Montse Lluís, la 'jefa de personal' de Vox que mueve los hilos de Abascal en los territorios
La nueva vicesecretaria de Acción de Gobierno dirige entre bambalinas el poder territorial del partido. La periodista, antes jefa de gabinete de Juan García-Gallardo en Castilla y León, ve donde Abascal no mira
Su cargo no es público y su nombre ni siquiera aparece en la página web de Vox. Pero la periodista Montserrat Lluís ha pasado a ser una de las piezas clave de la nueva cúpula. Y apunta maneras para convertirse en la mujer de confianza de Santiago Abascal. Los ojos que ven donde los del líder no alcanza. El nexo de la sede de Bambú con el poder territorial de la formación, que ha logrado entrar en todos los gobiernos autonómicos donde aspiraba a tener plaza gracias a los pactos con el PP. La periodista se ha puesto al frente de la Vicesecretaría de Acción de Gobierno, un área de nueva creación para un partido que debe gestionar su reciente implantación en nada menos que cinco autonomías y cientos de ayuntamientos. La persona encargada de encontrar personal de la confianza de la dirección para tantas vacantes. Una especie de responsable de recursos humanos, "en coordinación" con las direcciones regionales pero, sobre todo, con la de Madrid. El objetivo, purgar los garbanzos negros en Vox, precisamente como el alto cargo valenciano cesado esta semana por ocultar al partido una condena por violencia machista.
Una obsesión común de los partidos de nueva generación, como lo fue en su día para Ciudadanos o Podemos, es evitar que se le cuelen perfiles indeseados de personas que no tienen trayectoria pública pero entran de golpe bajo la lupa mediática. La última falla para Vox ha ocurrido en la Comunidad Valenciana, esta misma semana. El pasado jueves, el Consell de Carlos Mazón cesó de manera fulminante a un alto cargo de Justicia de Vox, Luis Manuel Martín Domínguez, tras trascender que arrastra una condena por violencia de género de la que el ya ex alto cargo no había informado a su superior, Elisa Núñez, también de Vox. El cesado provenía de Madrid, y trabajó en la Agencia de Vivienda Social de la Comunidad al menos los dos últimos años.
Lluís tuvo un asiento reservado en la reunión interna con la que Abascal inauguró el curso político hace un par de semanas en la sede nacional. El líder de Vox quiso exhibir que la formación está en plena forma pese a haberse dejado 19 escaños en las últimas generales, e invitó al habitual Comité de Acción Política de los lunes a los vicepresidentes de las cinco autonomías que cogobierna con el PP. El partido facilitó por primera vez imágenes de recurso de la reunión, a la que asistió la nueva cúpula de la formación. Ofrecían las novedades tras la polémica salida de Iván Espinosa de los Monteros del partido.
Además de Lluís, asistió la nueva portavoz en el Congreso, Pepa Millán; el secretario general del grupo parlamentario, José María Figaredo; o la nueva vicesecretaria de organización territorial, María Ruiz, así como dirigentes que han escalado en el organigrama, como Rodrigo Alonso, líder del sindicato Solidaridad y ahora portavoz de Empleo; o el director de Disenso, Jorge Martín Frías. Ignacio de Hoces, Enrique Cabanas, Juan José Aizcorbe o Manuel Mariscal completaron la foto, presidida por el número dos de Abascal, Jorge Buxadé; y el secretario general, Ignacio Garriga.
Dentro de esa cúpula ampliada, Montse Lluís tiene el encargo de elegir a "los mejores" para cada territorio, donde habrá un gran número de asesores, jefes de prensa o portavoces que deberá colocar o asentar el partido en los próximos meses. "Es el área que enlaza el partido con los gobiernos autonómicos y ayuntamientos de capitales de provincia superiores a 50.000 habitantes en los que tiene presencia Vox", resumen en la dirección. La literalidad de la afirmación no solo presupone la gestión del personal, sino también la supervisión del funcionamiento operativo de los ejecutivos.
No es un secreto que Vox centraliza todas las decisiones en la sede de Madrid. La autonomía de sus dirigentes territoriales es limitada, y todas las propuestas o estrategias pasan por el filtro previo de la cúpula central o parten directamente de la misma. Era una de las principales quejas del PP cuando se estancaron las negociaciones en algunos ejecutivos autonómicos, como Extremadura. Los populares censuraban que el entendimiento con los líderes autonómicos de Vox era mucho más fluida y sencilla que con el equipo negociador de Abascal, que cerró hasta el último fleco de cada acuerdo regional. En la cúpula de Vox nunca han negado esa naturaleza. Más bien presumen de ella.
El partido anunció el salto de Montserrat Lluís a la arena nacional el pasado 21 de agosto. Su trabajo en la Junta de Castilla y León bajo las órdenes de Juan García-Gallardo no pasó desapercibido para Santiago Abascal. Sobre el papel, ejercía como directora de Coordinación e Interacción Social desde mayo de 2022, aunque hacía las veces de jefa de gabinete del polémico vicepresidente regional. Su salto extraoficial a la política nacional realmente se produjo en la primavera, cuando el partido la incluyó en las listas al Congreso como número ocho por Madrid. Pero rectificó el listado tras comprobar la incompatibilidad con su puesto en el ejecutivo castellanoleonés.
VOX incorpora a un gran talento como Montse Lluís y su experiencia durante este año y medio de trabajo por los castellanos y leoneses para los diferentes gobiernos de coalición. https://t.co/gFdPrJeFL5
— Ignacio Garriga (@Igarrigavaz) August 21, 2023
Lluís cultivó durante décadas un amplio currículum en medios de comunicación. Comenzó como jefa de sección en El Correo en 1998, y ocupó varios puestos directivos en el grupo Vocento y ABC. Antes de dar el salto a Vox, de la mano de Juan García-Gallardo, había sido directora general del grupo COPE y de TRECE.
Su cargo no es público y su nombre ni siquiera aparece en la página web de Vox. Pero la periodista Montserrat Lluís ha pasado a ser una de las piezas clave de la nueva cúpula. Y apunta maneras para convertirse en la mujer de confianza de Santiago Abascal. Los ojos que ven donde los del líder no alcanza. El nexo de la sede de Bambú con el poder territorial de la formación, que ha logrado entrar en todos los gobiernos autonómicos donde aspiraba a tener plaza gracias a los pactos con el PP. La periodista se ha puesto al frente de la Vicesecretaría de Acción de Gobierno, un área de nueva creación para un partido que debe gestionar su reciente implantación en nada menos que cinco autonomías y cientos de ayuntamientos. La persona encargada de encontrar personal de la confianza de la dirección para tantas vacantes. Una especie de responsable de recursos humanos, "en coordinación" con las direcciones regionales pero, sobre todo, con la de Madrid. El objetivo, purgar los garbanzos negros en Vox, precisamente como el alto cargo valenciano cesado esta semana por ocultar al partido una condena por violencia machista.
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