Génova busca un armisticio con Ayuso para frenar el asalto de Feijóo

"Enemigos íntimos" podría ser el título de la historia que Génova espera escribir como epílogo de la cruzada que se ha desatado entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. La consigna es "rebajar el tema" y evitar más choques directos con la presidenta de la Comunidad de Madrid. La baronesa también parecía estar en este camino: "Hay que buscar cómo dar marcha atrás", había trasladado a su entorno. En este contexto se enmarca la reunión que tuvieron los protagonistas el pasado viernes en la calle Génova y que solo sirvió para echar más leña al fuego y alimentar un nuevo cruce de acusaciones vía comunicados. El encuentro se produjo en un tono "cordial", según reconocen ambas partes, pero los problemas surgieron cuando se intentó cerrar un comunicado conjunto para dar a los medios esa misma noche o el sábado por la mañana. Ayuso y Casado así lo habían acordado, según fuentes de la dirección nacional.

Desde Génova, entonces, se redacta un primer borrador que se envía al equipo de prensa de la Puerta del Sol. Piden cambiar el redactado de la parte en la que se alude al presunto espionaje a la presidenta. Se les hace llegar un segundo texto con las siguientes ideas: "En la reunión, Pablo Casado le trasladó a Isabel Díaz Ayuso que el comunicado hecho público por la Comunidad de Madrid, aportando la información requerida sobre la contratación de emergencia durante la pandemia, se incorporará al expediente informativo abierto por el Partido Popular para concluirlo satisfactoriamente. Aseguró que nunca ha ordenado ninguna investigación sobre actividades profesionales de su entorno y que emprenderá acciones legales contra cualquier persona que afirme lo contrario. Además, defendió la necesidad de unir el partido y seguir defendiendo junto a todos los militantes del Partido Popular el mejor proyecto de futuro para España". En el anterior documento, se hacía referencia a que la presidenta había "podido confirmar" que nunca se había ordenado una investigación y esta aseveración era la que pedía "matizar" la comunidad. La respuesta ante la segunda versión es que es "impecable", pero nunca llega el 'OK' para publicarlo. La explicación: la presidenta se lo quiere pensar con calma.

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El sábado, Génova vuelve a preguntar sobre el comunicado conjunto y, ante las evasivas, decide lanzarlo de forma unilateral. Hay quejas desde Sol, pero no una alternativa. Cuando se da a conocer la reunión, empieza el baile de versiones. Desde la Puerta del Sol la definieron como "infructuosa". Mantienen que se le pidió a la presidenta que dijera en un comunicado que no había sido investigada a cambio de levantar el expediente informativo. Génova lo desmiente. "Casado nunca vinculó una cosa a la otra y, además, hicimos los cambios que nos pidieron". Según su versión, el presidente dio por buenas las explicaciones sobre el contrato de las mascarillas en el que el hermano de Ayuso había cobrado una comisión y por eso ha incorporado los documentos que la presidenta facilitó a la prensa para que el Comité de Derechos y Garantías dé carpetazo a la investigación. A última hora, Sol hizo llegar una nueva acusación contra Génova. Les señalaba de haber filtrado una información contra la presidenta tras salir de Génova. El diario 'Público' desvelaba un presunto contrato de la Comunidad de Madrid con una empresa vinculada a la madre de Ayuso. "Es una vergüenza", señalaba Sol. Génova lo desmintió y apostillaba "gentuza".

Las condiciones de Ayuso

El primer paso hacia el deshielo ha fracasado y, como reconocía un dirigente popular, el "cruce de comunicados tampoco ayuda". Las exigencias de Ayuso son tres, según confirman a este medio, y en este momento también son inamovibles: "Que no nos espíen, que no nos acusen de corruptos y que convoque el congreso del PP de Madrid".

El encuentro se produjo horas después de que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, emplazase al líder del PP a "verse a solas" con Díaz Ayuso. Aquí hay que buscar el origen del cambio de estrategia en la dirección nacional. El enfado con la presidenta madrileña es mayúsculo (ayer a última hora era descomunal), pero lo que parecía un tsunami puede acabar como una gota en el océano si no se desactivan los movimientos de los barones. Feijóo es el faro del PP en este momento, quienes le conocen bien aseguran que, si Casado no hace un gesto para arreglar esta crisis en unos días, pasará de las advertencias a los hechos. "Él es el que marca los tiempos porque es el único que tiene autoridad moral", coinciden dentro del partido.

Las exigencias de Ayuso son tres: "Que no nos espíen, que no nos acusen de corruptos y que convoque el congreso del PP de Madrid"

La amenaza de la celebración de un congreso extraordinario está sobre la mesa, aunque, en este momento, los barones que tienen poder quieren dar un margen a la actual cúpula. El cese del secretario general, Teodoro García Egea, es una condición para cerrar heridas en la que hay pleno entre los cuadros regionales. Génova no es ajena a por dónde se mueven los presidentes regionales y García Egea ya ha empezado a trabajar en los apoyos con los que cuenta ante una posible rebelión contra Casado. Entre él y el presidente llevan 48 horas pulsando cada rincón del partido y moviendo sus satélites.

Curiosamente, tras las declaraciones de Feijóo, que se interpretaron como una petición de paredón para García Egea, el PP de Ourense se movió en sentido contrario y apoyó a Casado. El presidente del PP en Ourense, Manuel Baltar, tiene su propia guerra con Feijóo, pero, además, está en el lado de García Egea. ¿Fisuras en el PP gallego? Este es el plan para ir sumando territorios por si la sangre llega al río. Desde el punto de vista orgánico, Galicia y Andalucía son los que más compromisarios aportan al congreso. El enigma es si Juanma Moreno estaría en línea con Feijóo en un hipotético paso adelante. Casado necesitaría controlar Castilla y León y Madrid para, junto con Valencia, que es suya, sumar un bloque con posibilidades de aguantar el envite. Alfonso Fernández Mañueco está en clave de formación de Gobierno y no se posiciona por ahora en ningún bando.

De ahí el intento de llegar a un armisticio con Madrid para contar con su apoyo ante la "invasión" desde Galicia. El único acuerdo posible será convocar el congreso de Madrid, y, si se ha cerrado el expediente, es un síntoma de que Génova puede ceder si con eso evita "males mayores". La presidenta de la comunidad tampoco quiere que caiga Casado, aunque, si se mantiene abierto el conflicto, no va a tener fácil aguantar o tendrá que acabar sacrificando a García Egea, cosa que en este momento no está en sus planes. Lo necesita. Él maneja el partido, que según los más pesimistas, está convulsionado, y se posiciona con las bases del lado de la presidenta. "Casado está en su torre de marfil, veremos si aguanta la presión de la calle". El primer examen será la manifestación pro-Ayuso que hay convocada hoy a las 12 de la mañana frente a Génova.