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Decreto energético: un 'cóctel legislativo' con medidas de ahorro, educación y transporte
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Decreto energético: un 'cóctel legislativo' con medidas de ahorro, educación y transporte

El PNV, que finalmente apoyó la medida, también pidió "erradicar los decretos ómnibus". Otros partidos replicaron estas críticas por incluir en un mismo paquete propuestas de distinto carácter

Foto: La ministra de Transportes, Raquel Sánchez. (EFE/Mariscal)
La ministra de Transportes, Raquel Sánchez. (EFE/Mariscal)

Ayudas al transporte, becas de estudio... y medidas de ahorro energético. Todas estas iniciativas solo podían apoyarse de manera conjunta. Si caía una, caían todas. Es lo que algunos partidos criticaron al Gobierno en el primer pleno tras el parón estival. El denominado decreto energético, que concentró la atención durante la sesión, se aprobó como una especie de cóctel legislativo con propuestas que poco o nada tienen que ver entre sí.

Era, precisamente, el más esperado, por incluir las claves del Ejecutivo para frenar el consumo energético. "Nos presentan un real decreto, que es un 'mix' de diferentes propuestas", reprochó la portavoz del PP, Cuca Gamarra, sobre la tribuna. La representante popular acusó a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, que defendió el proyecto, de "chantajear" al resto de grupos con medidas sociales para conseguir los apoyos.

Foto: La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. (EFE/Chema Moya)

Además del paquete para reducir el consumo energético, con límites a la temperatura del aire acondicionado o la suspensión del alumbrado a partir de las 22:00 en algunos edificios y escaparates, son varias las propuestas que incluye el decreto. Es aquí donde se convalidan las becas complementarias que el Gobierno anunció en el debate sobre el estado de la nación, con ayudas 'extra' de 100 euros mensuales para quienes ya reciban la bonificación del Estado.

También se incluye la propuesta de un abono transporte gratuito para Renfe y cercanías, que opere desde el próximo 1 de septiembre hasta finalizar el año, así como los descuentos del 50% para trenes de media distancia. No son las únicas medidas relativas a la movilidad que constan en el decreto: de igual manera, se establece un protocolo de ayudas directas a transportistas, especialmente afectados por la subida de los carburantes, y se elimina el uso obligatorio de las mascarillas en los aeropuertos, salvo en el momento de subir al avión.

El diputado de la CUP Albert Botran fue otro de los críticos con la fórmula de 'mezcla' elegida. Así lo hizo saber durante su intervención en el hemiciclo: "Por supuesto que estamos de acuerdo con el ahorro energético", enunció, pero votó en contra porque "dentro meten 1.300 millones para las eléctricas o el rescate de las autopistas radiales de Madrid". "Hay que erradicar los decretos ómnibus", exigió el portavoz del PNV, Aitor Esteban, en los pasillos del Congreso. Estas son fórmulas utilizadas para incluir en un mismo decreto varias cláusulas o medidas dispares. No es la primera vez que ocurre algo parecido.

Precedentes similares

Este mismo año se armó un gran revuelo político por un caso similar. Fue el del paquete de medidas que incluía en un mismo decreto la prórroga de las mascarillas en exteriores con la revalorización de las pensiones. Lo que más se criticó entonces fueron las formas 'a hurtadillas' para aunar en un mismo real decreto estas dos cuestiones.

De esta manera, se puso contra las cuerdas a partidos que en un primer momento se posicionaron en contra de extender el periodo de uso obligatorio de tapabocas en la calle, pero que no podían justificar un voto contrario a la equiparación de las pensiones al IPC. Fue el caso de ERC o Bildu, que optaron por abstenerse. "Este es un recurso que conocen bien en el Gobierno", señalan ahora fuentes del PNV. Precisamente este partido fue el único que, junto con Compromís, dio entonces el sí definitivo a la prórroga de las mascarillas.

Foto: Teresa Ribera y Aitor Esteban, este jueves en el Congreso. (EFE/Mariscal)

Pero el decreto energético no llegó a ser tan polémico ni decisivo como lo fue en enero. Tampoco puede decirse que la fórmula ómnibus resultase una de las claves principales para su aprobación. Si finalmente fue aprobado, y con una holgada mayoría, fue gracias al apoyo de muchos socios habituales del Gobierno, que en esta ocasión prestaron su voto a cambio de que se tramite como proyecto de ley.

El paquete de medidas de ahorro energético, así como las becas de estudio y las ayudas al transporte, contó con el sí de los dos partidos del Ejecutivo y de otras formaciones como ERC, Bildu, Más País-Equo, Compromís, Teruel Existe y el PRC. Por el contrario, el PP, Vox, Ciudadanos, Junts, la CUP y Foro Asturias votaron en contra, mientras que el BNG se abstuvo.

Ayudas al transporte, becas de estudio... y medidas de ahorro energético. Todas estas iniciativas solo podían apoyarse de manera conjunta. Si caía una, caían todas. Es lo que algunos partidos criticaron al Gobierno en el primer pleno tras el parón estival. El denominado decreto energético, que concentró la atención durante la sesión, se aprobó como una especie de cóctel legislativo con propuestas que poco o nada tienen que ver entre sí.

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