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El PP alerta de falta de tensión interna en el tramo final: "Nos afecta el síndrome de los ministros"
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Contención en Génova

El PP alerta de falta de tensión interna en el tramo final: "Nos afecta el síndrome de los ministros"

Feijóo rebaja la euforia para no desmovilizar a su electorado. En el partido, lamentan haber perdido la iniciativa en los últimos días frente a la izquierda, aunque dan por segura una "victoria holgada"

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juanjo Martín)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juanjo Martín)
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El PP afronta las últimas 24 horas de campaña sin nervios, pero con contención. El multitudinario acto de este jueves en Madrid fue el penúltimo broche de dos intensas semanas con picos y valles, en las que Feijóo se ha llegado a ver al borde de la absoluta. Pero ahora toca rebajar expectativas. Si se vuela demasiado alto, advierten en el partido, la victoria, que dan por segura, puede acabar resultando amarga. Pese al empujón de miles de personas clamando anoche "¡presidente, presidente!", el líder del PP pidió calma. Evitó darlo todo por hecho. "Amigos, no os confiéis. Algunos dicen que el Madrid gana siempre. Pero gana casi siempre", avisó. "O los arrasamos", dijo, "o Sánchez gobernará".

El ambiente sigue siendo bueno, especialmente en Génova. Se ven ganadores. "Victoria holgada", insisten los mandos. Creen que los problemas de la última semana no pasan excesiva factura. Y que el debate de RTVE del que se ausentó Feijóo "no mueve ni un voto". Pero en las filas populares alertan de una pérdida de tensión en los últimos días. Toca contener la respiración y no dar nada por sentado. Una excesiva euforia, como la que evidenciaron Génova y el propio Feijóo la semana pasada, puede traer problemas. "Estamos ante el síndrome de los ministros", inciden fuentes populares. Es el riesgo en el que se incurre, dicen, cuando se está acariciando la Moncloa con la punta de los dedos. Y nadie arriesga, para no dar pasos en falso.

Foto: El candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, en Madrid (EFE/Juanjo Martín)

Feijóo comenzó la primera semana de campaña en una nube. El cara a cara contra Sánchez insufló una dosis extra de optimismo a unos trackings que ya apuntaban a una contundente victoria. El líder popular, tanto en público como en privado, intentó hacer un llamamiento a la calma. "Que la euforia del debate llegue hasta la campaña electoral sería un error imperdonable", reconoció a El Confidencial. Pero ni él mismo pudo contener el entusiasmo ante lo que marcaban sus sondeos. En conversación informal con los periodistas el pasado sábado, aseguró incluso que se veía con posibilidades de alcanzar un resultado de 168 escaños. Solo una semana después, el PP da casi por imposible ese escenario.

Los trackings internos del partido apuntan en las últimas horas a una media de 155 escaños. La incógnita sería si, de cumplirse los pronósticos, Feijóo será capaz de mantener a raya a Vox. En el PP, firmarían sin dudar ese resultado. Por encima de los 150 diputados, apuntan, ya sería un gran éxito. Importante recordar que el PP parte de solo 89. De siete años sin ganar. Es el margen que se puso el líder popular desde el principio para decirle a Abascal que, si lo lograba, no tendría carteras en su eventual Ejecutivo. Los 160 tampoco los ven imposibles, pero, de nuevo, dirigentes del partido insisten en la calma y en gestionar bien las expectativas para no desmovilizar a sus votantes.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal, durante un acto sobre la situación de la cultura en España. (EFE/Borja Sánchez)

En la semana "decisiva" de la campaña, el PP tiró del freno de mano. El entusiasmo se había ido de las manos. Y comenzó a cundir también la sensación de que el partido había perdido la iniciativa en la recta final. Primero, por el enredo de Feijóo con las pensiones en TVE, cuando se encaró a la periodista Silvia Intxaurrondo por un dato falso que, más tarde, se vio obligado a rectificar. La "inconcreción" o "inexactitud" del líder nacional, como él mismo lo calificó, derivó en una dura campaña de la izquierda contra las "mentiras" y "bulos" del gallego.

En el partido, lamentan también que esta semana hayan ido "a rebufo" de la polémica fotografía con Marcial Dorado, condenado por narcotráfico y blanqueo de dinero. Algunas fuentes populares opinan que el silencio de Génova al respecto ha sido un error. Desde la dirección del partido, optaron por "no bajar al barro" e ignorar una campaña a la que Feijóo se ha enfrentado "toda su vida política". La controvertida instantánea data de 1997, aunque se hizo pública en 2013. "Han calentado demasiado. No se entiende que nadie del PP haya enseñado la foto de Sánchez con Tito Berni, por ejemplo", opina un dirigente del partido. "Las campañas son la guerra", zanja.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, posa para El Confidencial. (B. A.)
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Aún está por ver los efectos que estos episodios tendrán —o no— en el voto. En líneas generales, en el PP no hay dudas de que "las cosas van a salir bien" pese a todo. Que "no hay error de ningún tipo que sea más fuerte que la idea de echar a Sánchez". Pero el miedo a las expectativas también existe. Y la certeza de que la tensión seguirá "hasta el final". Este jueves, Narciso Michavila, el presidente de GAD3 —la demoscópica de cabecera del PP—, instaba veladamente a rebajar también esa euforia. "El partido, hasta que no se cuenta el último voto, no está decidido", avisaba en el programa de Federico Jiménez Losantos, que tiene entre sus oyentes a muchos votantes de Vox. Hay quien vio en ese pronunciamiento amarrategui una estrategia deliberada por invocar el voto a aquellos votantes del PP que se fueron a Vox para endurecer la posición.

Lo cierto es que, para Génova, la gran incógnita del 23-J será la capacidad de resistencia de Vox. En el PP, apuntan a un desplome de la marca de Santiago Abascal. Creen que el dirigente ultraconservador tampoco supo aprovechar la bala del debate contra Sánchez y Díaz. Y que, en estos momentos, el partido por la tercera plaza con Sumar "está ajustado". Desde la dirección de Vox, llevan semanas azuzando el mismo mensaje. Si Feijóo necesita sus votos, sean cuantos sean, no serán gratis. Pedirán carteras. Y la negociación, en caso de suma y de ganar el domingo, será la siguiente batalla que deberá librar el candidato del PP.

El PP afronta las últimas 24 horas de campaña sin nervios, pero con contención. El multitudinario acto de este jueves en Madrid fue el penúltimo broche de dos intensas semanas con picos y valles, en las que Feijóo se ha llegado a ver al borde de la absoluta. Pero ahora toca rebajar expectativas. Si se vuela demasiado alto, advierten en el partido, la victoria, que dan por segura, puede acabar resultando amarga. Pese al empujón de miles de personas clamando anoche "¡presidente, presidente!", el líder del PP pidió calma. Evitó darlo todo por hecho. "Amigos, no os confiéis. Algunos dicen que el Madrid gana siempre. Pero gana casi siempre", avisó. "O los arrasamos", dijo, "o Sánchez gobernará".

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