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El efecto tercera fuerza que busca Moncloa con Yolanda Díaz puede dar el Gobierno a Feijóo
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BATALLA POR EL PÓDIUM ELECTORAL

El efecto tercera fuerza que busca Moncloa con Yolanda Díaz puede dar el Gobierno a Feijóo

El reparto de escaños entre las fuerzas de la izquierda supondría una caída para el PSOE, que daría más margen al PP. La fuerza de Vox en las provincias pequeñas le permitiría imponerse a Sumar en diputados

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)
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La irrupción de la plataforma de Yolanda Díaz ha puesto el foco en quién será el tercer partido en las próximas legislativas. Ante las expectativas generadas tras la presentación de Sumar, en Moncloa se han apresurado a circunscribir su batalla a disputarle un puesto en el pódium electoral a Vox. Es cierto que el hueco a ocupar, salvo sorpresa mayúscula, pasa por la tercera posición, pero entre los socialistas son cada día más los que llaman la atención sobre la teoría de los vasos comunicantes. Es decir, Sumar solo puede engordar a base de votantes del PSOE.

Con la incógnita de si finalmente Díaz logra un acuerdo con Pablo Iglesias para integrar a Podemos, Pedro Sánchez ha fiado toda su estrategia a repetir la coalición de Gobierno para resistir cuatro años más en la Moncloa. El presidente está dispuesto a loar las virtudes de su vicepresidenta para que Sumar pueda ocupar el papel de Podemos y reeditar un pacto que, junto a los independentistas y las minorías, le permita volver a ser presidente. Sobre el papel, el planteamiento aguanta, pero en la práctica hay que tener en cuenta, según los expertos en demoscopia consultados por El Confidencial, más variables.

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, durante la presentación de la candidatura de Sumar a las generales. (EFE/Víctor Lerena) Opinión

Lo primero que juega en contra de las cábalas de Moncloa es que el PP va primero en todas las encuestas publicadas, salvo el CIS de José Félix Tezanos. ¿Pueden sumar el segundo y el tercero para desbancar a la primera fuerza? La respuesta es sí, pero aquí la previsible desaparición de Ciudadanos daría al PP una prima de ganador que puede romper los esquemas monclovitas. Los populares sumarían casi todos los escaños de los naranjas, lo que podría colocarles en torno a los 150 diputados.

Con los de Alberto Núñez Feijóo en estas cifras, si colocamos a Sumar como tercera fuerza, eso implicaría que al menos hubiese logrado el 15 por ciento de los sufragios, lo que directamente resituaría a los socialistas en menos de cien escaños. Una diferencia entre el PP y el PSOE de medio centenar de diputados haría inviable para Sánchez una mayoría alternativa, aseguran a este medio desde las empresas de medición. En los territorios, los dirigentes socialistas hacen los mismos cálculos y por eso piden que el presidente vire al centro antes de las generales. Los barones consideran que es necesario romper con Podemos para frenar la fuga de votantes moderados al PP.

Las opciones de los socialistas, con Díaz incluida, pasan por dejar que Sumar arrastre al votante de Pablo Iglesias y que Sánchez se trabaje un perfil más centrista. Para ello, dirigentes socialistas advierten de que habrá que romper la "luna de miel" con la vicepresidenta y empezar a atacar a su nueva formación cuándo se acerquen las urnas. De esta forma, explican, se podría amortiguar el llamado efecto Feijóo y mantenerse en las cifras actuales. Hasta el momento, Sánchez ha trasladado a su entorno que mantendrá la coalición hasta el último minuto de la legislatura. Su convicción es que precipitar una ruptura sería el "fracaso" de un proyecto "histórico".

En estos momentos Sumar tiene menos opciones que Vox de ser tercera fuerza

En el PSOE aún queda la esperanza de que se visualice el divorcio con Podemos antes de las elecciones generales. La tensión entre Ione Belarra y Díaz por las cuotas de poder en Sumar han abierto una herida aún mayor en el Consejo de Ministros. Desde Ferraz miran al cuartel general de Galapagar con desconfianza. Iglesias nunca ha estado dispuesto a que sus ministras abandonen el Ejecutivo antes que la vicepresidenta de Trabajo, pero ahora "todo es posible", aseguran desde las filas moradas. Por ahora, la consigna es aguantar, pero tras las municipales y autonómicas del 28 de mayo, será complicado mantener el Gobierno. No solo a Podemos le interesará marcar distancias con el PSOE, sino a Sumar y a los propios socialistas también. Las fuerzas en la izquierda se medirán en función del color del mapa de España que resulte tras esta cita electoral.

Mientras el bloque de izquierdas pone en marcha su pactómetro, la realidad demoscópica, según los expertos, marca que en estos momentos Sumar tiene menos opciones que Vox de ser tercera fuerza. Pese a que los de Santiago Abascal se mantienen en los resultados de los anteriores comicios, en el mejor de los casos, su presencia en las provincias que reparten menos escaños les hace fuertes frente a la plataforma de Díaz. Sumar obtendrá previsiblemente un buen resultado en los territorios grandes como Madrid, Valencia o Barcelona. Aquí se reparten muchos escaños, por lo que tanto ellos como Vox entrarían, aunque estaría mejor representada la izquierda, que se impone en las grandes concentraciones urbanas.

No es así en las poblaciones donde los diputados a repartir son menos. En los casos de buena parte de Castilla y León o Castilla-La Mancha, el diputado en juego para la tercera fuerza caería del lado de Vox. Burgos, León, Albacete o Ciudad Real son claros ejemplos de cómo a Sumar le perjudica su falta de implantación en determinadas zonas. En Andalucía, que tradicionalmente ha sido de izquierdas, los de Abascal han copado el voto en provincias como Huelva o Jaén.

Génova ignora el pesimismo y trabaja desde la convicción de que lograrán una victoria

Con la ley D'Hondt en la mano, Vox sería ahora la tercera fuerza en representantes. Incluso podría darse que, en número de votos, Sumar estuviese por delante, pero no en sillones en el Congreso. PP y Vox lograrían mayoría absoluta. ¿Quiere decir que la derecha tiene la victoria asegurada? No. Puede darse el caso de que los de Abascal bajen medio punto, que en su cuota representa diez diputados, y el PP se desinfle. Esta amenaza lleva meses sobre las cabezas de dirigentes populares. Como publicó El Confidencial, desde el expresidente, José María Aznar, hasta altos cargos territoriales, no encuentran explicación a que Sánchez siga aguantando en los sondeos y el PP no tenga ya una mayoría suficiente. El PP depende de sí mismo como en el fútbol. Debe situarse entre los 145 o 150 escaños para gobernar.

Génova ignora este pesimismo y trabaja desde la convicción de que lograrán una importante victoria que les asegure una amplía ventaja sobre el PSOE que permita a Feijóo, a su vez, ir a una investidura en solitario y forzar a Vox a apoyarle sin necesidad de entrar en el Gobierno. Por el momento solo es un deseo, el mismo que tiene Sumar de ser tercera fuerza. Lo inmediato es cerrar un acuerdo con Iglesias que cada vez parece más difícil. Vox sigue en el pódium.

La irrupción de la plataforma de Yolanda Díaz ha puesto el foco en quién será el tercer partido en las próximas legislativas. Ante las expectativas generadas tras la presentación de Sumar, en Moncloa se han apresurado a circunscribir su batalla a disputarle un puesto en el pódium electoral a Vox. Es cierto que el hueco a ocupar, salvo sorpresa mayúscula, pasa por la tercera posición, pero entre los socialistas son cada día más los que llaman la atención sobre la teoría de los vasos comunicantes. Es decir, Sumar solo puede engordar a base de votantes del PSOE.

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