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El duelo final de Ciudadanos anticipa una batalla campal dentro del grupo en el Congreso
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Recta final de las primarias

El duelo final de Ciudadanos anticipa una batalla campal dentro del grupo en el Congreso

Edmundo Bal presiona 'in extremis' para unir el partido y desplazar a Inés Arrimadas del timón de la formación y de la portavocía en la Cámara. Los parlamentarios apoyan mayoritariamente la candidatura del abogado del Estado

Foto: Inés Arrimadas, Edmundo Bal y otros miembros del grupo parlamentario de Ciudadanos, en el Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Inés Arrimadas, Edmundo Bal y otros miembros del grupo parlamentario de Ciudadanos, en el Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Ciudadanos se ha convertido en un auténtico polvorín, tanto en lo electoral como en lo orgánico. El intento de refundación del partido ha desembocado en una reyerta sin precedentes entre Edmundo Bal e Inés Arrimadas y sus afines, aunque la lista apoyada desde la retaguardia por la aún presidenta naranja esté encabezada por otras dos figuras, Adrián Vázquez y Patricia Guasp. El cruce de reproches de los últimos días ha sido tal que la formación llega completamente rota a su proceso de primarias. Sea cual sea el resultado, que se conocerá el próximo jueves 12 de enero a partir de las 18:00, una de las inevitables consecuencias será la fractura del grupo parlamentario —al que le queda un año de vida— y las decisiones que de él se deriven.

Arrimadas y Bal han trabajado mano a mano en la Cámara Baja, al menos hasta la ruptura que se materializó con la "traición" del abogado del Estado a la líder de Ciudadanos. Cuando decidió presentar su candidatura para romper con el "continuismo" de la dirigente, la mayor parte del grupo parlamentario se posicionó junto al excandidato en la Comunidad de Madrid. Ciudadanos cuenta con nueve parlamentarios en el Congreso. Mari Carmen Martínez, Sara Giménez, Miguel Gutiérrez y Juan Ignacio López-Bas apoyan sin fisuras a Bal, mientras que José María Espejo-Saavedra y María Muñoz se han quedado en tierra de nadie. Inés Arrimadas, sin embargo, cuenta solo con un diputado completamente fiel: el malagueño Guillermo Díaz.

Foto: El candidato a la secretaría general de Ciudadanos, Adrián Vázquez. (Cedida)

Aunque las dos listas partieron con propuestas de integración para el perdedor de las primarias, la tensión interna ha llegado a tal nivel que las ofertas de paz parecen hoy papel mojado. Más allá de posibles disputas internas por el sentido de voto del grupo en leyes clave pendientes de tramitación en el Congreso, el debate estará en posibles movimientos en la distribución del grupo. Aunque Adrián Vázquez, candidato a secretario general de la lista apoyada por Arrimadas, aseguró en una entrevista para El Confidencial que no promoverán cambios a nivel parlamentario si vencen en las primarias, el entorno de Edmundo Bal recela de esa posibilidad y no descarta que Arrimadas intente una vendetta contra el abogado del Estado.

El diputado liberal ocupa la portavocía adjunta de Ciudadanos en la Cámara Baja y, por tanto, cuenta con un gran foco público, un bien muy preciado dentro de un partido en vías de extinción. Las mismas fuentes advierten de que, si la todavía presidenta intentase un movimiento en este sentido, tendría las de perder. "Somos siete contra dos", señalan en el entorno del diputado madrileño, tras avanzar que presentarían resistencia. Por contra, si es Bal el que logra imponerse en la votación de afiliados, él sí estudiará cambios en el reparto de roles del grupo parlamentario, especialmente en lo que atañe a Arrimadas.

El plan no pasa por prescindir de una dirigente que consideran clave para tratar de insuflar vida a un partido convaleciente, pero sí alejarla de la primera línea política y, por tanto, de la portavocía en el Congreso. Importante recordar que renunciar a su puesto preferente en la Cámara Baja fue una de las condiciones que Edmundo Bal impuso a Inés Arrimadas a cambio de retirar su candidatura y evitar la guerra, pero ella no cedió a la presión.

Foto: Bal considera que su lista rival está controlada por Arrimadas. (Jesús Hellín)

Lo que también podría cambiar en función del resultado es la relación de Ciudadanos con el Gobierno de Pedro Sánchez y con el Partido Popular. Los nueve diputados que conservan los naranjas esta legislatura pueden ser fundamentales para inclinar la balanza en votaciones clave del Ejecutivo. Edmundo Bal apuesta por volver a imprimir en la formación naranja un "liberalismo progresista" capaz de abrirse a acuerdos con el PSOE. El dirigente, de hecho, dejó constancia de esa intención en su entrevista con este medio, en la que aseguró que "cuando negociábamos con el Gobierno, nuestra intención de voto estaba entre el 8% y el 10%", mientras que hoy "no llega ni al 1%" porque "todos nos ven como un partido de derechas".

Primarias a cara de perro

Las dos principales listas cerraron este martes sus respectivas campañas internas, que se han desarrollado a cara de perro entre los principales baluartes de cada candidatura. La votación arrancará este miércoles alrededor de las nueve de la mañana y los afiliados —alrededor de 7.600— podrán ejercer su derecho a voto por vía telemática. A la batalla por el liderazgo se unió una tercera opción: la encabezada por dos jóvenes afiliados, Marcos Morales y Laura Alves.

Pese a sus escasas posibilidades de éxito, fuentes cercanas a Bal afirman que el abogado del Estado y su equipo han intentado un acercamiento in extremis a la tercera lista en discordia para unir fuerzas y retirar a Arrimadas definitivamente el timón de Ciudadanos. Las mismas voces consideran que uno de los motivos que explicarían un eventual fracaso de Edmundo Bal y Santiago Saura —su segundo de a bordo en la candidatura y mano derecha de Begoña Villacís en el ayuntamiento— es la fragmentación del voto, con lo que intentaron hasta última hora un acercamiento a la lista minoritaria.

Foto: Edmundo Bal. (EFE Mariscal)

Por el momento, la recogida de avales juega a favor de Adrián Vázquez y Patricia Guasp, que barrieron con 1.367 frente a los 679 que consiguió Bal. Pero en ambos equipos insisten en que todo está en el aire. Si pierde, el abogado del Estado asegura que no formará parte de la nueva ejecutiva si recibe una oferta de integración por parte de sus compañeros, pero está dispuesto a dar una nueva batalla presentándose como candidato a las primarias del partido para las próximas elecciones generales. La lista de Vázquez y Guasp, sin embargo, no termina de confirmar quién será su apuesta para la presidencia del Gobierno, sin descartar en este caso a la propia Inés Arrimadas. La candidata natural sería Patricia Guasp, diputada balear, por su aspiración a ocupar la portavocía política de Ciudadanos. Pero en su entorno tampoco ratifican esa opción.

"Sin mayo, no hay generales", se limitan a aseverar estas fuentes, donde aseguran huir del "ninguneo" y las "intoxicaciones" de su compañero de filas. Lo cierto es que, por el momento, Inés Arrimadas no ocupa más que un puesto testimonial en la lista de Vázquez y Guasp, y no formará parte de la nueva ejecutiva. Fuentes del entorno del eurodiputado insisten en despegar su candidatura de toda influencia de la actual presidenta de Ciudadanos, a la que reconocen "errores fatales" en su gestión al frente del partido. De hecho, algunas voces señalan que la condición que impuso Adrián Vázquez para acceder a encabezar una lista rival a la de Edmundo Bal fue que Arrimadas no tuviese ningún tipo de poder, ni en la preparación de la lista ni en la confección de la campaña.

Ciudadanos se ha convertido en un auténtico polvorín, tanto en lo electoral como en lo orgánico. El intento de refundación del partido ha desembocado en una reyerta sin precedentes entre Edmundo Bal e Inés Arrimadas y sus afines, aunque la lista apoyada desde la retaguardia por la aún presidenta naranja esté encabezada por otras dos figuras, Adrián Vázquez y Patricia Guasp. El cruce de reproches de los últimos días ha sido tal que la formación llega completamente rota a su proceso de primarias. Sea cual sea el resultado, que se conocerá el próximo jueves 12 de enero a partir de las 18:00, una de las inevitables consecuencias será la fractura del grupo parlamentario —al que le queda un año de vida— y las decisiones que de él se deriven.

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