La 'traición' de UPN levanta ampollas en Génova: "Esparza ha roto el centro derecha"

Navarra Suma ha pasado definitivamente a mejor vida. El líder de UPN, Javier Esparza, ratificó el pasado lunes su ruptura definitiva con el PP, de modo que ambas fuerzas concurrirán por separado a las elecciones autonómicas municipales que se celebrarán el próximo 28 de mayo. La desconfianza de Génova con los regionalistas navarros se había disparado en las últimas semanas por la falta de avances en las negociaciones, pero en la dirección de los populares ha dolido especialmente el modo en que todo ha saltado por los aires. Fuentes cercanas al líder nacional aseguran que Esparza contactó con Feijóo para comunicarle su decisión... pero cuando ya habían trascendido sus planes a los medios de comunicación.

El dirigente, según estas fuentes, se disculpó con el jefe de la oposición por las "filtraciones" a la prensa, pero no dio marcha atrás en su determinación de separar a UPN del camino del PP. No hubo tiempo para negociar. Según Esparza, tras comprobar encuestas internas, el resultado de UPN será mejor si concurre en solitario a si intenta reeditar una coalición con los populares. "Ha roto el centro derecha", estallan en la dirección de Génova, donde advierten desde hace semanas dee que los regionalistas navarros podrían haber mantenido contactos paralelos con el PSOE para un eventual pacto poselectoral. En el entorno de Esparza, sin embargo, desmienten estas acusaciones.

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Los populares creen que el líder de UPN ha "cambiado de socio" y ha iniciado un "viraje ideológico" hacia la izquierda que, a su juicio, ya quedó patente durante la votación de la reforma laboral de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. Según el análisis del PP, ese fue un punto de no retorno en su relación con Javier Esparza, que ordenó, previa negociación con el Gobierno, votar a favor del proyecto. Entonces, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, los dos diputados nacionales de UPN, rompieron la disciplina de voto y se posicionaron en contra. Los dos fueron sancionados con una suspensión de la militancia durante dos años y medio.

Durante una comparecencia ante los medios el pasado lunes, que concedió después de que la ejecutiva foralista ratificase por unanimidad la decisión de concurrir en solitario el próximo 28-M, Esparza responsabilizó al PP de haber dinamitado la coalición por condicionar la negociación a que las siglas del PP no quedasen diluidas en ninguna fórmula electoral. Génova pidió empezar de cero, sacar a Ciudadanos de la ecuación —dando por sentado que los votos naranjas ya no suman al centro derecha— y, sobre todo, negociar de "igual a igual" con UPN.

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En el entorno de Feijóo entendían que la actual condición del partido no es la misma con la que jugaba Pablo Casado cuando firmó la coalición de Navarra Suma con Esparza y Arrimadas, la marca con la que PP, Cs y UPN concurrieron a las autonómicas de 2019. El PP ha recuperado fuelle a nivel nacional y regional y, por lo tanto, puso como línea roja que sus siglas no desapareciesen en este territorio.

La relación entre Feijóo y Esparza parecía resucitar después de que este último asistiese al congreso regional del PP, que ungió a Javier García como nuevo líder regional de los populares en sustitución de Ana Beltrán. Pero nada más lejos de la realidad. Génova resolverá en los próximos días la incógnita navarra, con la duda de si tratará de integrar en su lista a Sergio Sayas y Carlos García Adanero. La fragmentación en la derecha obstaculiza ocupar el bastón de mando al centro derecha, que competirá por los mismos votos de socialistas desencantados con Sánchez. PP, Cs, Vox y UPN tendrán candidatura propia. Y las urnas decidirán si habrá o no penalización a esa estrategia.