Armengol recula y tendrá que hablar con los grupos para impulsar las lenguas cooficiales
La presidenta del Congreso admite que es necesario consultar a "los servicios técnicos" antes de tomar la decisión. Junts, ERC y Bildu confirman que no acudirán a la ronda de contactos con el Rey
El aval automático para el uso del catalán, el euskera y el gallego en el Congreso no lo será tanto. Lo ha admitido la nueva presidenta de la Cámara baja, Francina Armengol, horas después de comprometerse a que las lenguas cooficiales podrán utilizarse en los plenos sin cortapisas. En una entrevista en La Hora de la 1, la política socialista admitió que tendrá que "consultar" con los servicios técnicos de la Carrera de San Jerónimo y hacer una ronda de contactos con los grupos en busca del consenso. La decisión anunciada en su primer discurso como tercera autoridad del Estado es el resultado del acuerdo que alcanzaron PSOE y Junts para desbloquear la conformación de la Mesa del Congreso y que tuviera una mayoría de PSOE y Sumar.
"España es un país con una riqueza maravillosa, con identidades y pueblos diferentes y con idiomas cooficiales. Un país con diversidades que nos hace grandes", ha abundado Armengol en su entrevista, con un mensaje similar al de su primer discurso. La tesis que defienden en Junts es que la posibilidad de hablar catalán en los Plenos del Congreso era una cuestión de "voluntad política". Así lo afirmó el jueves Miriam Nogueras, jefa de la delegación neoconvergente en el Congreso, que calificó de "día histórico" la jornada por este aval para el uso de las lenguas cooficiales. Y lo celebró con una comparecencia íntegramente en catalán.
El reglamento del Congreso no prohibe (ni permite) el uso de los distintos idiomas del Estado en el hemiciclo, pero la posibilidad de hacerlo ha pasado por varios momentos en la historia democrática. En 2004, Manuel Marín expulsó a Joan Tardá, de ERC, n por no traducir al castellano su breve intervención previa en catalán. Esta fórmula salió de un acuerdo entre el PSOE y los republicanos que se alcanzó poco antes. Pero la actual situación, derivada de la aritmética que salió del 23-J, permitirá un impulso definitivo a pesar de que Armengol haya reculado poco después de comprometerse a dar luz verde al catalán, al gallego y al euskera en la Cámara baja.
Según ha dicho la dirigente socialista, su intención es habilitar el uso de las lenguas "lo más rápido posible" y es un asunto que se aborda, casi con total seguridad, en la primera reunión de la Mesa del Congreso que se celebra este viernes. No es necesario un cambio del reglamento, pero están por conocer detalles como la presencia de intérpretes y el coste de aplicar esta nueva iniciativa. En el Senado, cámara de representación territorial, sí se permite y tiene un coste anual de unos 300.000 euros. Y de fondo, como ha pedido Junts, está la petición del Gobierno para que las tres lenguas cooficiales de España sean oficiales también en la UE. El acuerdo con Junts incluye la solicitud, formalizada por Exteriores ante el Consejo de la UE y que será abordada en el pleno del próximo 19 de septiembre.
Este paso atrás de Francina Armengol se ha producido minutos antes de dirigirse al Palacio de la Zarzuela para dar cuenta a Felipe VI de la votación del jueves en el Congreso para la conformación de la Mesa e informar de qué fuerzas políticas han logrado representación parlamentaria. Es el paso previo a que el jefe del Estado ponga en marcha la ronda de contactos que dará paso al proceso de investidura. Se trata de una reunión "protocolaria", han informado fuentes conocedoras de la misma después de producirse y antes de que Armengol partiera hacia el Congreso para presidir su primera reunión de la Mesa.
En ese encuentro del órgano que rige el funcionamiento de la Cámara baja se abre el plazo para que los partidos conformen grupos parlamentarios. Los diputados tienen de plazo cinco días hábiles, por lo que será el jueves cuando finalice. Este proceso tiene su influencia en el proceso de investidura, ya que Armengol debe decidir si permite a ERC y Junts tener grupo propio en el Congreso. Las formaciones independentistas catalanas no lograron los requisitos establecidos (15 diputados o 5 diputados y el 15% de los votos en las circunscripciones donde se presentan), pero una lectura laxa del reglamento permite conceder esta condición. Hay precedentes y esto supondría más fondos y más margen de maniobra en el día a día en la Carrera de San Jerónimo.
Una vez que finalice este plazo, Felipe VI convocará en Zarzuela a los partidos para constatar quien tiene más apoyos para ser investido presidente, paso previo a encargar a un candidato la formación de un gobierno. La velocidad de este proceso determinará los plazos de la investidura y se da por hecho que será rápido, ya que todos los grupos no acudirán al palacio. Como suele ocurrrir, las fuerzas independentistas no se verán con el Monarca, según han confirmado a Europa Press fuentes parlamentarias, lo que significa que no habrá representantes de ERC, Junts ni Bildu, tres de los aliados de Sánchez.
Será el líder socialista quien de cuenta de su éxito en la votación de la Mesa, cuando su propuesta alcanzó los 178 diputados por los 139 del PP. Felipe VI se enfrenta a una compleja tarea, con dos candidatos que ya han anunciado su intención de acudir a la investidura. Aunque Alberto Núñez Feijóo salió magullado de la sesión inaugural del Congreso, Vox ha vuelto a prestar sus apoyos para una hipotética investidura, lo que vuelve a igualar los bloques.
El aval automático para el uso del catalán, el euskera y el gallego en el Congreso no lo será tanto. Lo ha admitido la nueva presidenta de la Cámara baja, Francina Armengol, horas después de comprometerse a que las lenguas cooficiales podrán utilizarse en los plenos sin cortapisas. En una entrevista en La Hora de la 1, la política socialista admitió que tendrá que "consultar" con los servicios técnicos de la Carrera de San Jerónimo y hacer una ronda de contactos con los grupos en busca del consenso. La decisión anunciada en su primer discurso como tercera autoridad del Estado es el resultado del acuerdo que alcanzaron PSOE y Junts para desbloquear la conformación de la Mesa del Congreso y que tuviera una mayoría de PSOE y Sumar.