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España no se casa como antes: agosto, de mes favorito a mes proscrito
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"SE ESTILABA EL VERANO"

España no se casa como antes: agosto, de mes favorito a mes proscrito

Para algunos, una fecha especial; para otros, una cuenta regresiva llena de decisiones y requerimientos. Elegir cuándo celebrar una boda depende de muchas variables, y estas son algunas de ellas

Foto: Elegir el vestido es casi lo de menos. (EFE/Kai Försterling)
Elegir el vestido es casi lo de menos. (EFE/Kai Försterling)
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Cuando Javier le pidió matrimonio a Victoria, no se imaginaron la cantidad de variables a tener en cuenta para decidir la fecha de su enlace. La iglesia o el ayuntamiento, la finca, los invitados… y la fecha. "Nosotros queríamos primavera, para evitar el calor en verano, y con la temporada de comuniones acabamos teniendo que elegir junio". Esta pareja malagueña se casó el 8 de junio de 2019.

Sea por esquivar las altas temperaturas o por otros factores, agosto ha pasado de ser el mes con más bodas a uno en el que las celebraciones pegan un bajón en medio de la temporada alta. En los 70 y 80, en torno al 12% de las bodas se celebraban en agosto, pero, a partir de los 90, los matrimonios se han desplazado a otros meses. Desde entonces, septiembre y julio se mantienen como favoritos, con el doble de enlaces que agosto.

Así, se observa cómo el primer trimestre del año sigue encajando como temporada baja, mientras que agosto ha llegado a decaer hasta cinco puntos porcentuales. Esto supone que la temporada de bodas puede llegar a alargarse hasta octubre, que entre 2020 y 2021 se posiciona como el tercer mes con más uniones (12,8%).

"Cuando nos casamos, se estilaba verano porque era cuando teníamos más vacaciones", confiesa Rosendo. Se casó con Candelaria un 14 de agosto de 1982, en Tenerife. Confirman que, antes, este tipo de decisiones se tomaban de una forma más "distendida y familiar". Añaden que resultaba una fecha más fácil tanto para ellos a la hora de cuadrar su luna de miel, a la isla vecina de La Palma, como por la disponibilidad de sus invitados, quienes o no viajaban en verano o lo hacían no muy lejos del pueblo, y así podían acudir a la ceremonia y al convite sin interrumpir mucho sus vacaciones.

Foto: Una pareja de novios en el Castillo de Almodóvar, en Córdoba. (Rafa Alcaide/EFE)

Entre el matrimonio malagueño y el canario no solo hay décadas de unión, sino una diferencia de preferencias y una evolución de lo que se concibe como celebración.

El calor derrite el altar

"Hemos notado que se ha vaciado el verano porque la gente huye del calor", confiesa Ana Tellaeche, organizadora de eventos del Restaurante Area Sunset en La Manga del Mar Menor. Para ellos, añade, la temporada comienza en febrero, y meses como noviembre o diciembre han empezado a resultar más interesantes para las parejas.

Los murcianos son, de hecho, los que más evitan este mes. De acuerdo con los datos de 2019 —antes del impacto de la pandemia—, Murcia, Barcelona y Castellón son las provincias que menos eligen agosto para celebrar las bodas. Mientras, septiembre es el más elegido por Zaragoza, Cádiz o Huesca. En cuanto a la temporada de invierno, Ceuta y Lugo son las que más apuestan por enero.

A esto se le une el movilizar a los invitados. En España, el número medio de asistentes a ceremonias de 2022 fue de 117, según el Libro Imprescindible de las Bodas, publicado por Bodas.net en colaboración con el profesor de Esade Carles Torrecilla. Aunque hay disparidad entre provincias: Murcia y La Rioja invitaron, de media, a 164 y 162 personas; el doble que Castilla-La Mancha y Navarra.

Eso sí, entre 2019 y 2022 ha bajado el número de invitados. En parte, debido al impacto de la pandemia. "Se reduce el número de invitados porque la pareja prefiere invitar a los amigos y familiares que más les importa y con los que más relación tienen", confirma Cristina González, responsable de comunicación de Bodas.net.

Decidir: detalles o fecha

María y Óscar descartaron el verano y preferían evitar la primavera. Al final, se quedaron con el 1 de abril, que, aún siendo temporada baja, se adaptaba más a sus necesidades. Lo que buscaban estos madrileños era casarse cuanto antes. Lo consiguieron en seis meses. También les sucedió a Victoria y Javier, de Málaga, quienes llegaron a crear un Excel con los requisitos de su boda para poder alinear el lugar y el catering con la disponibilidad de las fincas.

"Lo que sí que he notado es que ahora hay muchas más chuminás", dice entre risas la malagueña. Las bodas se han convertido en un evento en el que se pueden llegar a invertir hasta 70.000 euros por celebración. Desde disfraces, pasando por DJ, hasta cámaras analógicas. Cada servicio cuenta y suma un proveedor a la lista de facturación de la pareja. El coste medio en España ronda los 21.056 euros, según Bodas.net.

"En días, los viernes y los domingos son los días más baratos. En cuanto a meses, febrero y noviembre se barajan los precios más bajos, aunque depende de los proveedores", asegura Maitane Bugedo, wedding planner de The Cosmopolitan Bride, una agencia organizadora de bodas que lleva operando desde 2019. Añade que, para evitar tener que cambiar la fecha deseada, las parejas deben comenzar a organizar el evento con mínimo de un año de antelación.

Al final, el día de la boda ha acabado perdiendo importancia al primar el cómo se celebra, cuánto cuesta, el número de invitados o si se podrá encontrar un sitio que incluya candy bar o una cámara 360º. "Te acabas perdiendo en los detalles, y lo importante es el casarse", resume María, la novia madrileña.

Cuando Javier le pidió matrimonio a Victoria, no se imaginaron la cantidad de variables a tener en cuenta para decidir la fecha de su enlace. La iglesia o el ayuntamiento, la finca, los invitados… y la fecha. "Nosotros queríamos primavera, para evitar el calor en verano, y con la temporada de comuniones acabamos teniendo que elegir junio". Esta pareja malagueña se casó el 8 de junio de 2019.

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