 bis. Puigdemont quiere un "gesto" de buena voluntad de los socialistas, que pasa por que Bolaños "modere sus formas" e incluso sea relegado como interlocutor con sus diputados.

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En el PSOE, empiezan a asumir que la relación con Junts será mucho más difícil que la que hubo con ERC en la anterior legislatura. Los socialistas estaban convencidos de que "engañarían" al expresidente catalán y podrían controlar los tiempos, como hicieron con Oriol Junqueras y los indultos. "No conocen a Puigdemont", reiteran desde el mundo soberanista, donde aclaran que una de sus máximas es dejar claro que, a diferencia del líder de los republicanos, él sí doblegará al Estado. El catalán desconfía de Sánchez y, como adelantó El Confidencial, se ha marcado su propio calendario de cumplimiento del pacto de investidura.

Junts no va a renunciar al referéndum, aunque logre la amnistía. Puigdemont quiere que Sánchez dé pasos en ese sentido, como se comprometió. Lo primero, reconociendo la importancia de Junts en el día a día parlamentario. Las elecciones catalanas serán un importante punto de inflexión. El resultado determinará la gobernabilidad, no solo de Cataluña, sino de España. En el plazo de un año, hará balance, y, si se siente "defraudado", no dudará en dinamitar la legislatura, forzando elecciones anticipadas de la mano del PP de Alberto Núñez Feijóo. Para Puigdemont, el gallego es también una persona de palabra.