Los discípulos de la 'abuela marihuana' en Navarra quieren echar a los policías de su sede
El Partido Cannábico Luz Verde de Navarra existe formalmente desde 2006, pero nunca ha obtenido representación. Denuncian ante el Defensor del Pueblo las inspecciones reiteradas de los agentes en el 'grow shop' donde se reúnen
Son el único grupo político exclusivamente dedicado a promover el cultivo y la legalización de la marihuana en España. El Partido Cannábico Luz Verde de Navarra existe formalmente desde 2006, pero nunca ha obtenido representación. Su supervivencia, sin embargo, quedó en entredicho tras cambio en la normativa que regula estas organizaciones. La sede de este insólito ejemplo está ubicada en un grow-shop, una tienda de artículos relacionados con esta droga y su cultivo. Y ya han denunciado públicamente que están hartos de visitas policiales, y no pararán hasta que reciban el trato que creen merecer como formación. Son los discípulos de la abuela marihuana, cuyo legado hoy quieren preservar.
Hace tiempo que los agentes del Seprona o la Policía Nacional les visitan. Dicen que fuerzan inspecciones en el establecimiento, llegando a levantar un conflicto en los tribunales que terminó multando al presidente del grupo con 601 euros. De momento, la sentencia está recurrida, como él mismo explica. "Las llegadas han sido constantes", asegura Fermín Les, el líder del Partido Cannábico Luz Verde. Hace unos días se reunía con el Defensor del Pueblo de Navarra para denunciar esta misma situación. Quiere que eleve su demanda a Ángel Gabilondo. En estos momentos, explica que están elaborando un informe para recopilar toda la información de la que disponen: desde los números de placa de los efectivos que entraron en la tienda, hasta las imágenes captadas por las cámaras.
Intentaron dar el salto
Esperan tener los resultados del documento que remitirán a Gabilondo para la próxima semana. Dudan que esta vez pueda tener el efecto que ya lograron en otra solicitud anterior ante el Defensor del Pueblo, cuando pidieron registrar a las asociaciones cannábicas y no se lo permitían. Fue entonces cuando iniciaron el contacto con este órgano constitucional, que acabó emitiendo un informe vinculante por el que obligaba al Gobierno de Navarra a admitir estos establecimientos. "En 2020 nos intentamos convertir en un partido nacional, porque siempre habíamos estado solo aquí. En ese momento empezaron los verdaderos problemas", añade Les.
"No tenemos subvenciones ni sedes oficiales, nos reunimos en un grow-shop porque nuestro principal objetivo es disolvernos", sentencia a El Confidencial. Si dejan de existir como partido, significará que la marihuana ha sido finalmente legalizada y su misión se daría por cerrada. Además, hay un factor personal en juego. Las principales cabezas de entre los 400 afiliados y simpatizantes de la formación, según sus propias estimaciones, quieren a la vez defender el legado de su líder histórica. "Ella murió sin que se hiciera justicia", lamenta su actual presidente, que le relevó en el cargo después de que falleciera el año pasado.
Fernanda de la Figuera (1943–2022), más conocida como la abuela marihuana, dio su última calada un 24 de abril tras toda una vida de activismo procannabis. Fue su gran defensora en Málaga, donde encabezó el movimiento por la legalización de esta droga. Llegó a ser la líder de la Asociación Ramón Santos de Estudios del Cannabis de Andalucía (Arseca), y también presidió durante casi toda su trayectoria el Partido Cannábico Luz Verde, que hoy trata de seguir su estela. En enero de 2020 fue condenada a nueve meses de cárcel y 10.000 euros de multa.
El motivo se remonta a 2014, cuando era el rostro visible de la asociación María de las Marías, en la que las fuerzas de seguridad incautaron 181 plantas de cannabis, en la finca El Refugio de Alhaurín el Grande. La resolución consideraba que existía una "organización y planificación" para que unos 200 asociados, calculaba, tuvieran acceso a esta sustancia. También se procesó al secretario y tesorero de dicha entidad, en una causa en la que en un primer momento enfrentaba a la abuela marihuana con la posibilidad de pasar hasta cuatro años entre rejas. Fernanda falleció a los 78 en Zaragoza, pero su legado sigue muy vivo entre sus fieles.
En estos momentos, el Partido Cannábico Luz Verde prepara otra recogida de firmas junto a más asociaciones europeas procannabis. No son partidos políticos como tal, pero sí grupos activistas, en su mayoría, con excepciones en Australia o Israel, donde sí hay formaciones consolidadas. Otro punto en conflicto es que el Gobierno de la Comunidad Foral creó el año pasado la Asociación Navarra para la Investigación del Cáñamo "sin contar con nuestro partido, que podría ser un asociado más", denuncia Les, que lanza una pregunta al aire: "¿Cómo no íbamos a protestar?".
"Creemos que hay partidos mucho más peligrosos que nosotros como para que seamos los que estén en el centro de la diana", remata. Reconoce que la reunión que mantuvo con el Defensor del Pueblo navarro fue "muy tensa" y no tiene mucha fe en que "puedan hacer algo". Pero no tiran la toalla, y siguen recopilando toda la información para armar un informe con el que defenderse de los ataques que denuncian. El peor momento que recuerdan fue cuando llegaron a pararles un mitin en el que también participaba un alcalde. Hace un año también "pararon a un par de afiliados fuera y los registraron", recuerdan. Advierten, aun así, que no pararán hasta que se reconozca su derecho a reunirse con libertad.
Son el único grupo político exclusivamente dedicado a promover el cultivo y la legalización de la marihuana en España. El Partido Cannábico Luz Verde de Navarra existe formalmente desde 2006, pero nunca ha obtenido representación. Su supervivencia, sin embargo, quedó en entredicho tras cambio en la normativa que regula estas organizaciones. La sede de este insólito ejemplo está ubicada en un grow-shop, una tienda de artículos relacionados con esta droga y su cultivo. Y ya han denunciado públicamente que están hartos de visitas policiales, y no pararán hasta que reciban el trato que creen merecer como formación. Son los discípulos de la abuela marihuana, cuyo legado hoy quieren preservar.