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El caso Marta Calvo aflora el drama oculto de las violaciones durante la prostitución
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Juicio por 11 delitos de abuso sexual

El caso Marta Calvo aflora el drama oculto de las violaciones durante la prostitución

La fiscal que pide condenar al presunto homicida de tres mujeres en Valencia pone el acento en la característica de las víctimas. Mujeres a favor y en contra de esta actividad coinciden en que es muy difícil que denuncien

Foto: Jorge Ignacio Palma, en la primera sesión del juicio. (EFE/Biel Aliño)
Jorge Ignacio Palma, en la primera sesión del juicio. (EFE/Biel Aliño)
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Jorge Ignacio Palma se sienta desde esta semana en el banquillo de los acusados por 11 delitos de abuso sexual a otras tantas mujeres a las que contactó para tener sexo a cambio de dinero. Al menos tres de ellas acabaron muertas y otras siete sufrieron lesiones. Mataba llevando a sus víctimas hasta la sobredosis de droga, según la investigación. Su 'modus operandi' consistía en aplicarse cocaína de gran pureza en el pene o introducirla directamente en la vagina y el ano de las mujeres. Ocho de ellas pudieron contarlo, algunas dieron el paso tras ver la foto del acusado en los medios de comunicación una vez detenido. Nunca se sabrá si hubo más que prefirieron no hacerlo. Una de ellas ha relatado al jurado que quiso marcharse de la habitación, pero su jefa no le prestó atención. Es uno de los testimonios que se escucharán en este juicio, que ha puesto sobre la mesa el drama añadido, oculto y muchas veces impune, que sufren las mujeres que ejercen la prostitución cuando sufren una violación.

La Fiscalía pide para el acusado 130 años de cárcel, mientras que las víctimas solicitan a los jueces de la Audiencia Provincial de Valencia que le condenen a prisión permanente revisable. Entre ellas está la familia de Marta Calvo, quien dio nombre al caso. Su cuerpo fue descuartizado y jamás se encontró el cadáver. Tendrán que convencer a un jurado compuesto por siete mujeres y dos hombres. Desde el primer día, la fiscal Socorro Zaragozá puso el foco en las características de las víctimas elegidas por el acusado, a su juicio, "especialmente vulnerables" por la actividad a la que se dedicaban: “Todas las víctimas son prostitutas y Jorge Ignacio encontró las piezas de caza perfectas. Todos sabemos cómo viven las prostitutas y es muy complicado que denuncien. En este país, la violación a una prostituta era lo más difícil de probar”.

Charo Carracedo es portavoz de la Plataforma Estatal para la Abolición de la Prostitución. "Las abolicionistas pensamos que la prostitución es de por sí una violación remunerada", establece en declaraciones a este periódico antes de añadir problemáticas concretas como la violencia sexual que ejercen proxenetas, casi a modo de introducción, sobre las mujeres que explotan. Se basa en los testimonios de las personas a las que atienden y con las que trabajan para ofrecerles alternativas. En la cuestión de las violaciones, advierte también de las mujeres en situación irregular en España, que no se atreven a acudir a las autoridades a denunciar su situación, tampoco si han sufrido una violación.

Su lucha consiste en erradicar la prostitución en España, dando garantías a las mujeres y persiguiendo el "sistema prostitucional". Señala a desde los 'lobbies' de explotación sexual y la trata hasta el "putero". En su propuesta se incluye la penalización. A su juicio, no tiene sentido que en España se castiguen los delitos de hurto, pero no haya nada previsto para la prostitución, "una forma de violencia". Con todo, cree que la principal batalla debe ser la educación, para la que convoca al Estado, a las familias y a los medios de comunicación.

"Mira lo que le pasó a la víctima de la Manada de Pamplona, lo que le costó probarlo, imagina si hubiera sido una trabajadora sexual"

Conxa Borrell es secretaria general del Sindicato Otras, presidenta de Aprosex y trabajadora sexual durante los últimos 17 años. Es regulacionista, es decir, defiende su derecho a ejercer la prostitución en condiciones dignas y seguras. No le gusta la frase de la fiscal cuando dice que todo el mundo sabe cómo viven las prostitutas porque afirma que hay muchos casos. Sin embargo, sí coincide en la reflexión de fondo. “Mira lo que le pasó a la víctima de la Manada de Pamplona, lo que le costó probarlo. Se dijo que ella lo iba buscando, imagínate si además hubiera sido trabajadora sexual, qué se hubiera dicho”, comenta Borrell en declaraciones a El Confidencial.

"Me drogó toda (...) Le dije que me estaba muriendo y me dio un beso en la frente y me contestó 'ay, pobre chica, cómo le gusta la droga'...". Este ha sido el relato de una de las víctimas durante el juicio. "Me fui al servicio, me metí en la ducha y empezaron a salir rocas de cocaína por mi vagina. Unas cinco o seis, muchas... Le acusé de haberme metido drogas en mis partes y le pregunté si estaba enfermo y me dijo que sí". Según ha recordado en la sala de vistas, llegó a salir de la habitación con el objetivo de avisar a su jefa de lo que estaba pasando, pero no le quisieron hacer caso y regresó a la habitación. Al final se salvó porque fue a la cocina a por un cuchillo y expulsó al ahora acusado. El auto de la Audiencia Provincial que establece las pruebas que se verán en el juicio describe así todos los encuentros del acusado con sus víctimas: "Para mantener relaciones sexuales mediante precio, con la condición de que, en ellas, se consumiría cocaína". Luego Jorge Ignacio Palma recurría a su 'modus operandi' sin el consentimiento de las mujeres.

Foto: El detenido por la muerte de Marta Calvo. Foto: Efe

En general, ha sido siempre muy difícil demostrar que has sido violada y que al final lo has hecho porque te han pegado, porque te han enseñado una pistola. Si ya en una situación de mujer civil es difícil, como trabajadora sexual…”, insiste Borrell. Admite que estos abusos ocurren, pero reitera que “no es lo habitual para nada”. En sus 17 años de carrera, ella no ha vivido ninguna situación parecida, aunque precisa que trabaja durante el día y no hace la noche. Sabe que las ‘fiestas blancas’ en las que se mezclan droga y sexo son comunes y alguna dura hasta varios días, pero recomienda no mezclar estupefacientes con ningún trabajo, tampoco con la prostitución. Respecto al caso de la víctima a la que su jefa no atendió, Borrell se indigna y dice que le gustaría saber dónde sucedió para “ir a explicarles un par de cosas”.

"Es cierto que muchas mujeres prostituidas son violadas y que les resulta muy difícil salir"

La secretaria general de Otras remite a la jurisprudencia española, que establece una relación laboral entre una trabajadora sexual y el dueño de un piso o club donde ejerce su trabajo. Defiende que hay casos en los que se les puede hacer responsables de la seguridad de las mujeres porque “hay algunos que solo les interesa ver billetes de 100 euros”. Su sindicato pide derechos, que los empresarios hagan contratos, un convenio colectivo y unos horarios. “Que ninguna mujer tenga que volver a una habitación si no quiere”, resume.

La respuesta de las autoridades

Otra cuestión es el trato que reciben de la policía cuando van a denunciar: “No siempre recibimos buena respuesta de las autoridades, necesitan formación, pero ahora tienen más sensibilidad que hace 10 años”. A pesar de esa evolución, Borrell repite una frase que ha escuchado muchas veces y le molesta: “Tan guapa y tan joven, deberías dedicarte a otra cosa; si te dedicas a esto ya sabes lo que te vas a encontrar”. Una mujer policía acostumbrada a tratar con víctimas de violencia asegura a este periódico que “desgraciadamente es un mundo muy sórdido donde las mujeres se ven muy condicionadas”. “Es cierto que muchas mujeres prostituidas son violadas, mancilladas en su honor y dignidad, y que les resulta muy difícil salir de esa situación”, lamenta.

Foto: El sospechoso de la muerte de Marta Calvo, Jorge Ignacio P. J., de 38 años. (EFE)

La situación de la prostitución en España ha centrado parte del debate político del Congreso en el último mes y ha evidenciado las diferencias existentes en esta materia entre el Gobierno y sus socios en el Parlamento. Para aprobar la ley del 'solo sí es sí' en la Cámara Baja, Igualdad tuvo que acordar con nacionalistas, independentistas y Ciudadanos la eliminación del artículo que recogía la recuperación en el Código Penal de la tercería locativa —que pena a los dueños de locales y pisos donde se ejerce la prostitución— ante el riesgo de que esos partidos tumbaran la norma.

Esta situación también llevó al PSOE a retirar una enmienda que había presentado al texto para endurecer la pena a los proxenetas y que iba a ser apoyada por el PP. Finalmente, los socialistas registraron esta enmienda como una proposición de ley para abolir el proxenetismo que también será tramitada en el Congreso, pero con la advertencia de independentistas, nacionalistas y Ciudadanos de que no consentirán que se prohíba la prostitución en España en los casos en que las mujeres decidan ejercerla de forma libre.

Jorge Ignacio Palma se sienta desde esta semana en el banquillo de los acusados por 11 delitos de abuso sexual a otras tantas mujeres a las que contactó para tener sexo a cambio de dinero. Al menos tres de ellas acabaron muertas y otras siete sufrieron lesiones. Mataba llevando a sus víctimas hasta la sobredosis de droga, según la investigación. Su 'modus operandi' consistía en aplicarse cocaína de gran pureza en el pene o introducirla directamente en la vagina y el ano de las mujeres. Ocho de ellas pudieron contarlo, algunas dieron el paso tras ver la foto del acusado en los medios de comunicación una vez detenido. Nunca se sabrá si hubo más que prefirieron no hacerlo. Una de ellas ha relatado al jurado que quiso marcharse de la habitación, pero su jefa no le prestó atención. Es uno de los testimonios que se escucharán en este juicio, que ha puesto sobre la mesa el drama añadido, oculto y muchas veces impune, que sufren las mujeres que ejercen la prostitución cuando sufren una violación.

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