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Más de 130 migrantes entran en Ceuta a nado en pleno enfado de Marruecos con España
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AFLUENCIA RÉCORD EN FIN DE SEMANA

Más de 130 migrantes entran en Ceuta a nado en pleno enfado de Marruecos con España

Las fuerzas de seguridad marroquíes se cruzaron de brazos el fin de semana cuando decenas de jóvenes se echaron al agua en la playa de Castillejos, pegada a la frontera española

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Decenas de hombres jóvenes, algunos menores de edad, se echaron al agua a lo largo del pasado fin de semana en la playa de Castillejos (Marruecos) para recorrer a nado los 300 metros que la separan de Ceuta. Lo hicieron ante la mirada impasible de los vecinos de esa ciudad, de 78.000 habitantes, pegada a la frontera española, y de las fuerzas de seguridad marroquíes.

Algunos no lograron su objetivo y volvieron exhaustos a su punto de partida, otros fueron rescatados en las frías aguas del Estrecho por Salvamento Marítimo y la Guardia Civil. Los más fuertes, sin embargo, alcanzaron, generalmente con síntomas de hipotermia, la playa ceutí del Tarajal. El mar expulsó hasta Castillejos el cuerpo sin vida de un joven ahogado. Tres inmigrantes nadadores tuvieron que ser ingresados en el hospital universitario de Ceuta.

El fin de semana de mayor afluencia

La ciudad autónoma padeció a lo largo del fin de semana la mayor oleada migratoria de su historia de estas características. Llegaron 128, casi el doble de los que alcanzaron Ceuta en el primer trimestre del año (73). Todos los nadadores 'sin papeles' eran marroquíes, excepto uno que dijo ser sudanés, y más de una decena se declararon menores de edad.

Foto: Un coche de la Guardia Civil patrulla en Ceuta la frontera que separa España y Marruecos. (Reuters)

El masivo desembarco de migrantes, algunos desprovistos de trajes de neopreno, movilizó, sobre todo en la tarde del domingo, a Salvamento Marítimo, a los grupos especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, a su helicóptero y, en tierra, a la Cruz Roja y a policías nacional y local. Si no hubieran intervenido para sacarles del agua, varios inmigrantes habrían perecido ahogados.

Una vez en tierra, los jóvenes marroquíes (casi ninguno por encima de los 30 años) fueron conducidos a una nave, cerca de la frontera, donde la ciudad autónoma aloja a los inmigrantes en cuarentena por razones sanitarias. Hasta el viernes eran unos 60, pero tras el desembarco del fin de semana rondan los 200 y superan con creces la capacidad de acogida de esa instalación (hasta 150). La frontera terrestre de Ceuta con Marruecos permanece cerrada desde marzo de 2020 y, en consecuencia, los recién llegados no podrán ser devueltos a su país.

Foto: El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (2i), junto al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (i), durante la reunión que mantuvieron con el rey Mohamed VI (c) en el Palacio Real de Rabat, en noviembre de 2018. (EFE)

Un espigón, que los inmigrantes tuvieron que rodear a nado, separa las aguas de Ceuta de las de Marruecos. Desde septiembre de 2013, los sucesivos gobiernos españoles han querido alargarlo para impedir este tipo de intrusiones, pero, por cortesía, han consultado con Marruecos. Rabat ha hecho oídos sordos a esta petición española y las autoridades de España no se han atrevido a actuar por su cuenta para no indisponer al vecino. Si lo hubieran hecho, nadar hasta Ceuta sería aún más difícil.

Sospechas sobre la actitud de Marruecos

Los vídeos de las salidas en grupo de Castillejos, alguna de hasta 30 jóvenes a la vez, rodados por los vecinos de la ciudad y subidos a las redes sociales, muestran la pasividad de las fuerzas de seguridad marroquíes desplegadas en la costa. En otras ocasiones sí se esforzaron por impedir que los aspirantes a inmigrantes se echen al agua. A veces, llegaron incluso a prohibir el acceso a las playas.

Esta inacción de la policía y de las fuerzas auxiliares (cuerpo paramilitar) coincide con la convocatoria, el sábado, del embajador de España en Rabat, Ricardo Díez-Hochleitner, por un alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí. Este publicó 24 horas después un comunicado en el que “deplora” y manifiesta su "gran incomprensión" ante la acogida por España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, de 72 años. Ghali, gravemente enfermo de covid y de cáncer, está ingresado desde principios de la semana pasada en la UCI del Hospital San Pedro de Logroño

Al margen de la reacción oficial, un alto cargo marroquí recordó, en declaraciones al diario digital 'Le 360', la publicación más afín al Palacio Real, que Marruecos brindaba a España una valiosa cooperación en materia de lucha contra el terrorismo y la inmigración irregular. En algunos círculos diplomáticos, sus palabras fueron interpretadas como una velada amenaza que cuenta con algunos precedentes. En agosto de 2014, Rabat cortó esa colaboración después de que la Guardia Civil interceptase por error la lancha de recreo en la que navegaba Mohamed VI.

Foto: La ministra de Asuntos Exteriores española, Arancha González Laya, y su homólogo marroquí, Nasser Bourita. (EFE)

La colaboración de Marruecos para frenar la inmigración no resulta muy eficaz estos últimos tiempos. Desde enero y hasta el 15 de abril, han llegado a Canarias 3.980 'sin papeles', un 125% más que durante el mismo periodo de 2020, que fue ya un muy mal año para el archipiélago. La gran mayoría zarparon con sus pateras, rumbo a las islas, desde las costas del Sáhara Occidental, un territorio militarizado controlado por Marruecos. Los vuelos de repatriación de los 'sin papeles', que empezaron en diciembre al ritmo de 80 personas a la semana, fueron además suspendidos por Rabat a finales de marzo.

Castillejos y, en general, la provincia de Tetuán (600.000 habitantes) son una zona devastada económicamente desde antes de que empezara la pandemia. En octubre de 2019, Rabat cortó de sopetón el contrabando —"comercio atípico", como lo llaman los ceutíes— con la ciudad autónoma española. Era el principal motor de la economía de la provincia. Con el cierre de la frontera, a partir de marzo de 2020, miles de marroquíes perdieron además sus empleos, formal o en negro, en Ceuta. En Castillejos, se han producido estos últimos meses varias manifestaciones reivindicando la apertura de la frontera terrestre con España. Algunas han degenerado en enfrentamientos con los antidisturbios.

Decenas de hombres jóvenes, algunos menores de edad, se echaron al agua a lo largo del pasado fin de semana en la playa de Castillejos (Marruecos) para recorrer a nado los 300 metros que la separan de Ceuta. Lo hicieron ante la mirada impasible de los vecinos de esa ciudad, de 78.000 habitantes, pegada a la frontera española, y de las fuerzas de seguridad marroquíes.

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