La lenta agonía del Mar Menor: de 'paraíso natural' a 'destino a evitar'

El Mar Menor es uno de los enclaves más agradables de Europa para disfrutar del descanso. La revista International Living, especializada en turismo vacacional y destinos para el retiro tras la jubilación, acierta con la descripción: “Sus aguas cálidas, claras y de alta salinidad la hacen ideal para todo tipo de deportes acuáticos. La infraestructura turística está bien desarrollada”.

En cuanto a su patrimonio natural, destaca que “en el extremo norte de la laguna hay un parque nacional con salinas que incluyen un importante humedal, santuario para las aves” Descanso, buenos equipamientos, propuestas de ocio activo y rodeado de naturaleza. Entonces, si lo define como tal paraíso ¿por qué en su último reportaje dedicado a nuestro país lo señala como un ‘destino a evitar’?

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Planeta A

La respuesta está en la grave situación de deterioro ambiental que vive el Mar Menor y que, desgraciadamente, ha trascendido nuestras fronteras. El problema -indica la revista- es que "a pesar de las advertencias de los ambientalistas” los diferentes episodios de contaminación que viene sufriendo han provocado “el colapso ecológico de la vida marina en la laguna”.

Como consecuencia, no duda en remarcar que “los españoles que compraron casas de vacaciones allí no pueden venderlas debido a la continua contaminación”. Y advierte claramente a sus lectores: “No nade allí y no compre propiedades en el área inmediata.” La cita, ampliamente aireada por los medios locales murcianos, no hace sino dar cuenta de uno de los mayores descalabros sufridos por la Región, no solo a nivel turístico, sino sobre todo medioambiental.

Lejos de ser un espacio debidamente custodiado por las autoridades, admirado y respetado por todos, este auténtico tesoro de nuestro patrimonio natural, la mayor laguna costera de agua salada (albufera) de Europa, sigue presentando un estado de conservación lamentable que parece de nuevo a punto de colapsar. Porque a pesar de las declaraciones de unos y otros y de los compromisos anunciados por todos, lo cierto es que la situación en estos últimos meses no ha hecho sino empeorar.

Cómo venimos denunciando en Planeta A desde nuestros inicios, a lo largo de los últimos años los constantes vertidos tóxicos procedentes de la agricultura y la minería, las aguas residuales mal tratadas o el vaciado de las sentinas han provocado, además de graves episodios de anoxia con alta mortandad de peces y crustáceos, un deterioro tan grave del ecosistema que podría estar a punto de llegar a un punto de no retorno en su degradación.

Porque más allá de verse abocado a un nuevo e inminente episodio de anoxia, a lo que se sigue enfrentando el Mar Menor es al desdén de los responsables de su deterioro y a la falta de voluntad de quienes, desde las diferentes administraciones y más allá de los planes de urgencia aprobados tras las severas amonestaciones de la UE, deberían haber actuado ya, mucho antes de alcanzar su complicada situación actual, acaso irreversible.

Para comprobar hasta qué punto es así, el periodista ambiental Miguel Ángel Ruiz se embarcaba junto a uno de los mayores expertos del Mar Menor en un recorrido por la laguna. Su inquietante testimonio da cumplida cuenta del estado en el que se encuentra actualmente. Pueden acceder al vídeo documento en su excelente blog 'Los pies en la tierra' del diario La Verdad. Nada que añadir a lo que en él se expone, salvo unirnos al lamento por la agonía de uno de nuestros paraísos naturales más valioso y peor gestionado.