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La mayor fortuna de Canarias, al borde del banquillo por prostitución de menores
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CASO 18 LOVAS

La mayor fortuna de Canarias, al borde del banquillo por prostitución de menores

El empresario Eustasio López González se enfrenta a dos delitos de prostitución de menores

Foto: Eustasio López. (EC)
Eustasio López. (EC)

La imagen pública de Eustasio López González era la de un triunfador, la de un empresario que en 1972 comenzó a levantar un imperio y terminó por convertirse en la mayor fortuna de Canarias. Medio siglo después, la fortuna sigue ahí —300 millones de euros y el puesto 87 en la lista 'Forbes' de los más ricos de España—, pero su fama de prohombre se ha hecho añicos. El último golpe llegó este martes, cuando el magistrado Rafael Passaro le procesó por dos delitos de prostitución de menores. La imagen que dibuja de él es la de un hombre de 62 años desnudo en la piscina de un chalé al que una adolescente de 17 años le practica una felación.

A lo largo de 14 páginas, el magistrado enmarca al empresario en una red de prostitución de menores en la que le conocían como "el millonario" o "Lopesan". El segundo apodo no es casual: así se llama la empresa que fundó con 14 años y que ahora se erige como una de las firmas más importantes en el sector hotelero de España.

Foto: Eustasio López. (EC)

Pero en este caso, su empresa es lo de menos. Lo que interesa a los investigadores es 18 Lovas, una supuesta agencia de azafatas que llevaba este nombre y que, según recoge el auto, encubrió un negocio de prostitución de menores con "eventos en toda España" desde 2015 y al menos hasta la segunda mitad de 2016. En esa última etapa, en una fecha por determinar que los investigadores sitúan antes del 11 de mayo de ese año, se produce la escena con López como protagonista. En concreto, en "un chalé en la zona de Ayagaures del sur de Gran Canaria en la que mantendrían relaciones sexuales a cambio de dinero". Ese es el episodio número 13 que relata el auto.

Yino, el proxeneta

Para entender lo ocurrido en este chalé, el juez repasa antes la figura de otro de los seis procesados: Agustín Alemán Barreto, alias 'Yino', al que imputa 24 delitos de prostitución de menores, dos delitos de agresión sexual y otros dos de trato degradante. Él era el presunto líder de esta trama de prostitución en la que se contactaba a mujeres "de como máximo 23 años" para "ser imagen de alguna marca importante de promoción o bien como chica gogó". Una vez captadas, llegaba el siguiente paso.

"La actividad a la que realmente Agustín Alemán Barreto dedicaba las chicas era a la prostitución, concertándoles citas con los clientes, llegando a llevarlas al lugar de la cita y obteniendo un beneficio económico por ello, consistiendo las condiciones en llevarse un beneficio él (a modo de comisión) y la chica de un 50% cada uno, si bien Agustín Alemán Barreto rebajaba su porcentaje a cambio de que la chica mantuviera relaciones sexuales con él", explica el auto.

"Se aseguraba de obtener de ellas fotografías desnudas para en un momento dado poder coaccionarlas con difundirlas"

Entre las jóvenes, al menos 12 menores en "situación de vulnerabilidad", tanto por "su minoría de edad" como por la "falta de solidez familiar". Ese es el perfil de la víctima 1, una joven de 17 años que habría ejercido "la prostitución a cambio de dinero entre los meses de febrero y mayo de 2016, siendo una amiga suya de 16 años del centro de menores de Las Palmas quien le habla de un señor conocido como Yino". En su auto, el juez reproduce textualmente la siguiente conversación del 21 de marzo de 2016:

Yino: "Trae ropa traje y tacones, tenemos uno a las 6, tú y tu amiga esta, la quiero a ella y a ti".

Víctima 1: "Voy a ver que puedo hacer".

Yino: "Tía, 200 hoy y 200 mañana, y el miércoles 200 más, y ya tienes los 300 para el bolso".

Víctima 1: "Vale, Io que tengo los tacones rotos y los otros no los tengo aquí, ay, mis bolos".

Yino: "Qué número llevas, llámame ya, pero tiene que venir tu amiga, quieren a las dos".

El juez reproduce a lo largo de su escrito otras conversaciones similares para explicar el 'modus operandi' del proxeneta, que consistía en embaucarlas "con halagos y regalos, dejándoles incluso la libertad de elegir a los clientes, si bien se aseguraba de obtener de ellas fotografías desnudas para en un momento dado poder coaccionarlas con difundir las fotografías en caso de que surgieran desavenencias". En total, relata 13 episodios distintos, el último de ellos con Eustasio López como cliente. ​

El episodio número 13

Según el juez, fue el propio Yino quien llevó a la víctima 1 y a otra menor a un chalé junto a otras jóvenes para que mantuvieran "relaciones sexuales a cambio de dinero" con López y otro de los procesados: Eugenio Hernández León. El auto apunta a que el suceso se produjo en 2016 y que ninguno de ellos dudó en "satisfacer sus deseos sexuales, con pleno conocimiento de que la víctima 1 y la víctima 17 eran menores de edad o, al menos, actuando con total indiferencia ante la posibilidad de que lo fueran a pesar de que su apariencia adolescente así lo indicaba, con total desprecio por la indemnidad sexual de dichas menores".

Estando ambos sin ropa en la piscina del chalé, los dos procesados "miraban los cuerpos desnudos de todas las jóvenes, las tocaban y daban besos mientras elegían quién o quiénes serían conducidas posteriormente a los dormitorios interiores para mantener relaciones sexuales". La víctima 17 llegó a sentirse "muy angustiada porque no quería mantener relaciones sexuales" y así se lo transmitió a la otra menor, "quien le contestó que el mejor remedio era beber alcohol para pasar el rato mejor".

"Al mismo tiempo, y también en la piscina, Eustasio Antonio López González (...) recibió una felación de dicha menor"

Llegados a ese punto, Hernández "comenzó a tocar y besar a la víctima 17 hasta el punto de querer penetrarla, siendo así que la menor no quería, procediendo entonces la víctima 1 a interponerse entre el cuerpo de Eugenio Hernández León y el de la víctima 17 para ser ella la penetrada vaginalmente". "Al mismo tiempo, y también en la piscina, Eustasio Antonio López González (...) recibió una felación de dicha menor". Ambas tenían 17 años. El auto no concreta la edad de ellos, pero López tenía 62.

Por acudir a este chalé, las menores recibían "50 euros", pero "una vez en el lugar de la fiesta, las condiciones fueron renegociadas de forma que cada chica cobraría 100 euros por acudir y las que mantuvieran relaciones sexuales con los investigados cobrarían más". Alcanzada la mayoría de edad, la víctima 1 renunció a acciones penales.

A un paso del banquillo

Junto a Barreto, Hernández y López, el juez procesa a otras tres personas como "posibles clientes que mantuvieron encuentros sexuales a cambio de dinero con chicas menores de edad": Antonio Dascenzo, Domingo Hernández Tarajano y Emilio Cabrera Caballero. El auto es recurrible, pero deja a todos ellos a un paso del banquillo.

"El desconocimiento de la edad ha de ser probado por quien alega tal exculpación e irresponsabilidad", advierte el juez

A falta de conocer el posible escrito de acusación, el empresario se enfrenta a dos delitos de prostitución de menores: "El que solicite, acepte u obtenga, a cambio de una remuneración o promesa, una relación sexual con una persona menor de edad o una persona con discapacidad necesitada de especial protección, será castigado con una pena de uno a cuatro años de prisión", establece el artículo 188.4 del Código Penal.

En cuanto a la posibilidad de que todos ellos se defiendan diciendo que no sabían que eran menores, el juez también deja caer una advertencia al respecto: "El desconocimiento de la edad ha de ser probado por quien alega tal exculpación e irresponsabilidad, sobre la base de que se trata de una circunstancia excepcional que ha de quedar acreditada como el hecho enjuiciado, no constando a juicio de este instructor, en esta fase, elementos fácticos concluyentes de tal circunstancia".

La imagen pública de Eustasio López González era la de un triunfador, la de un empresario que en 1972 comenzó a levantar un imperio y terminó por convertirse en la mayor fortuna de Canarias. Medio siglo después, la fortuna sigue ahí —300 millones de euros y el puesto 87 en la lista 'Forbes' de los más ricos de España—, pero su fama de prohombre se ha hecho añicos. El último golpe llegó este martes, cuando el magistrado Rafael Passaro le procesó por dos delitos de prostitución de menores. La imagen que dibuja de él es la de un hombre de 62 años desnudo en la piscina de un chalé al que una adolescente de 17 años le practica una felación.

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