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Tenemos que hablar de Miquel, el ultra del 'CNI catalán' que sueña con liquidar España
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la historia secreta del perfil @CNICatalunya

Tenemos que hablar de Miquel, el ultra del 'CNI catalán' que sueña con liquidar España

Un experto en inteligencia artificial' de 46 años y de familia acomodada, dirige en la sombra uno de los principales altavoces del independentismo radical, una cuenta de Twitter desde la que insulta a andaluces, extremeños y madrileños

Foto: Miquel Montero de Quadras. (YouTube)
Miquel Montero de Quadras. (YouTube)
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Hay que hablar de Miquel, aunque solo unos pocos lo conozcan, porque su historia condensa casi todas contradicciones del nacionalismo catalán.

El 'procés' desencadenó la eclosión de un ejército de soberanistas radicales que se lanzó a defender y propagar de forma hiperactiva los planes del Govern de Carles Puigdemont, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Omnium Cultural para provocar el colapso del Estado. El secesionismo no solo ocupó hasta el último despacho de las instituciones catalanas, sino que también impuso una mayoría aplastante en las calles y en las redes sociales con la ayuda de una galaxia de colegios profesionales, asociaciones culturales, clubes deportivos, representantes vecinales y personajes bizarros que, en coordinación con los partidos políticos, lograron cercenar las voces disidentes y convertir la proclamación de la república catalana en una consecuencia prácticamente inevitable.

Uno de los perfiles que emergió en la ceremonia de ruido del 1-O fue CNI Catalunya, un avatar de Twitter y Telegram que defendió la unidad de acción del soberanismo, abogó por el choque frontal con Madrid, promovió protestas para ejercer la desobediencia contra las Fuerzas de Seguridad del Estado y apeló a los agravios tradicionales del catalanismo para legitimar una narrativa de odio, de inspiración fascista y xenófoba, que sirvió para justificar la vulneración sistemática de las leyes.

En los días previos a la consulta y después del atentado de Las Ramblas, esparció el bulo de que España estaba planeando otro ataque terrorista para evitar el referéndum y tomar el control de los Mossos y llamó "neofascistas" a los dirigentes del PP, "progrefascistas" a los de Ciudadanos y "criptofascistas" a los del PSOE. Tras el 1-O alabó la sagacidad de Puigdemont, advirtió de que España buscaba el estallido de "la chispa de la violencia en Barcelona" y proclamó la vuelta del "franquismo" y el "supremacismo castellano" a Madrid. Finalmente, al día siguiente de la DUI, apeló directamente al ejercicio de la fuerza: "Hay que defender la República. Los comités de defensa de la República están en marcha. A través de ellos se canalizarán los pasos".

placeholder Esquema de una reunión clandestina liderada por el 'CNI catalán' que fue controlada por la Guardia Civil. Miquel Montero de Quadras aparece en una posición destacada, en la parte superior, centro de la imagen.
Esquema de una reunión clandestina liderada por el 'CNI catalán' que fue controlada por la Guardia Civil. Miquel Montero de Quadras aparece en una posición destacada, en la parte superior, centro de la imagen.

La popularidad de CNI Catalunya creció rápido hasta erigirse en aquellos días de furia en una Radio de las Mil Colinas que emitía al unísono con otros altavoces del soberanismo extremo. La particularidad de CNI Catalunya era que nadie sabía quién se escondía realmente tras la imagen de su perfil, un círculo amarillo y puntos rojos con la forma de Cataluña. Podía ser un solo individuo o todo un grupo, pero era evidente que tenía contactos en las altas esferas de la administración catalana. Sus mensajes eran replicados por perfiles oficialistas del secesionismo y líderes políticos. Sus opiniones se tenían en cuenta.

"Controlar el territorio"

El fracaso del 1-O y el 155 abrieron las primeras grietas en la alianza independentista contra el Estado, pero CNI Catalunya y otros irreductibles siguieron empujando en las redes sociales y en los despachos del poder para transformar en algo tangible la declaración unilateral de independencia (DUI), en línea con las aspiraciones de Carles Puigdemont. Desde esa óptica, ya solo restaba materializar la separación de Cataluña del resto de España, y eso implicaba echar a los representantes del Estado y tomar el "control del territorio".

En esos círculos de ultras se decidió que la vía más rápida para proclamar de una vez por todas la república catalana era generar un contexto de caos que propiciara a su vez un levantamiento social de carácter insurgente. Contaban con la adhesión de funcionarios armados, como policías autonómicos y municipales, y también otros agentes expertos en seguridad, como guardas forestales y bomberos. ¿Por qué no?

Esa deriva fue abriendo un cisma cada vez mayor entre el secesionismo posibilista, que aceptaba la derrota del 'procés' y quería un paréntesis para rearmar el movimiento, y los que, como CNI Catalunya, sentían que el primer aniversario del 1-O en 2018 y el juicio del Tribunal Supremo contra los cabecillas del referéndum en 2019 habían generado el clima de agitación idóneo para dar un último empujón a la acometida contra Madrid.

Pese a su cada vez mayor visibilidad, CNI Catalunya logró mantener oculta su identidad y se convirtió en una de las grandes incógnitas del 'procés'. La Guardia Civil lanzó en septiembre de 2019 la operación Judas para detener a una decena de miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) que habían comenzado a adquirir sustancias químicas para elaborar explosivos. Querían atacar objetivos del Estado e infraestructuras críticas y habían planeado tomar el Parlament coincidiendo con la sentencia del Alto Tribunal.

Las pesquisas revelaron que esa célula de los CDR obedecía órdenes de una estructura jerárquicamente superior a la que llamaban "CNI catalán". Algunos creyeron que los investigados se referían al Cesicat, la agencia de seguridad informática de la Generalitat, que tuvo una participación destacada en la elaboración del censo del referéndum ilegal y que en el pasado había coqueteado con transformarse en una agencia de inteligencia. Pero el verdadero CNI catalán aún tardaría un tiempo en ser descubierto.

El desliz que le provocó el pánico

En noviembre de 2019, las cuentas de CNI Catalunya en Twitter y Telegram sufrieron un contratiempo. En una discusión en Twitter, la abogada María Vila, candidata del partido Primaries Catalunya al Ayuntamiento de Barcelona en las elecciones municipales de ese año, desveló que el administrador de CNI Catalunya se llamaba Miquel. Vila se disculpó luego por filtrar su nombre. "Me enfada que gente que conozco personalmente —y que tiene carné de partido— se dedique a atacarme por Twitter detrás de una cuenta anónima, en lugar de hacerlo directamente y a cara descubierta", escribió la abogada.

Pero, para entonces, CNI Catalunya ya había desaparecido. El perfil no era un colectivo, sino un solo individuo, y aquella pequeña revelación sobre su identidad lo sumió en el pánico. Entre las dos plataformas había alcanzando más de 100.000 seguidores, pero se esfumó. El tal Miquel llevaba años agitando la bandera de la confrontación total con el Estado, amparando dialécticamente la violencia y exigiendo a los dirigentes de la Generalitat que asumieran el coste económico y penal de hacer efectiva la independencia, pero la simple publicación de su nombre de pila fue suficiente para que huyera de las redes sociales y se refugiara en la cueva del ostracismo.

CNI Catalunya estuvo meses sin dar señales de vida, pero reapareció finalmente tiempo después incorporando ya el nombre de Miquel a su perfil, aunque ocultando todavía el resto de sus datos. El contenido de su cuenta se volvió todavía más radical y ERC, el secesionismo moderado y la mesa de diálogo bilateral con el Gobierno de Pedro Sánchez se convirtieron en el blanco preferido de sus críticas. Se llamaba Miquel pero seguía siendo un desconocido. Solo algunos políticos catalanes, líderes de la sociedad civil y miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) lo habían tratado personalmente y mantenía en secreto su identidad.

El interrogante sobre esa pieza del 'procés' se convirtió en un reto. El 5 de octubre de 2021, El Confidencial publicó por primera vez su nombre completo. CNI Catalunya era Miquel Montero de Quadras, un ingeniero de Barcelona de 46 años, procedente de una familia acomodada, próximo a la antigua Convergencia Democrática de Catalunya y afincado en Sant Cugat del Vallés, el segundo municipio de España con mayor renta per cápita.

El propietario del perfil ultra era un especialista en inteligencia artificial fundador de Atomian Cognitive Architects SL, una compañía que en 2017 logró un contrato del Departamento de Salud de la Generalitat para gestionar los datos de todos los titulares de la tarjeta sanitaria autonómica y con proyectos en otras partes de España. Atomian llegó a controlar en 2019 activos por valor de 1,6 millones de euros y en 2020 quería doblar esa cifra.

La resaca del 1-O no había sido tan negativa para Montero de Quadras. Gozaba de fama como experto en inteligencia artificial. 'La Vanguardia' lo entrevistó en su contraportada y 'El País' le dedicó un reportaje. La paradoja era que el administrador de una de las plataformas más populares en la propagación del discurso del agravio y la opresión del pueblo catalán era, en realidad, un exitoso miembro de la minoría más privilegiada de España.

237.600 euros en subvenciones del Estado

Quizá no era un paradoja, sino el epítome de la fiebre revolucionaria que embargó a buena parte de la burguesía catalana en aquellos meses de delirio colectivo. Algunas de las reuniones clandestinas en las que participó Montero de Quadras no se celebraron en un garaje, sino en uno de los restaurantes más caros de Sant Cugat del Vallés. Vivía en una de las zonas más caras del país, pero estaba obsesionado con el subsidio agrario que cobraban los jornaleros de Andalucía.

placeholder Extracto del sumario judicial en el que se describe el papel de Miquel Montero de Quadras.
Extracto del sumario judicial en el que se describe el papel de Miquel Montero de Quadras.

La dicotomía de Montero de Quadras podía resultar enfermiza. Con una mano gritaba datos falsos contra los andaluces y extremeños, denunciaba el saqueo sistemático de Cataluña "por parte del Estado fascista español" para pagar "subvenciones arbitrarias" y llamaba "ñordos" a los españoles. Con la otra dirigía una cuenta en Twitter (@mike_atomian) con apenas 250 seguidores en la que solo hablaba de inteligencia artificial y publicitaba su presencia en foros y congresos como especialista en esa materia. La misma persona que criticaba la "injusticia" de las subvenciones y el expolio del Estado a los catalanes recibió entre mayo de 2021 y enero de 2022, a través de su empresa Atomian, hasta tres ayudas del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital por un importe total de 237.600 euros. España siempre ha sido especialista en echar a una mano a sus enemigos.

Aquella bifurcación de personalidad podía haber terminado tras la noticia de El Confidencial, igual que estuvo cerca de pasar con la delación de María Vila. Pero Montero de Quadras decidió mantener la farsa. Ese mismo 5 de octubre de 2021 se dirigió a este diario para denunciar un supuesto error. Aseguró que era un informático ajeno a la política y que se le había causado un enorme daño al relacionarlo con una cuenta de Twitter con la que no tenía ningún tipo de vinculación. "Te has equivocado. Me has confundido por otra persona. Es que no sé, mira mis apellidos. Mi abuelo era madrileño. Cómo me metes en este fregao?? No sé si reír o llorar", dijo. En los siguientes días envió un burofax para exigir la retirada del artículo y pedir una rectificación. Ninguna de estas cosas se produjo.

placeholder Perfil de Miquel Montero de Quadras en Linkedin.
Perfil de Miquel Montero de Quadras en Linkedin.

Montero de Quadras siguió con el engaño. No quería que su militancia en el independentismo radical afectara a sus negocios. El pasado junio viajó a Madrid para dar una charla en perfecto castellano en la Feria de la Abogacía y Servicios Jurídicos y realzó la importancia de ese acto publicando una fotografía en su perfil profesional.

Sin embargo, durante esos mismos días de estancia en Madrid por motivos laborales, usó la cuenta de CNI Catalunya para lanzar otros mensajes. "El gran peligro que significa Colau y los suyos es que parten de un profundo odio por todo lo que los catalanes han hecho por Barcelona. Su proyecto es un gris mediocre que bajo la excusa del obrerismo se pone al servicio de su capital mental, Madrid", escribió. También atacó las inversiones del Estado en la mejora de la estación de Atocha, criticó que un diputado independentista respondiera en español en una entrevista de La Sexta y alertó del "poco interés" de los madrileños por la democracia.

El origen de los CDR

La semana pasada se levantó el secreto sobre las diligencias de la Audiencia Nacional que provocaron la detención de los CDR de la operación Judas y quedaron despejadas las últimas dudas. Las actuaciones reflejan que la Guardia Civil ya identificó en 2018 a Montero de Quadras como uno de los individuos que formaba parte del CNI catalán y, en informes posteriores, se le atribuye esa marca en solitario, como publicó El Confidencial este viernes.

Según el sumario, además de gestionar los perfiles de CNI Catalunya en Twitter y Telegram, el empresario informático y otras personas de su máxima confianza se habrían encargado presuntamente de reclutar a miembros de los CDR para que prepararan acciones subversivas, adquirieran productos para elaborar artefactos explosivos y tomaran el Parlament de Cataluña.

En una llamada intervenida en abril de 2019 se escucha a dos CDR hablando del CNI catalán. "Es un poco esquizofrénico y se piensa que habla con el presidente o no sé quién y que todos somos infiltrados", dijo una investigada. "Hombre, tiene contactos con todos los importantes, no solo políticos, sino la gente que puede mover masas en Twitter", aclaró su interlocutor.

Las averiguaciones también sitúan a Montero de Quadras dentro de un grupo de expertos en tecnologías de la información que habría estado trabajando en la sombra para desarrollar la estructura digital del Consell per la República Catalana que dirigía Puigdemont. Los informes subrayan sus maniobras para permanecer en el anonimato. En una conversación intervenida reprochó a otro de los participantes en el proyecto del Consell que hubiera "informado públicamente de sus datos personales". Montero de Quadras le confesó que se había creado una identidad falsa para mantenerse oculto. Ese nombre ficticio era "Carles Nin Izquierdo", con las mismas siglas que el CNI.

El informático se marchó de Cataluña el pasado septiembre, igual que hicieron otras muchas compañías y empresarios en el 'procés'. En su cuenta profesional, la de 250 seguidores, anunció su desembarco en Estados Unidos. "¡Adiós Cataluña! Espero poder volver a verte pronto!". En los siguientes días se dedicó a hacer turismo por Nueva York. "Esta ciudad es increíble", escribió. Uno de los mantras del nacionalismo es la comparación de España con Turquía. Pero Montero de Quadras ha optado por instalarse en un país que aparece por debajo de España en todas las clasificaciones sobre calidad democrática.

Pese a la lejanía, el informático de Sant Cugat del Vallés no ha olvidado su misión. Este viernes, a última hora de la noche, la cuenta CNI Catalunya publicó otro mensaje. "España, te quedan 4 Telediarios. Estamos presenciando el fin de la triste historia de un estado criminal y corrupto que solo ha perdido colonias, ha hecho bancarrotas, se ha aliado con nazis y ha sido, en suma, la vergüenza de Europa durante más de 100 años". Montero mantiene intactos sus sueños, aunque ahora tendrá que perseguirlos desde el otro lado del Atlántico.

Hay que hablar de Miquel, aunque solo unos pocos lo conozcan, porque su historia condensa casi todas contradicciones del nacionalismo catalán.

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