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El PP se revuelve contra Bruselas por avalar el plan de pensiones del Gobierno
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"HAN ENGAÑADO A EUROPA"

El PP se revuelve contra Bruselas por avalar el plan de pensiones del Gobierno

Génova no enviará su plan alternativo al Gobierno para intentar atraerlo a una negociación. Los populares se resisten a detallar en profundidad su propuesta, pero asumen que le corresponderá a Feijóo tomar medidas drásticas a partir de 2025

Foto: El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, junto al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Fernando Villar)
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, junto al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Fernando Villar)
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El aval de Bruselas a la reforma de pensiones, acordada en el seno del Gobierno y respaldada también por los sindicatos, parecía situar a Feijóo en una nueva encrucijada que Génova ha resuelto en cuestión de días. En este caso, un voto en contra del Partido Popular no solo implicaría una enmienda a un decreto del Ejecutivo, sino también un rechazo a una propuesta pactada con la Comisión Europea y que permitirá, además, desbloquear el siguiente tramo de fondos europeos para la recuperación. El PP, arropado por las patronales, rechaza de plano la reforma de Escrivá, pero no oculta un cierto malestar por las facilidades que, a su juicio, le ha puesto Europa a Sánchez en un proyecto que "no garantiza la sostenibilidad del sistema" y que habrá que "ajustar" en tan solo dos años.

Una vez cerrado el acuerdo dentro de la coalición, el Gobierno aseveró que su reforma, que pone el peso en el aumento de ingresos y cotizaciones, contaba con el visto bueno de Bruselas, aunque la Comisión Europea reiteró la semana pasada que evaluaría el plan de España una vez solicite el cuarto desembolso de ayudas. Con todo, Génova da ya por descontado el apoyo comunitario al Ejecutivo, una decisión que no gusta en la sede nacional de los populares. "Están engañando a la Comisión Europea", reiteran.

En concreto, en la dirección del partido lamentan que se haya dado por buenas unas medidas "transitorias" que suponen un "parche" cortoplacista, y asumen en este punto que, si Feijóo logra llegar a la Moncloa, Bruselas aumentará la presión sobre España con nuevas reglas de control del gasto que se traducirán en recortes a partir de 2025. No obstante, y pese a la crítica rotunda al plan de la Moncloa, el PP ha evitado detallar cómo se materializaría su propuesta para garantizar la sostenibilidad a futuro del sistema de pensiones. Génova ha tendido la mano al Ejecutivo para negociar el proyecto antes de que se apruebe en las Cortes —se prevé que llegue al Congreso antes de que acabe marzo— pero, a diferencia de otras ocasiones, el partido no ha presentado un plan escrito que remitir al Gobierno para intentar una negociación.

El PP sí presentó otras alternativas con sello propio para presionar a Sánchez y forzarle a abrir contactos con Feijóo, en la mayor parte de los casos sin éxito. Lo hizo, por ejemplo, con el proyecto energético de los populares o su iniciativa para despolitizar la Justicia. Pero no ha sido el caso de las pensiones. Este martes, durante un briefing en Génova, el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, desarrolló los cuatro pilares sobre los que el partido edificaría su propuesta a Europa, mencionando por ejemplo la creación de 1,7 millones de puestos de trabajo; la captación de talento extranjero; o los incentivos a la natalidad.

Foto: El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. (EFE/Mariscal) Opinión

Los populares asumen que, con su reforma, Pedro Sánchez intenta dar "una patada hacia delante" y pasar la patata caliente al siguiente Gobierno. Feijóo se ve en la Moncloa, pero evita por el momento aterrizar qué medidas concretas tomaría para recortar el gasto en pensiones —como asumen que les exigirá Bruselas— o si mantendrían o no la cuota de solidaridad impulsada por el actual Ejecutivo y que afecta a los sueldos más altos en la contrarreforma que en el PP se comprometen ya a impulsar si logran gobernar. Génova aplaza, así, un debate de alto voltaje en plena carrera electoral, más en una cuestión donde tanto PP como PSOE se juegan millones de votos.

El PP optará, salvo sorpresa, por un voto en contra en el Congreso. La decisión aún no está cerrada y deberá ser consensuada dentro del Grupo Parlamentario, pero en Génova opinan que, si Escrivá no accede a sentarse con el Partido Popular y a revisar los aspectos más lesivos de su reforma para los empresarios, no habrá debate interno que valga. El ministro de Seguridad Social confirmó este miércoles ante la comisión del Pacto de Toledo que ofrecerá a los grupos la tramitación del decreto como proyecto de ley para que puedan incorporar aportaciones, con lo que se abriría una nueva ventana de oportunidad para que el primer partido de la oposición desgrane el detalle de su propuesta alternativa, en este caso vía enmiendas.

Por si quedaba algún atisbo de duda, el portavoz del PP en la mencionada comisión, Tomás Cabezón, evidenció este miércoles el rechazo de su Grupo al plan de Escrivá, y afeó en concreto que el Gobierno se saltase el control del Pacto de Toledo para presentar una iniciativa "de la que nos hemos ido enterando por la prensa". El diputado popular mantuvo el pasado martes una reunión con el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, pero fuentes populares denuncian que no se les facilitó "ningún documento" y que tampoco cuentan con "ningún dato" sobre el impacto económico de las medidas planteadas por el Ejecutivo, lo que refuerza el sentido contrario del voto del PP.

En este caso, y a diferencia de lo que ocurrió con la reforma laboral, Génova cuenta con el respaldo de CEOE, ATA o Cepyme, que también han dado un sonoro portazo a un acuerdo que sí refrendan los sindicatos. El foco de las críticas se sitúa sobre la intención de destopar las cotizaciones máximas, lo que a juicio del PP y de la patronal supone un "auténtico impuestazo a la creación de empleo y a la competitividad". "El sanchismo hace propaganda, y la hipoteca que la paguen los que vengan detrás y los pensionistas del futuro", despachó Cabezón, aunque las críticas no hicieron mella en Escrivá. El Gobierno finalizó la ponencia en el Pacto de Toledo con la práctica certeza de tener atados los apoyos parlamentarios, gracias a fuerzas como ERC o Bildu, a los que el Ejecutivo priorizó en la ronda de contactos.

El aval de Bruselas a la reforma de pensiones, acordada en el seno del Gobierno y respaldada también por los sindicatos, parecía situar a Feijóo en una nueva encrucijada que Génova ha resuelto en cuestión de días. En este caso, un voto en contra del Partido Popular no solo implicaría una enmienda a un decreto del Ejecutivo, sino también un rechazo a una propuesta pactada con la Comisión Europea y que permitirá, además, desbloquear el siguiente tramo de fondos europeos para la recuperación. El PP, arropado por las patronales, rechaza de plano la reforma de Escrivá, pero no oculta un cierto malestar por las facilidades que, a su juicio, le ha puesto Europa a Sánchez en un proyecto que "no garantiza la sostenibilidad del sistema" y que habrá que "ajustar" en tan solo dos años.

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