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Las dos Españas ante la "invasión nada silenciosa de las terrazas": de cortarles el grifo a la manga ancha
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Los ayuntamientos, ante los veladores

Las dos Españas ante la "invasión nada silenciosa de las terrazas": de cortarles el grifo a la manga ancha

Las terrazas se apropiaron de las calles a raíz de la pandemia. Ahora, los ayuntamientos buscan fórmulas para recuperar el terreno perdido tras la ampliación de los veladores

Foto: Imagen de una terraza en Sevilla. (EFE/Raúl Caro)
Imagen de una terraza en Sevilla. (EFE/Raúl Caro)

El murmullo en la calle de conversaciones cruzadas. El sonido de copas brindando. Las raciones de comida recién salidas de cocina dejando un reguero de su olor a su alrededor. Si España ya de por sí podría considerarse "la meca del terraceo", el covid lo llevó a otra dimensión. Obligados a tener que consumir en las terrazas con la llegada del coronavirus, las sillas y mesas de los bares fueron comiéndose aceras, calzadas e incluso calles enteras. Ahora que las restricciones de la pandemia quedan lejos, los ayuntamientos quieren iniciar "la reconquista" del espacio que cedieron a los locales.

Ante la invasión de las terrazas en las diversas localidades del mapa español, dos modelos distintos han surgido para acotar el problema, como si se tratase de las dos caras de una misma moneda. Por un lado, está la opción más extendida, la de tomar cartas en el asunto y volver a la normativa anterior al covid. Y, por otro lado, la decisión de prorrogar y estirar la ampliación de veladores con el fin de implantar una nueva normativa.

Foto: las redes se quejan de la localización de las terrazas de bares en Madrid. (Twitter)

Ejemplo del primer caso es Pontevedra. Allí ya se está dando caza a los locales que no cumplen los parámetros exigidos para las terrazas previas al covid (normativa de 2018). "Las terrazas dan vida a la ciudad. En general funcionan correctamente, pero puede haber algún desajuste", avisaba el alcalde del concello de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, en una carta enviada a los hosteleros el pasado 29 de septiembre. A su vez, de una forma más directa, indicaba que "hubo cierta laxitud porque el sector lo estaba pasando mal", pero que está convencido de que "colaborará todo el mundo".

Desde la trinchera de los hosteleros, no hay una valoración unánime sobre el asunto. Por un lado, Carlos Suárez, uno de los dueños de un local pontevedrés, opina que "ha sido un magnífico verano, gracias entre otras cosas a esa permisividad del concello con las terrazas" y asegura que ahora "se cumplirá la normativa". Por su parte, Fernando Casado, otro hostelero de la localidad, cree que "no es momento de ponerse estricto con las terrazas, se podía haber esperado a finales de noviembre o diciembre; haberlo alargado más", hasta la llegada de un frío más intenso. "Aquí resistimos bien el frío y la gente sigue con ganas de consumir en las terrazas, quizá es prematuro", comenta, puntualizando que su negocio "aún no se ha recuperado del todo de las pérdidas de la pandemia".

placeholder Varias terrazas en la calle. (EFE/Antonio García)
Varias terrazas en la calle. (EFE/Antonio García)

Algunos vecinos de Pontevedra se quejan de los efectos secundarios de "la invasión nada silenciosa" de las terrazas en la ciudad, tal y como la define Andrea, una pontevedresa de mediana edad. "Sales a la calle y no solo es todo el barullo que hay por el centro, sino toda la suciedad que te encuentras andando. Hay calles que huelen que dan asco. Así no se puede vivir", asevera la misma ciudadana. Sin embargo, también los hay que opinan diferente: los terraceros de pro. "Y la alegría que da a la ciudad, eso qué", comenta Xosé, un joven residente de Pontevedra. "A mí me gusta salir y ver gente en las terrazas, da imagen de una ciudad viva. Yo cuando salgo de trabajar suelo ir a tomar algo con unos compañeros y da gusto que haya ambiente", esgrime el muchacho.

Al otro lado de la moneda, tenemos una ciudad como Sevilla. En la capital andaluza han optado por otra vía. Tal y como cuentan desde el propio Ayuntamiento, se acordó con los hosteleros de la ciudad una prórroga de la ampliación de veladores y "ahora mismo se trabaja para una nueva ordenanza para 2024". "Me he comprometido a que para febrero del año que viene la tendremos. Será una ordenanza en la que pretendemos que se respeten todos los intereses. Que se respete un motor económico muy importante como es la hostelería, ya que supone un peso muy importante en el PIB de la ciudad. Y también, por otro lado, que solucione o amortigüe esos problemas de convivencia que generan los veladores en algunas zonas concretas de la ciudad", explicaba hace unos días el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, en una entrevista para Europa Press, añadiendo que "no es que haya más veladores de los que debería de haber, es que en algunos casos no se cumple el horario o no hay inspecciones".

Foto: Felix Ruiz (izq.), Juan Urdiales (centro) y Felipe Navío. (Cedida)

Este asunto en la capital hispalense tiene tres protagonistas: el ayuntamiento, los hosteleros y los vecinos de la ciudad. Antonio Castro es un hostelero con varios locales en España, uno de ellos en Sevilla, y afirma que "en una ciudad como esta es fundamental aprovechar al máximo las terrazas y la prórroga de las ampliaciones ha sido un acierto". Por su parte, Juanjo Sánchez, otro hostelero de la ciudad, indica que "lo que nos preocupa es cómo será la nueva ordenanza. Las terrazas y los veladores son imprescindibles en la ciudad, no podemos permitir que se reduzcan", y finaliza comentando que solo pueden esperar que "desde el ayuntamiento hagan una buena normativa, porque si no, podría ser catastrófica para los negocios y para Sevilla".

Desde la comunidad vecinal reclaman: "Nosotros también tenemos algo que decir en la nueva ordenanza. No nos pueden obviar". Clara Marín es una sevillana "harta de las terrazas". Y cuenta: "En el trabajo vivo con el constante griterío de la gente en los bares que se escucha desde mi propia oficina, y luego al volver a casa, más de lo mismo, me producen un dolor de cabeza constante". También transmite que le "consta que desde varias comunidades de vecinos han trascendido quejas" y confía en que "la nueva normativa que haga el ayuntamiento respete a los vecinos".

"Aquí vivimos de terraza en terraza, es parte de la esencia de la ciudad y un atractivo para la gente"

También los hay que piensan lo contrario en la capital andaluza. "Mi ciudad es así, es parte de nuestra seña de identidad, las terrazas son el alma de Sevilla", afirma con rotundidad Marcos Jiménez, un joven sevillano. "Aquí vivimos de terraza en terraza, es parte de la esencia de la ciudad y también es un atractivo para la gente de fuera. Tengo amigos de fuera de Andalucía y cuando vienen a pasar unos días quieren estar todo el rato tomando algo por ahí". Eso sí, apunta que "hay gente que se queja con razón porque en algunas zonas sí que se concentra una barbaridad de gente", pero también piensa que "tienen que ser casos muy puntuales, no es algo generalizado en la ciudad".

Las terrazas han comenzado a monopolizar el debate público. Con la pandemia fueron comiendo terreno en las calles de todo el país y ahora son un dolor de cabeza para muchos ayuntamientos. En bastantes lugares los veladores ya están volviendo a perder presencia. Y en otras localidades aún sobrevuela la cuestión: ¿manga ancha o cortarles el grifo? Las dos Españas ya toman decisiones ante una de las señas de identidad del español: el terraceo.

"Las terrazas tienen una mayor aceptación ciudadana"

Las terrazas han sido unas de las grandes protagonistas de los tiempos de pandemia en los últimos años, y a día de hoy "tienen una mayor y mejor aceptación por parte de los ciudadanos de la que tenían antes del covid", tal y como cuenta el Secretario General de Hostelería en España, Emilio Gallego.

En este momento en el que los veladores conforman, más si cabe que antes, una parte importante de las ciudades, Gallego defiende que "unas terrazas de calidad y ordenadas aportan posibilidades de convivencia y alegría a las calles" y que revalorizan las zonas donde se sitúan, ya que atestigua que "los barrios que tienen más terrazas son las zonas más exitosas, de moda y más apetecibles de la ciudad, y, por tanto, el patrimonio inmobiliario en esas zonas crece mejor".

"Las remodelaciones urbanas tienden a aumentar espacios peatonales y esto hace que los espacios tengan mayor disposición para terrazas"

Los ayuntamientos son los que tienen en su mano la posibilidad de dar mayor o menor presencia de las terrazas en su suelo. Emilio Gallego reconoce que "ha habido un repaso a las ordenanzas en varios municipios" y pone el foco en una idea concreta centrada en que "las remodelaciones urbanas tienden a aumentar espacios peatonales y aceras, y cuando esto ocurre, los espacios aumentan su disposición para las terrazas". Al hilo de esto, hace énfasis en que "el rediseño de las ciudades que se está llevando a cabo en muchos lugares de España presenta una oportunidad para el crecimiento de nuevos espacios de los que antes no se disponían para las terrazas".

Ante las críticas al ruido o la suciedad que pueden generar las terrazas en puntos concretos de las ciudades, el Secretario General de Hostelería ha comentado que "en una ciudad hay ruidos, camiones de basura, sopladoras de los barrenderos, etc. Las calles donde hay terrazas normalmente son en las que hay también comercios, mucho tránsito de personas, mucho turismo, entonces estamos hablando de zonas de alta concentración urbana, y las terrazas no son más que un elemento más. Vivimos en sociedad, somos humanos, y nos gusta reunirnos y hablar". Finalmente, Gallego ha indicado que ellos abogan por que "la actividad esté regulada, organizada y se cumplan los horarios y las prescripciones de funcionamiento".

El murmullo en la calle de conversaciones cruzadas. El sonido de copas brindando. Las raciones de comida recién salidas de cocina dejando un reguero de su olor a su alrededor. Si España ya de por sí podría considerarse "la meca del terraceo", el covid lo llevó a otra dimensión. Obligados a tener que consumir en las terrazas con la llegada del coronavirus, las sillas y mesas de los bares fueron comiéndose aceras, calzadas e incluso calles enteras. Ahora que las restricciones de la pandemia quedan lejos, los ayuntamientos quieren iniciar "la reconquista" del espacio que cedieron a los locales.

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