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El PP ve a Feijóo aún "demasiado gallego" y teme un golpe de efecto de Sánchez
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El PP ve a Feijóo aún "demasiado gallego" y teme un golpe de efecto de Sánchez

Hay unidad en torno al presidente, pero también preocupación: "Se puede llegar a Moncloa por agotamiento o por liderazgo". Piden elevar el perfil y advierten de que el Gobierno "no está muerto"

Foto: Alberto Núñez Feijóo. (EFE/David Fernández)
Alberto Núñez Feijóo. (EFE/David Fernández)
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Cuánto más lejos de la tierra, más apego se le tiene. Alberto Núñez Feijóo sufre "morriña" de su Galicia, a la que sigue teniendo muy presente. Demasiado para algunos cargos del PP que echan en falta un perfil más nacional e incluso internacional de su líder. El debate del Senado fue para algunos la muestra de que aún "le faltan tablas". Hay coincidencia entre los cargos preguntados en qué estuvo "más suelto" el martes que en el primer cara a cara con Pedro Sánchez, pero "sigue hablando como un presidente autonómico", advierten.

La preocupación, más allá del discurso, surge porque Feijóo mantiene una especie de "bicefalia". Sigue volcado en los asuntos de la Xunta mientras gestiona el PP. Esto incómoda en el partido que advierte que, pese a las encuestas, Pedro Sánchez es un "animal político". El sucesor, Alfonso Rueda, tiene poco margen porque su mentor sigue en primera línea. "No se pueden ocupar dos espacios Madrid-Santiago cuando se aspira a ser presidente del Gobierno", aconseja un veterano popular que ha estado con José María Aznar y Mariano Rajoy.

Los populares están unidos en torno a su presidente, pero los que ya han pasado por situaciones similares piden rebajar la euforia de Génova. El propio Feijóo también lanza mensajes internos para aplacar el triunfalismo de los sondeos. Un año es mucho tiempo y como destaca un hombre de Rajoy, "se puede perder todo en 48 horas". En el PP se ha instalado la opinión de que Sánchez prepara un "golpe de efecto" que puede dejarles con el pie cambiado. Asumen que antes de fin de año, si no es cuándo se conozcan las candidaturas a las municipales y autonómicas, habrá una remodelación de Gobierno y el presidente optará por "perfiles más centrados".

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, escucha la intervención del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Fernando Alvarado) Opinión
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"Si rompe con Podemos y empieza a tirar de Felipe González puede frenar nuestro crecimiento", reflexionan desde un sector del PP dónde trabajan con la hipótesis de que el líder del PSOE está comiéndose primero a los de Pablo Iglesias y luego pasará a recuperar parte del voto de centro. Enmarcan aquí el pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial que debería estar cerrado en la semana que entra. Demoscópicamente, creen, no pasará factura, según los sondeos que manejan, pero es cierto que al igual que a Feijóo le sirve para enterrar la etapa del "no" a todo de Pablo Casado, a Sánchez le refuerza institucionalmente y de cara a Europa.

La Unión Europea es otro frente a potenciar para los que dentro de la formación conservadora plantean que no se puede fiar todo a llegar a Moncloa por el desgaste del contrario: "Se puede ser presidente de España por agotamiento o por liderazgo. Debe elegir". Feijóo acudió esta semana a reunirse con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Se buscaba una fotografía juntos y un gesto de complicidad con el gallego que disipe la idea de que la lideresa europea se entiende mejor con Sánchez que con sus compañeros de partido de España. Hubo apretón de manos y poco más. El protagonismo lo acapara el presidente, no solamente por su condición, sino porque ha sabido venderse como palanca de los grandes acuerdos en materia de energía.

Por el contrario, el PP no encuentra su espacio. El vicesecretario, Esteban González Pons, está enfrascado en las negociaciones del CGPJ y la estrategia se resiente. El "timo ibérico" con el que Cuca Gamarra y Elías Bendodo se refirieron al tope del gas ha sido como un boomerang que acaba volviéndole a Feijóo. En los próximos días, si no hay cambios de agenda, se espera que el líder del PP cierre su viaje por América Latina que podría acabar con un salto a EEUU para reunirse con representantes de las cámaras de comercio. El voto de los emigrantes españoles es clave y aquí Vox quiere pescar también. Los de Abascal han pasado a un segundo plano para la dirección nacional que se encomienda a no tener que pactar con ellos.

Alertan de que hay que tener plan B por si acaba la guerra y la economía remonta

Génova está centrada en la economía. Aquí también hay "peros" de los que en el PP llaman a rebajar las expectativas. Su análisis es que las previsiones son malas, pero que al margen del discurso catastrofista hay que diseñar un plan B por si la guerra en Ucrania acaba y hay un efecto rebote que encumbre a Sánchez. Proponen que se apoyen algunas medidas del Gobierno porque ya les tocó gestionar una "herencia envenenada" cuando llegó Rajoy.

La sensación es que Feijóo se ha "bunkerizado" y que trabaja con un núcleo excesivamente reducido de gente que se vino con él desde Galicia. En el grupo parlamentario del Congreso los diputados se sienten arrinconados. "No nos encargan ni un papel, todo lo hacen en Génova". Juega en contra que, salvando contadas excepciones como Cuca Gamarra, José Antonio Bermúdez de Castro o Carlos Rojas, el resto no gozan de la confianza de la dirección y serán muy pocos los que repetirán en la lista a las generales. En la planta noble viven al margen de este bullicio interno. Ahora están volcados con perfilar las candidaturas en los diferentes territorios y después con la Convención de Valencia esperan relanzar el proyecto de Feijóo. "Llevamos poco más de seis meses", justifican. Eso en política es mucho tiempo.

Cuánto más lejos de la tierra, más apego se le tiene. Alberto Núñez Feijóo sufre "morriña" de su Galicia, a la que sigue teniendo muy presente. Demasiado para algunos cargos del PP que echan en falta un perfil más nacional e incluso internacional de su líder. El debate del Senado fue para algunos la muestra de que aún "le faltan tablas". Hay coincidencia entre los cargos preguntados en qué estuvo "más suelto" el martes que en el primer cara a cara con Pedro Sánchez, pero "sigue hablando como un presidente autonómico", advierten.

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