División entre los progresistas: fracasa su candidatura única para la presidencia del TC
La reunión celebrada el mediodía de este lunes ha terminado sin acuerdo después de que María Luisa Balaguer y Cándido Conde-Pumpido hayan mantenido sus candidaturas
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Siete magistrados progresistas y dos de ellos candidatos a presidir el Tribunal Constitucional. Esa es la actual situación del bloque progresista en el órgano de garantías. Los siete magistrados se reunieron este mediodía para tratar de pactar una candidatura única, pero, como ya adelantó este martes El Confidencial, ni María Luisa Balaguer ni Cándido Conde-Pumpido han cedido en sus aspiraciones a liderar el tribunal. La decisión final se adoptará este miércoles y puede decantarse por un solo voto.
El presidente se elige en un pleno y mediante votación secreta, en la que los candidatos pueden votarse a sí mismos. Balaguer da por hecho que tendrá el apoyo de los cuatro magistrados conservadores del tribunal, que quieren cerrar la puerta a Conde-Pumpido. Si a ellos se suma su propio voto, la magistrada solo necesitaría convencer a un progresista para ganar la partida. Todas las miradas se centran en la recién llegada María Luisa Segoviano. Pese a ser progresista, la magistrada, que tomó posesión este lunes, fue propuesta por los conservadores del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
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La división entre los progresistas es patente. Algunos ven en las declaraciones de Segoviano los últimos días y en su trayectoria feminista una baza para Balaguer, pero tampoco puede descartarse su abstención en la votación para huir del conflicto. Si no se inclina ni por uno ni por otro, será Conde-Pumpido quien se lleve la presidencia: cuando en la primera ronda una persona reúne mayoría absoluta, se convierte de forma automática en el nuevo presidente, pero, en caso contrario, la votación se repite y ya solo resulta necesaria la mayoría simple. Si ambos empatan, la balanza se inclinaría entonces a favor de Conde-Pumpido por ser el de mayor edad.
La reunión roza las tres horas
La reunión del grupo de este lunes ha sido, cuando menos, intensa. Se ha prolongado durante casi tres horas en las que, según las fuentes consultadas, se han intercambiado multitud de opiniones. Ha habido muchos diálogos "en todos los niveles", asegura uno de los presentes. La decisión final queda así en el aire, a expensas del apoyo que logren reunir los dos candidatos a lo largo de las próximas horas.
Se da por hecho que cada uno de los aspirantes cuenta en estos momentos con cinco votos cada uno. A Balaguer se le suman los conservadores, mientras que Conde-Pumpido, al que se ha etiquetado como el candidato preferido por el Gobierno, recabaría el voto de cuatro de sus compañeros progresistas. Entre ellos, los otors dos magistrados recién nombrados junto a Segoviano: Juan Carlos Campo y Laura Díez.
La catedrática andaluza cree reunir méritos de peso para afrontar los próximos tres años. Entre sus credenciales, incluye su capacidad de pacificar, acercar posturas con unos y otros y remendar descosidos. Generar un ambiente que favorezca el trabajo común y productivo y evite grietas que descentren al TC de lo que tiene que ser su función: interpretar la correcta aplicación de la Constitución.
Los partidarios de Pumpido esgrimen por su parte la "anomalía" de una elección de presidente con mayoría progresista forzada con votos de los cercanos a la derecha. Que un progresista salga elegido en contra de la mayoría de su grupo, y con el apoyo de los magistrados del sector contrario, es un hecho que nunca se ha producido.
Siete magistrados progresistas y dos de ellos candidatos a presidir el Tribunal Constitucional. Esa es la actual situación del bloque progresista en el órgano de garantías. Los siete magistrados se reunieron este mediodía para tratar de pactar una candidatura única, pero, como ya adelantó este martes El Confidencial, ni María Luisa Balaguer ni Cándido Conde-Pumpido han cedido en sus aspiraciones a liderar el tribunal. La decisión final se adoptará este miércoles y puede decantarse por un solo voto.