Feijóo y Abascal se citan este martes en el Congreso para abordar la investidura

Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal se han citado este martes en el Congreso de los Diputados para mantener una reunión y abordar la sesión de investidura del líder popular, que se celebrará los próximos 26 y 27 de septiembre. Los dos líderes, que limaron sus diferencias hace unas semanas durante la ronda de consultas con el Rey, pretenden cerrar los últimos flecos antes de la votación, en la que el PP da por seguros los 33 votos a favor de Vox. No obstante, la mayoría de Feijóo seguiría siendo insuficiente, y necesita otros cuatro improbables apoyos para alcanzar la mayoría absoluta.

Feijóo cita a su homólogo de Vox solo una semana después de reunirse con Pedro Sánchez y plantear al jefe del Ejecutivo en funciones una legislatura corta de dos años para cerrar varios pactos de Estado, propuesta a la que se opuso el candidato socialista. La de este martes será la primera cita formal entre Feijóo y Abascal, y se produce después de que las dos fuerzas a las que representan hayan cerrado un acuerdo de coalición en la Región de Murcia. Finalmente, el PP dio su brazo a torcer y permitió a Vox acceder al Ejecutivo regional, con lo que evita así una repetición electoral en este territorio.

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Hasta la fecha, el líder del PP y el de Vox han mantenido diversos contactos y reuniones en privado, el último este mismo mes de agosto. Pero nunca han publicitado una cita como la de este martes. Feijóo anunció hace unos días que acudiría él mismo a la ronda de consultas con las formaciones en función del interlocutor y, en este caso, ha dado máximo rango de importancia a un socio ya "normalizado" en las filas populares. Las dos fuerzas atravesaron por una crisis en su relación cuando Génova decidió vetar a Vox de la Mesa del Congreso. Abascal dio entonces un golpe encima de la mesa y exigió a Feijóo que pusiese en valor sus acuerdos y su relación para mantener su sí a la investidura. Y el líder del PP no solo ha cumplido con ese compromiso, sino que ha brindado a Vox su último quinto Ejecutivo autonómico tras meses negándole su entrada en el Ejecutivo de Fernando López Miras.

Este mismo lunes, tras conocerse la reunión entre los dos dirigentes, Santiago Abascal ha comparecido en la sede del partido tras reunir en Madrid a su Comité de Acción Política, que ha contado por primera vez con la participación de todos sus vicepresidentes autonómicos. El partido de ultraderecha pretende exhibir así un mensaje de fuerza e intentar demostrar que, pese al golpe de las urnas del 23-J en las que el partido cayó hasta los 33 escaños, la formación sigue fuerte tras ampliar notablemente su poder territorial.

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Vox ha enviado a los medios de comunicación imágenes de recurso de la reunión para exhibir sus nuevos pesos en la cúpula tras la salida de Iván Espinosa de los Monteros. La cita ha estado liderada por el propio Abascal; el vicesecretario de Acción Política, Jorge Buxadé; el secretario general, Ignacio Garriga, y la nueva portavoz parlamentaria, Pepa Millán. También ha asistido el nuevo secretario general de Vox en el Congreso, José María Figaredo; la vicesecretaria de Organización Territorial, María Ruiz, y otros cargos de la cúpula, como Manuel Mariscal, Juan José Aizcorbe, Enrique Cabanas o Jorge Martín Frías.

El dirigente de Vox ha expresado su satisfacción por esos acuerdos alcanzados en los gobiernos autonómicos destacando que, en unos casos, el PP se ha "resistido" más y, en otros lugares, todo se pactó "con normalidad". "Hay lugares donde los pactos se han producido in extremis ante las resistencias del PP, y, en otros lugares, se han producido con normalidad mucho antes —ha explicado—. Confiamos en que, en aquellos lugares en los que los pactos se han producido tarde, se pueda avanzar, se pueda conocer mejor lo que es Vox y algunos puedan estar más tranquilos".

También ha criticado que la vicepresidenta Yolanda Díaz esté "rindiendo al Gobierno ante un auténtico criminal" al viajar a Bruselas para reunirse con Carles Puigdemont. Abascal ha asegurado que el hecho de que una vicepresidenta del Gobierno esté sentada con un "prófugo de la justicia" es de "extrema gravedad" y es algo que no ocurre "en ningún país serio en el que se respete la legalidad y la dignidad de sus ciudadanos".