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El PP busca alianzas con partidos regionales para minimizar el peso de Vox tras el 28-M
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PACTOS POSTELECTORALES

El PP busca alianzas con partidos regionales para minimizar el peso de Vox tras el 28-M

Génova tensa la cuerda con los de Abascal para pinchar sus expectativas de entrar en gobiernos autonómicos. Iniciará negociaciones con otras fuerzas en Aragón, Baleares o Cantabria

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE)

Este viernes arrancó oficialmente una campaña clave ante un escenario con resultado incierto en la mayoría de territorios que se enfrentan a las urnas. En los cuarteles generales de los grandes partidos solo hay una certeza: salvo contadas excepciones, la noche electoral reafirmará que la gobernabilidad autonómica y local depende en gran medida de pactos de coalición. A izquierda y a derecha. El Partido Popular puede teñir de azul buena parte del territorio y recuperar músculo territorial tras el batacazo de mayo de 2019. Pero su éxito dependerá en gran medida de los pactos que logre cerrar con Vox, en cuyas filas ya avisan que harán valer sus votos pidiendo asientos en plazas clave. En la sala de máquinas de Génova buscan limitar esa dependencia y, de paso, rebajar las expectativas del partido de Abascal.

Los populares invitarán a la mesa de negociación posterior al 28-M a partidos regionalistas y locales con los que comparten una cierta proximidad ideológica. "No es lo mismo necesitar 10 escaños de Vox que 5", repiten los estrategas del PP. En la cúpula nacional del PP avanzan que no habrá una hoja de ruta común para cerrar acuerdos postelectorales, y que esperarán a conocer cómo queda el mapa para analizar sus posibilidades en cada territorio. Pero Génova trabaja en un plan B con el objetivo de abrir horizontes más allá del partido situado a su derecha, y busca una suerte de alianzas territoriales con las que acercarse a la mayoría y minimizar, así, la lista de condiciones de Vox para apoyar investiduras de candidatos populares.

Foto: El expresidente del Gobierno José María Aznar. (EFE/Marcial Guillén)

Aragón es uno de los territorios donde la estrategia podría tener éxito. La última encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial avanzaba un escenario especialmente reñido con un empate técnico entre el PSOE de Javier Lambán y el PP de Jorge Azcón, con una leve ventaja del segundo. Hace cuatro años, el barón socialista firmó un inédito cuatripartito de izquierdas con Podemos, la Chunta Aragonesista y el PAR, pero esa suma sería hoy insuficiente para revalidar una mayoría. Lo mismo pasa en el terreno de la derecha. Los populares y Vox no sumarían los 34 escaños necesarios para la mayoría absoluta. La balanza la inclinaría Aragón Existe, que estaría en posición de decantarla al mejor postor.

Según el citado sondeo, Aragón Existe obtendría tres diputados, los tres por Teruel. El diputado Tomás Guitarte, que encabeza el movimiento de la España Vaciada en su territorio, ya entregó la llave de la investidura de Pedro Sánchez en el Congreso, pero el popular Jorge Azcón avanza que le abrirá las puertas para sumar con el PP en la región. La formación regionalista no ha descartado, a priori, a ningún contendiente a la investidura. Consciente de lo que está en juego, el alcalde de Zaragoza ha querido cuidar las formas con Guitarte, y ya declaró en España a examen, un encuentro organizado por El Confidencial, que le unen medidas con Teruel Existe, como la rebaja del 20% de las cotizaciones en el Aragón Vacío o el replanteamiento de las renovables en zonas con impacto turístico del oriente turolense.

Foto: Natalia Chueca. (EFE/Javier Belver)

El plan del PP tiene un riesgo. La presencia de Vox en la ecuación, aunque su apoyo sea externo, puede ahuyentar a algunas fuerzas regionalistas, que tienen como línea roja firmar un documento en el que también esté la rúbrica de la ultraderecha. Sin ir más lejos, Azcón deberá hacer equilibrios si quiere cuadrar el hipotético apoyo de Aragón Existe —que rechaza de forma tajante un pacto con los de Abascal— con el de Vox. Todo dependerá del resultado final en una noche electoral en la que todo apunta a que habrá sorpresas.

En Canarias, el PP estaría dispuesto a cerrar un acuerdo con Coalición Canaria si los números llegan para desbancar a Ángel Víctor Torres, el líder socialista que parece resistir a la polémica relacionada con el caso de Tito Berni, y que le tocó de cerca. La lista de los populares, encabezada por Manuel Domínguez, podría superar a la del expresidente canario Fernando Clavijo, pero se quedaría en la segunda posición frente a un PSOE que sigue primero en las encuestas. Vox podría arañar hasta 4 escaños, por lo que, de nuevo, los populares tratarían de aislar a los verdes y reducir su influencia al mínimo.

Foto: Carlos Mazón, candidato del PP a la Generalitat valenciana. (B. A.)
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En las últimas semanas, el PP está mirando también con mucha atención los movimientos políticos que están produciéndose en Cantabria, donde atisban un "desmoronamiento" del PRC de Miguel Ángel Revilla, al frente de la región desde 2015. Los populares dan por seguro el sorpaso al partido regionalista, y comienzan a allanar el terreno para ofrecer "un buen acuerdo" con los de Revilla que ponga coto a su tentación de pactar con el PSOE. De nuevo, el escenario está muy abierto. Y, de nuevo, el PP trataría de frenar las exigencias de Vox.

El PP ha situado también Baleares como uno de los territorios en el que más probable ven lograr un "vuelco" en la noche del 28-M, con Marga Prohens a la cabeza. La dirigente balear ha renunciado recientemente a su acta en el Congreso de los Diputados, lo que resulta un buen indicativo respecto a sus posibilidades de arrebatar a Francina Armengol el ejecutivo regional. En este contexto, un partido regionalista podría ocupar, de nuevo, un rol decisivo a la hora de inclinar la balanza a izquierda o derecha. En este caso se trata de El Pi-Proposta per les Illes Balears, una formación de corte centrista que conservaría dos de los tres diputados en el Parlament y con el que Génova se ve capaz de entenderse. Vox podría doblar su representación hasta los 6 escaños.

Foto: Santiago Abascal, junto a Ignacio Garriga, durante un acto de Vox. (EFE/Quique García)

Génova se ha marcado como objetivo limitar en la medida de lo posible los pactos con Vox que impliquen su entrada en gobiernos autonómicos. Es precisamente la meta opuesta a la que plantean en el cuartel que dirige Santiago Abascal, donde buscan replicar el modelo de Castilla y León en otras regiones y ayuntamientos. Las dos fuerzas de la derecha han tensado la cuerda al máximo. Y en campaña mantendrán posiciones inamovibles. A partir del 29 de mayo, tanto en PP y Vox reconocen en privado que tendrán que flexibilizar sus condiciones para que la izquierda no se alce con nuevos triunfos a costa de su falta de entendimiento.

Este viernes arrancó oficialmente una campaña clave ante un escenario con resultado incierto en la mayoría de territorios que se enfrentan a las urnas. En los cuarteles generales de los grandes partidos solo hay una certeza: salvo contadas excepciones, la noche electoral reafirmará que la gobernabilidad autonómica y local depende en gran medida de pactos de coalición. A izquierda y a derecha. El Partido Popular puede teñir de azul buena parte del territorio y recuperar músculo territorial tras el batacazo de mayo de 2019. Pero su éxito dependerá en gran medida de los pactos que logre cerrar con Vox, en cuyas filas ya avisan que harán valer sus votos pidiendo asientos en plazas clave. En la sala de máquinas de Génova buscan limitar esa dependencia y, de paso, rebajar las expectativas del partido de Abascal.

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