Es noticia
La emergencia climática no influye en el voto: por qué los partidos verdes no triunfan en España
  1. España
Políticas medioambientales

La emergencia climática no influye en el voto: por qué los partidos verdes no triunfan en España

La población española está entre las más preocupadas por el clima en Europa. Sin embargo, las formaciones medioambientalistas no terminan de despegar por cuenta propia y se adhieren a grupos políticos para ganar influencia

Foto: Juan López de Uralde e Inés Sabanés, en una imagen de archivo, cuando ambos formaban parte de la coalición Compromís-Equo. (EFE/Luca Piergiovanni)
Juan López de Uralde e Inés Sabanés, en una imagen de archivo, cuando ambos formaban parte de la coalición Compromís-Equo. (EFE/Luca Piergiovanni)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Los ecologistas eran 'partidos-nicho' que parecían hablar solo ante unos pocos. Ahora, la emergencia climática es una preocupación cada vez más extendida y las formaciones medioambientalistas cobran fuerza en Europa. Pero hay lugares que se les escapan, y España está entre ellos. "Si bien en Centroeuropa —Alemania, Austria, Suiza, Luxemburgo— viven momentos dulces electoralmente hablando, en otras zonas como el sur o el este tienen más dificultades", explica el politólogo Daniel Guisado.

Ni Equo ni Alianza Verde, los principales partidos ecologistas, terminan por encontrar su sino. Mientras el Partido Verde Europeo cobra relevancia y se vuelve decisivo en Bruselas, la emergencia climática es más palpable y crece el desasosiego entre los españoles. Ya están entre los europeos más preocupados por el clima, según sondeos recientes: desde el European Social Survey, hasta el Eurobarómetro de la Comisión Europea o las encuestas del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Foto: Los Verdes. (Reuters)

Que esto no se traduzca en un mayor número de votos apunta en varias direcciones, según los expertos consultados e incluso los propios políticos. Estos últimos, de hecho, tienen su propia teoría sobre por qué no es del todo correcto equiparar el caso de España al de otros territorios para evaluar el alcance de las medidas medioambientales o la concienciación entre la ciudadanía. Pero hay varias claves comunes: las limitaciones de ley electoral española, la vinculación del ecologismo con la izquierda ante un panorama ideologizado, o la falta de recorrido frente a otros 'veteranos' europeos son solo algunas de ellas.

El 'primer' Equo se presentó como proyecto en el año 2010, hace apenas una década. En cambio, los ecologistas alemanes llevan 40 años existiendo como partido y experimentando altibajos en su popularidad. En España se fraguó una estrategia de alianzas. "Nos dimos cuenta de que el sistema D'Hondt castiga mucho a las fuerzas minoritarias. Después comenzó la fórmula de coalición con Unidas Podemos", expuso el que un día fue candidato durante aquellas primeras andanzas, Juan López de Uralde. Antes, habían pasado de ser un grupo de activistas a intentar crear "un espacio político que creímos que faltaba en España", a fin de "responder" a las preocupaciones ambientales y sociales. Lograron entrar en Los Verdes europeos tras un lento proceso. "Tienen que analizarse minuciosamente varios requisitos, y el procedimiento hasta que te acepten como miembro oficial puede alargarse", señala Uralde. Actualmente, siguen siendo la única formación española de carácter exclusivamente nacional que forma parte del grupo europeísta, en el que también constan otras de ámbito catalán como Catalunya en Comú o Esquerra Verda.

Cuando Equo se rompió en 2019, nació Alianza Verde. El primero pasó a integrarse en Más País, que acaba de irrumpir en el tablero. Inés Sabanés —antigua dirigente de Izquierda Unida, que saltó al partido ecologista en sus inicios y fue concejala de Medio Ambiente en Madrid con Manuela Carmena— se convirtió en la diputada por Equo en el Congreso. Uralde, por su parte, abandonó el grupo para permanecer del lado de Pablo Iglesias y creó una nueva marca verde. Ahora, los dos principales activos políticos del ecologismo en España están integrados en distintas opciones de izquierdas.

Foto: Los Verdes son ya la tercera fuerza del Parlamento alemán. (Reuters)

El debate de si entrar o no en gobiernos de coalición es otra cuestión que suscita dudas dentro del propio ecologismo, algo habitual en identidades políticas que nacieron del activismo. "Es comprensible, pero en este caso creemos que ha servido para poner en marcha medidas que de otra forma no saldrían adelante", dijo uno de los actuales portavoces de Más País-Equo, Florent Marcellesi, que también fue eurodiputado con los European Greens hasta 2019. En ese sentido, cree que el ecologismo no se entiende actualmente si no se adapta el mensaje a todo el 'paquete' de "justicia social": "Cuando proponemos reducir la jornada laboral a 32 horas, también estamos luchando por el medioambiente. Creemos que al mejorar la salud de las personas, o por la conciliación, también actuamos en favor del planeta. Es cuestión de sumar todos los factores".

Pactos a la izquierda

También entran en juego otros elementos clave para entender los mecanismos del ecologismo político en España. Es una corriente que, por defecto, se relaciona con el marco ideológico de la izquierda. Algo que no necesariamente ocurre en toda Europa. El partido verde austríaco, sin ir más lejos, gobierna con conservadores y en Alemania también sostienen a los socialdemócratas en un pacto conjunto con los liberales. Pero este escenario cuesta imaginarlo en puntos más al sur, como Italia o España. Luego está la cuestión del sistema electoral, que en nuestro país penaliza a las formaciones pequeñas y premia a las de más peso. En cambio, hay otros modelos en Europa, como el neerlandés o el alemán, que por su propia organización generan mayor propensión a escenarios multipartidistas.

"El resultado de estos dos factores —la vinculación con la izquierda y el sistema D'Hondt— hace que los partidos ecologistas que surgen en España terminen compitiendo con otras formaciones progresistas más consolidadas. De ahí nace la política de pactos", analiza el experto en sistemas políticos y electorales, Pablo Simón, que cree que esta dinámica "se alimenta también desde el ala izquierdista española", donde PSOE, Podemos y Más País rivalizan por ondear la bandera verde. "Una de las consecuencias es que los temas de transición ecológica tiendan a ser más posicionales, cuando la materia en sí es bastante transversal. Pero esto hace que la derecha tienda a posicionarse en contra en algunas cuestiones, por considerarse un 'nicho' progresista", asevera.

Foto: Protestas climáticas en Davos durante la reunión del World Economic Forum (EFE/E.Renzeller) Opinión

Ante esto, el politólogo Daniel Guisado añade que "en el sur de Europa tenemos una competición electoral donde la ideología cobra gran relevancia. Una persona progresista, en términos generales, te compra el paquete ambiental y feminista también, así que los partidos verdes deben 'captar' votos a socialdemócratas y nuevas izquierdas". El 'juego político' en torno a la lucha climática queda así configurado: la derecha tiende a mostrarse crítica y escéptica, mientras del otro lado se construye un relato en el que el futuro del planeta es un eje base. "En el marco europeo, por ejemplo, las posiciones más escépticas suelen centrarse en la distribución de los costes para financiar la transición ecológica. Pero incluso partidos conservadores han 'comprado' parte de las demandas medioambientales, como ocurrió con los fondos Next Generation", complementó Simón, aludiendo al fondo común que incluye una cuantiosa partida para afrontar el cambio climático.

Los demócratas cristianos con Merkel instaron a acelerar el cierre de las nucleares en 'pro' de energías renovables, pese al debate interno que suscitó y que hoy en día sigue en parálisis. Pero mirando a España, y pese a las diferencias que existen entre los dos principales partidos ecologistas —más fundamentadas en lo estratégico que en lo programático—, ambos coinciden en que el análisis es complejo y cada territorio europeo tiene sus particularidades.

Pero en España sí perciben conciencia climática, y cada vez más, dicen. "El mecanismo de las alianzas, al final, lo que persigue es crear más opciones de llegar al debate público e implantar políticas verdes en un contexto de crisis. Creemos que debe hacerse con un modelo ecologista federal", apuntan en Alianza Verde. Mientras que en Más País-Equo asumen el próximo ciclo electoral con retos a nivel local y territorial: "Queremos reforzarnos en los sitios donde hemos ganado influencia, como Madrid, conservar gobiernos como el de Valencia o conseguir un grupo propio en el Congreso". Pero Guisado lanza una advertencia sobre el doble filo de coaligarse con otros grupos: "Es su balsa de salvamento, pero también su losa. Mientras sigan como 'patas' de partidos más grandes, cabe la posibilidad de que estos absorban sus agendas ambientalistas. Y terminen opacándoles".

Los ecologistas eran 'partidos-nicho' que parecían hablar solo ante unos pocos. Ahora, la emergencia climática es una preocupación cada vez más extendida y las formaciones medioambientalistas cobran fuerza en Europa. Pero hay lugares que se les escapan, y España está entre ellos. "Si bien en Centroeuropa —Alemania, Austria, Suiza, Luxemburgo— viven momentos dulces electoralmente hablando, en otras zonas como el sur o el este tienen más dificultades", explica el politólogo Daniel Guisado.

Ecología Equo Más País
El redactor recomienda