El PSOE hace piña en torno a Sánchez tras su boicot a la ofensiva del PP en el Senado

El PSOE "aguanta el tipo" ante la tromba de los barones populares contra la amnistía. Incluso lo aguanta "muy bien", apuntan fuentes socialistas después de la jornada maratoniana en el Senado, donde el partido de Alberto Núñez Feijóo aprovechó su mayoría absoluta para intentar erosionar a Pedro Sánchez por sus negociaciones con los independentistas catalanes para lograr la investidura. La presencia inesperada de Pere Aragonès echó leña al fuego de los líderes territoriales del PP, que se sonreían de forma cómplice mientras el president catalán abandonaba el viejo salón de plenos del Senado. Las siguientes tres horas fueron una sucesión de críticas furibundas a Sánchez por parte de los dirigentes, que solo se encontraron la réplica de Juan Espadas, portavoz del PSOE en la comisión.

Ferraz había decidido unificar la respuesta en el líder del partido en Andalucía en un intento por evitar cualquier fuga y para mantener su boicot a la estrategia del PP, que consideran una forma de "instrumentalizar" la Cámara Baja. Espadas, en su intervención, acusó a los populares de socavar la "credibilidad" del Senado con su ofensiva. Y lo hizo cuando en la bancada de presidentes populares solo estaba Juanma Moreno, con quien confronta cada dos semanas en el Parlamento andaluz. Es cierto que había otros senadores del PSOE que habían pedido la palabra. Ximo Puig y Juan Lobato, los barones valenciano y madrileño del partido, se postularon para ello. Pero finalmente había satisfacción en la bancada socialista, que recibió entre aplausos a Espadas tras su intervención.

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En el PSOE consideran que las tres horas de intervenciones seguidas de presidentes del PP son una "sobreactuación" que les beneficia. Un secretario general autonómico considera que se pueden dar ciertos paralelismos con lo que, consideran, ocurrió en las elecciones generales del 23 de julio. "De tanto ir a la fuente, el cántaro se rompe por los excesos", ilustra este dirigente, en referencia a que las críticas contra Sánchez previas al 23-J y su demonización acabaron por generarle apoyo. "Esto une a la gente que es progresista", zanja esta fuente. Un compañero suyo coincide en este argumento y cree que las críticas de los presidentes del PP sirven para que el resto de fuerzas, los potenciales socios de Sánchez en la investidura, vea que la alternativa es más perjudicial para sus intereses.

No es casualidad que el PP haya intentado erosionar a los socialistas por no enviar a ningún presidente autonómico. Isabel Díaz Ayuso, en su intervención, defendió que el portavoz socialista había sido Pere Aragonès. "Ir a un mitin del PP no es cómodo", apuntaba un dirigente regional del PSOE, que ha vaticinado que Espadas no abordaría la amnistía, como acabó ocurriendo. Ferraz decretó una ley del silencio que se mantiene con la única excepción de Emiliano García-Page, el presidente de Castilla-La Mancha. Este jueves, el político castellano-manchego volvió a pronunciarse en contra de esta medida: "Lo que no debe ser la amnistía es amnesia".

El PSOE ha centrado su respuesta en acusar al PP de socavar la "credibilidad" del Senado al impulsar esta campaña contra la amnistía

Espadas, como había anunciado, centró su réplica en una crítica a los populares por "la falta de respeto" que supone, según el andaluz, aprovechar su mayoría absoluta en el Senado para "intentar boicotear" la investidura de Pedro Sánchez. Y también quiso poner de relevancia algunas contradicciones del PP, como cuando critican la opacidad de las negociaciones para investir al candidato del PSOE. "¿El pacto del Majestic lo televisaron por TV3?", se preguntó, socarrón, en referencia a los acuerdos alcanzados por los populares con CiU en tiempos de José María Aznar y Jordi Pujol. "El PSOE ha sido, es y será el garante de la unidad, la pluralidad y la constitucionalidad del modelo territorial en España", apostilló Espadas, que defendió el papel de Andalucía en la construcción del modelo territorial después de las manifestaciones autonomistas del 4 de diciembre de 1977 y el posterior referéndum que desembocó en ese "café para todos" que pergeñó el centrista Manuel Clavero Arévalo.

"Al final, la gente del PSOE lo que quiere es que Pedro Sánchez sea presidente", explica un líder regional del partido cuestionado sobre los posibles efectos que puede tener la negociación sobre la amnistía a los líderes del procés y la aprobación de una ley que vaya en ese sentido. Este dirigente defiende incluso que "cada vez" hay más gente a favor del perdón a los dirigentes independentistas. Es cierto que solo García-Page se ha mostrado tajantemente en contra y que el mensaje general es que hace falta conocer el texto que se está negociando para emitir un posicionamiento. El más favorable, en público, ha sido Ximo Puig, expresidente de la Generalitat valenciana, que hace unos días defendió la idoneidad de aplicar "medidas de gracia" a los implicados en el procés.

"¿Sabe lo que vamos a hacer? ¿Gobernar?", zanjó Juan Espadas en el cierre de su intervención en un mensaje directo a Juanma Moreno. Así finalizó el PSOE un nuevo capítulo de su defensa silenciosa de las negociaciones de Pedro Sánchez para formar Gobierno, mientras el jefe del Ejecutivo continuaba sus reuniones con la sociedad civil. Y de forma paralela, avanzan las negociaciones con los partidos nacionalistas vascos y catalanes de forma discreta, sin fecha todavía para una investidura que, como muy tarde, puede ser el 27 de noviembre.