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Puigdemont exige una ley de amnistía "registrada y admitida" en el Congreso para apoyar a Sánchez
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El PSOE mantiene que es una línea roja

Puigdemont exige una ley de amnistía "registrada y admitida" en el Congreso para apoyar a Sánchez

El entorno del líder de Junts aspira a que el PSOE presente el texto e incluso a que esté aprobado antes de la hipotética investidura. En Ferraz admiten que los plazos se alargarán tras controlar la Mesa

Foto: Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo. (EFE/Julien Warnand)
Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo. (EFE/Julien Warnand)
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Empiezan a desvelarse las cartas de Carles Puigdemont en la partida por la investidura de Pedro Sánchez. Los "hechos comprobables" que el expresident y líder de Junts reclamó al PSOE en un tuit horas antes del arranque de la XV Legislatura ya tienen nombres y apellidos. Para la conformación de la Mesa del Congreso, los neoconvergentes querían el aval al uso del catalán en la Cámara y su oficialidad en la UE. Para reelegir al secretario general socialista como presidente del Gobierno, JxCAT quiere que antes de la votación ya haya llegado al Congreso de los Diputados una ley de amnistía que reciba el plácet de la Mesa, de mayoría progresista, y pueda empezar a tramitarse.

El nuevo periodo echó a andar el jueves y ya el viernes se produjo la primera reunión de la Mesa, en la que se abordó la posibilidad de utilizar las lenguas cooficiales en los plenos. El siguiente paso, y en una negociación distinta, estará centrado en la ley de amnistía. Y dejará pistas de la pugna que mantienen ERC y Junts por capitalizar su colaboración con el PSOE hacia su electorado. Los republicanos ya incluyeron en su acuerdo para convertir a Francina Armengol en presidenta del Congreso su apuesta por "desjudicializar" el procés "por todas las vías legales". Fuentes de Junts van un paso más allá y aspiran a que la ley de amnistía se redacte en las próximas semanas, llegue al Congreso y comience su tramitación antes de cualquier votación para investir a Sánchez.

Foto: Gabriel Rufián conversa con Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Las condiciones de la formación independentista alejan las opciones del bloque progresista de lanzar ofertas que no se concreten. Incluso defienden que hay margen para que esa hipotética norma "esté ya aprobada en la Cámara Baja" para ese momento, explican desde el círculo de Waterloo. Las aspiraciones de Junts pasan por que sea el PSOE quien registre la ley, cuentan estas fuentes, aunque tampoco rechazarían que fueran Sumar o los partidos independentistas quienes impulsen el texto.

Hay que recordar que en 2022 ya hubo un intento por parte de Junts, ERC, la CUP y el PDeCAT que no salió adelante después de que los letrados del Congreso advirtiesen contra su inconstitucionalidad. Yolanda Díaz, en los pasillos del Congreso después de la sesión inaugural, ya se posicionó a favor del debate y aludió a las posiciones de "juristas" que abogan por, como mínimo, tramitar este tipo de iniciativas. "En democracia lo importante son las mayorías", explican desde el entorno de la vicepresidenta.

El portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, descartó que, en las conversaciones, los socialistas ya hubieran comprometido el impulso de la amnistía en las negociaciones. Una fuente del Gobierno, hace unos días, cuestionado sobre este asunto, respondió con un escueto "ya iremos viendo". Pero el debate será insalvable, porque a la presión de Junts hay que añadir la de ERC, para quienes la ley es "una línea roja", según dijo este viernes Teresa Jordà, la diputada republicana que ha pilotado las conversaciones con los socialistas para la conformación de la Mesa. La dirigente ha recuperado el discurso de la unidad de acción, dijo en una entrevista en RAC1. "Ahora tenemos compañeros independentistas en el Congreso con ganas, a priori, de negociar y de avanzar", dijo Jordà.

Sin la ley de amnistía, no habrá investidura, aseguran desde Waterloo. Y si el camino de la ley se truncase o hubiera desencuentros a lo largo de la legislatura, los de Junts no descartan la posibilidad de impulsar una moción de censura, aunque eso supusiera aliarse con PP y Vox. Puigdemont, en otro de sus tuits, aleja cualquier posibilidad de que su partido haya "vuelto al redil". "Si esto les hace felices, que lo disfruten", advierte el expresident en su mensaje. Y en el entorno de Waterloo alimentan esta idea. "Los del PSOE creen que está hecho, pero para nada", insisten, mientras aseguran que no hay "miedo" a una repetición electoral en Junts. "Estamos convencidos de que una repetición electoral saldría bien", zanjan estas fuentes.

Esta era una de las tesis que manejaban en el PSOE para confiar en el acuerdo final en la Mesa. "¿Cómo van a explicar que elijan a Cuca Gamarra por encima de Francina Armengol", explican fuentes socialistas. Hay que recordar que el PSC sumó 19 escaños, cinco más que la suma entre ERC y Junts, con 7 cada uno, y que el efecto de unas nuevas elecciones a final de año es una incertidumbre. JxCAT también defiende que no están improvisando, sino que funcionan con el respaldo de una hoja de ruta previamente diseñada y en la que cada fase está prevista, incluso con escenarios adversos, abundan desde el círculo de Puigdemont.

En Junts advierten al PSOE de que la negociación "no será cosa de días", mientras que en Ferraz insisten en que no tienen prisa

Lo que también consideran en Junts es que el líder socialista y su equipo tienen prisa por atar la investidura. "No será cosa de días, aunque sea lo que pretendan", añaden en el círculo de Waterloo. Este diagnóstico lo rechazan de pleno en el PSOE, que durante la misma sesión inaugural lanzaron mensajes de calma. Los socialistas aseguran que todavía no está claro qué ocurrirá con la investidura, ya que Alberto Núñez Feijóo mantiene su voluntad de presentarse cuando hable con Felipe VI en la ronda de contactos que empieza este lunes. Lo que sí tienen claro en el PSOE es que las negociaciones se alargarán frente a la celeridad que quería imprimirle el PP al proceso.

"Esto cuesta trabajo", cuenta una fuente socialista sobre las negociaciones, que atisba varias semanas de conversaciones a varias bandas. No hay que olvidar que hace unos días Ernest Urtasun, portavoz de Sumar, criticó la "falta de ambición" del PSOE en la negociación entre los socios de coalición. La dificultad de la tarea a la que se enfrenta Sánchez es un diagnóstico en el que coinciden todos los socios que el jueves votaron por Francina Armengol. Desde el PNV, Bildu y el BNG, que forman el ala más posibilista, hasta ERC y Junts.

Empiezan a desvelarse las cartas de Carles Puigdemont en la partida por la investidura de Pedro Sánchez. Los "hechos comprobables" que el expresident y líder de Junts reclamó al PSOE en un tuit horas antes del arranque de la XV Legislatura ya tienen nombres y apellidos. Para la conformación de la Mesa del Congreso, los neoconvergentes querían el aval al uso del catalán en la Cámara y su oficialidad en la UE. Para reelegir al secretario general socialista como presidente del Gobierno, JxCAT quiere que antes de la votación ya haya llegado al Congreso de los Diputados una ley de amnistía que reciba el plácet de la Mesa, de mayoría progresista, y pueda empezar a tramitarse.

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